domingo, 4 de marzo de 2012

BOI cap 14

La mirada de Alix fue directamente a dos de los hombres de aspecto más mortífero que jamás hubiera visto. Vestidos con uniformes negros de La Liga, no había duda de su ocupación.
Eran asesinos.
Uno tenía el pelo rubio platino que llevaba trenzado a la espalda, la forma acostumbrada por un asesino. Las mangas llevaban la marca de color borgoña profundo de una daga rematada con una corona. Eso denotaba que era el más malo de lo malo.
Un comandante asesino de primer orden.
Y a su lado lo que parecía ser un Andarion con el pelo corto negro que llevaba en una serie de rizos en espiral. No había duda de sus colmillos ya que se pasó la lengua por uno como si los estuviera midiendo para la cena. O era un novato o algo le había pasado a su largo pelo.
Ambos llevaban gafas oscuras, una opción de vestuario diseñada para poner nerviosos a los que les rodeaban. Y chico, siempre funcionaba. También impedían que la gente supiera a quien estaban mirando los asesinos.
O, mejor dicho, apuntando.
Aunque en este momento, los blasters que les apuntaban le dieron una buena idea de que los objetivos du jour [1]eran ella y Paden.
El asesino de cabello oscuro se acercó para desarmar a Paden y cachearla. Le tomó toda su contención no protestar o luchar, pero confrontar a un asesino entrenado no era precisamente un acto que adjudicara un premio a la inteligencia.
El asesino le dio la identificación de Paden al rubio, que la abrió y frunció el ceño. Miró otra vez a Paden y estudió sus facciones.
—No te pareces a Syn.
Paden frunció el ceño.
—Disculpa.
El Andarion le olfateó.
—Digo que le matemos solo para estar seguros.
El rubio frunció los labios.
—No sé. Podría arruinar el día de Syn, lo que nos arruinaría el nuestro, y puedo pasar sin otra perra sesión. —Se detuvo mientras miraba hacia abajo, a la identificación—. Fastídiate, deja pasar al bastardo. Siempre podemos matarle más tarde.
¿Qué en los mundos conocidos?
Pero a medida que les miraba, Alix tuvo una extraña sospecha sobre lo que esos dos hombres eran.
—¿Vuestra gente conoce a nuestra gente?
El rubio esbozó una sonrisa que le quitó todo el aspecto de cabrón. No le extrañaba que los asesinos no se rieran o bromearan, especialmente no cuando eran tan guapos como estos dos. Bajó el blaster y le tendió la mano a ella.
—Comandante Jayce Quiakides. Encantado de conocerte.
Arqueó una ceja ante un nombre que reconoció.
—¿El hermano de Zarina y Taryn?
—En los días que los reclamo. —Jayce señaló al asesino a su lado—. Este es el capitán DJ Hauk.
Trató de no reaccionar ante el nombre. DJ no encajaba con su aura letal. Era el nombre que alguien daba a un hijo, no un asesino.
—¿DJ?
Le dirigió una mirada furiosa a Jayce.
—En realidad es Darion. Fui llamado así por mi tío. Nadie me llama DJ a excepción de cierto grupo de vagabundos y mis padres.
Jayce dejó escapar una sonrisa diabólica.
—Podría ser peor. Su padre se llama Dancer.
A DJ eso no le hizo la más mínima gracia.
—No vayas por ahí, Jay. Soy el que mata para convertirme en un comandante asesino. Sería una maldita vergüenza que al que tuviera que matar fueras tú.
Jayce soltó un bufido.
—No eres tan bueno, mocoso. Ahora llevémosles al interior con los demás.
Alix vaciló, insegura de si eran amigos de Devyn y su familia.
—¿Estamos bajo custodia?
DJ asintió.
—Sí, del tipo protector. ¿Dónde está Devyn?
—Entregándose.
Ambos jadearon hacia ella.
—¿Qué? —preguntó Jayce con un tono feroz.
—Traté de hablar con él, pero no creo que necesite decirte lo terco que es.
Jayce le envió una mirada de fastidio a DJ.
—No, no lo hagas. La obstinación corre espesa a través de su patrimonio genético.
DJ resopló.
—Sí, debido que pasa directa a través de ti. Conoces a tu hermana, ¿verdad?
Jayce le empujó.
Paden dio un paso adelante para interrumpir su amistoso combate.
—Mirad, si vosotros chicos os la quedáis, quiero regresar y comprobar a Devyn.
Jayce ladeó la cabeza.
—No te ofendas, pero no se cuanto puedo confiar en ti. —Se volvió a Darion—. Ve con él, y si comienza a parecer sospechoso…
—Mátale antes de que tenga que llamarte para avisarte. Lo tengo, jefe.
—Buen hombre.
DJ agarró a Paden por el brazo y se lo llevó.
Tan pronto como se hubieron ido, Jayce la llevó a una lanzadera de La Liga donde Omari, Nero, Sway, Vik y Manashe estaban sentados como si estuvieran completamente cómodos con el entorno y ajenos a cualquier peligro.
Omari levantó la vista cuando entró y dejó de lado a Manashe para abrazarla fuertemente.
Le apretó fuerte, agradecida de que esto no fuera una trampa de algún tipo.
—Estoy tan contenta de veros, chicos.
—Y a ti, también. —Omari la soltó y dio un paso hacia atrás—. ¿Dónde está papá?
Odiaba ser la que respondiera a eso.
—Se entregó para ganar tiempo y que pudiéramos salir de esto.
Cada varón maldijo. Y en su interior, ella también.
—Eso fue estúpido —se burló Nero—. ¿Dónde tenía la cabeza?
—Obviamente en su esfínter. —El tono de Vik era sarcástico y seco.
Alix trató de explicarlo.
—No sabía que Jayce y Darion estaban aquí. Solo estaba tratando de salvarnos.
—Sigue siendo estúpido —dijeron Vik y Nero simultáneamente.
Tuvo que darles la razón, y no valía la pena discutir ese punto ya que en realidad estaba de acuerdo.
—Lo sé. Intenté por todos los medios posibles convencerle, pero no quiso escuchar.
—Está bien. —Jayce se acercó—. Envié a DJ. Mantendrá un ojo sobre él.
Nero puso los ojos en blanco.
—¿Tienes el puchero vigilando al caldero? Te lo juro, Jayce, debes haber recibido daño cerebral cuando Adron te empujó por las escaleras cuando eras un niño pequeño.
—Estará bien —les aseguró ella—. Devyn dijo que una vez que se dieran cuenta de que la evidencia estaba fabricada, le dejarían ir.
Sway pareció enfermar ante las noticias.
—Alix, tuvimos que hacerlas reales para venderlas por este plan.
—No lo entiendo.
—No fabricó la evidencia. Todo es cierto. Devyn sólo se envió a la cárcel para mantenernos a todos a salvo.


Paden llegó justo cuando estaban cargando a Devyn en una lanzadera para transportarlo a Ritadaria. Captó la mirada de furia en el rostro de Devyn cuando vio a Paden, y al instante comprendió la fuente de la misma.
Tan pronto como pudo, le dijo con los labios a su hermano:
Están a salvo. Lo prometo.
Sin embargo, su escepticismo le quemaba. No es que culpara a Devyn por ello. Tampoco confiaría en él.
—Buen trabajo, teniente Whelms —dijo el capitán mientras se unía a ellos para el traslado—. Al Comandante en Jefe le gustaría hablarle inmediatamente.
Paden inclinó la cabeza antes de entrar en el cubo privado de comunicaciones para llamar a Merjack y ver que quería el bastardo.
—¿Señor? —preguntó tan pronto la cara de Merjack apareció en la pared—. Aquí el teniente Whelms.
Hubo un destello de maldad en los ojos del hombre mientras le ofrecía una sonrisa satisfecha.
—Teniente, he oído que las felicitaciones están en orden.
—No lo sé, señor, pero Kell está bajo custodia.
—¿Y los otros?
—Muertos, señor.
Merjack alzó una ceja arrogante ante eso.
—¿Incluso la esclava?
—Sí, señor.
Merjack chasqueó la lengua.
—Una maldita pena. Parecía que iba a ser divertida por una noche o dos. Oh, bueno. Tendré que consolarme con su hermana… Mientras tanto, quiero que me traigais a Kell tan pronto como lleguéis.
—Sí, señor.
Con un gesto brusco, Merjack cortó la transmisión. Paden echó la cabeza hacia atrás mientras debatía sobre qué hacer. Pero al final, sabía que no tenía poder contra alguien como Merjack.
Dejar libre a Devyn iba a requerir mucho más músculo del que tenía y en su interior sabía la verdad a la que no quería hacer frente.
Acababa de enviar a su único hermano a la cárcel.


Devyn estaba sentado solo en una celda mientras le trasladaban volando hacia Ritadaria y a un futuro que no quería hacer frente. ¿Por qué no le dije que la amo?
Debería haberlo hecho. Pero por alguna razón, las palabras no salieron.
Debería haberlo hecho. De todos modos, nunca había sido un montón de palabras dulces. Era una de las cosas de las que Clotilde más se había quejado.
Echando la cabeza atrás, cerró los ojos y convocó una imagen de Alix desnuda en sus brazos. Sí, eso ayudaba un montón.
—Nunca he visto a nadie parecer tan feliz mientras se dirige a la cárcel.
Abrió los ojos para encontrar a Paden mirándole.
—No estoy feliz.
—No deberías estarlo. Acabo de ver los archivos. ¿Qué coño has hecho?
—Salvé a mi familia.
—Eres un idiota, Devyn. ¿Tienes alguna idea de lo que van a hacer?
—Sí, la tengo. He visto las cicatrices de la espalda de mi padre de la cárcel. Y he oído las historias que Nero ha contado que papá niega. Sé exactamente a lo que me estoy enfrentando. Pero al menos soy un hombre y no un niño como era papá cuando entró.
Paden maldijo.
—No te entiendo. Podrías haber entregado a la esclava y ser libre.
—La libertad comprada a espaldas de un ser querido no vale una mierda.
—Es una esclava.
Devyn le fulminó con la mirada.
—Mejor agradece que esté esposado o estarías buscando tus dientes ahora mismo. Alix Gerran no es una esclava. Es una dama, y moriría por ella.
Sacudió la cabeza.
—Espero que todavía sigas diciendo eso cuando Merjack te ejecute.


Alix paseaba por el suelo del transbordador mientras aterrizaban sobre Gouran. La culpabilidad la rodeaba furiosamente por lo que Devyn había hecho.
Tan pronto como la autorizaron a abandonar la nave, corrió hacia la puerta.
Vik la cogió antes de poder llegar al final de la rampa.
—¿Qué estás haciendo?
—Tengo que llegar a Devyn.
—Alix, no hay nada que puedas hacer.
—Tengo que intentarlo. No puedo dejarle allí. No lo entiendes, Vik. Le quiero, y no puedo dejarle pagar por algo que yo hice. No me importa lo que se necesite, tenemos que salvarle.
—Esas palabras, pequeña, acaban de salvarte la vida.
Alix se volvió hacia la voz de mujer que provenía de detrás de ella. Alta, esbelta y hermosa, llevaba un traje Armstich azul oscuro que abrazaba sus curvas de una manera que decía que había sido hecho a medida para ella.
Y en un instante, supo que esta era la madre de Devyn. Aunque no se parecían demasiado, no había duda en la aureola letal o el resplandor mortal.
Involuntariamente dio un paso hacia atrás.
—No tienes que temerme. Si te quisiera muerta, ya estarías sangrando. —Miró a Vik—. ¿Cómo le dejaste hacer esto?
—Se que no vas a acusarme por esto, Shay. Yo no crié a la criatura. Lo hiciste . Eso es lo que te pasa por enseñarle cosas como el honor, el amor, el coraje y la lealtad. —Hizo un sonido burlón—. Si le hubieras dejado asustarse al pequeño mocoso, todavía estaría viviendo en tu sótano.
—No tengo un sótano.
—Sí, pero habrías construido uno si él lo hubiera querido.
Shahara puso los ojos en blanco.
—Estoy tan enfadada contigo ahora mismo, Vik, es posible que desees contener tu lengua antes de que olvide lo mucho que Syn y Dev te quieren.
—¡Abuela!
Shahara se volvió mientras Omari venía corriendo. Le cogió en un abrazo feroz que le hizo levantar a Alix una ceja. Uno, porque la empequeñecía, y dos, Shahara realmente no parecía ser lo suficientemente mayor para ser la madre de Devyn, por no hablar de la abuela de Omari.
Le dio un fuerte apretón a Omari antes de soltarle.
—Te juro que eres más guapo cada vez que te veo.
—Siempre dices eso.
—Porque es verdad. —Pasó delante de él mientras Nero bajaba por la rampa—. Nero, necesitamos un informe completo. Ahora.
—¿Qué estás planeando?
—Traer a mi bebé de vuelta y matar a cualquiera que se interponga en mi camino.
Alix escuchó como Shahara, Nykyrian, Syn, Nero, Jayce, Sway, Vik, Darling Cruel y el legendario tío de Devyn, Caillen, todos discutían sobre cómo liberar a Devyn del arresto. Pero a medida que pasaban los minutos, se preocupaba cada vez más por él.
—Puedo abrirme camino a tiros sin problemas —gruñó Shahara.
Syn sacudió la cabeza.
—Al infierno con lo que dices. No eres tan buena, nena. Te derribarían.
—Es todo un espectáculo, ¿verdad?
Alix volvió la cabeza al escuchar la voz de Zarina.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Le indicó con el dedo que se reuniera con ella en el exterior.
Curiosa, Alix la siguió por el pasillo a una pequeña habitación.
Se le cayó la mandíbula al suelo.
Su madre y Tempest estaban de pie en medio de la habitación, mirando alrededor con nerviosismo. Con el corazón desbocado, corrió hacia ellas.
—¡Alix! —Chilló Tempest, tirando de ella en un apretado abrazo.
Riendo, miró a las dos, que no parecían tener peor aspecto.
—No lo entiendo. ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?
Su madre señaló a Zarina.
—Ella y otra señora vinieron y nos liberaron.
Alix miró a Zarina buscando una explicación.
—Mientras Jayce y DJ os atendían, Devyn nos tenía a mí, Taryn y a la hermana de DJ consiguiendo los certificados de libertad de la alta justicia Ritadarion.
No, eso no era posible.
—¿Qué?
Zarina sonrió.
—Bueno, sabes que es ilegal mantener a un esclavo liberado como esclavo. Puedes ser multado hasta diez veces por su valor y cuando uno de ellos es ante todo una hembra virgen… digamos que el guardián las dejó ir sin luchar.
—No lo entiendo. No son esclavas liberadas.
—Oh, sí, también lo eran. Tu padre las liberó y a ti, hace cinco años en Kirovar. —Zarina le guiñó un ojo.
Alix finalmente comprendió lo que estaba diciendo.
—¿Falsificaste los documentos?
Parpadeó inocentemente.
—La falsificación es ilegal. Nunca haría algo así.
Sí, claro. Porque eso sería incorrecto.
—Gracias, Zarina.


[1] “Du jour” significa “del día” (En francés en el original)

No hay comentarios:

Publicar un comentario