domingo, 4 de marzo de 2012

BOI cap 13

Devyn giró rápidamente, apuntando su blaster hacia cualquier loco que pensara en detenerles. Pero cuando su mirada se enfocó, no pudo respirar mientras fijaba la mirada en un rostro que siempre había deseado conocer.
Su hermano mayor.
El tiempo pareció suspendido mientras se miraban el uno al otro, inmovilizados con una incredulidad momentánea.
La pérdida de esta única persona había perseguido a su padre de formas en las que él no podía ni empezar a entender. Cada año, en el aniversario del cumpleaños de Paden, su padre encendía una vela y rezaba por él. Sobre todo le deseaba suerte, incluso aunque Paden no estuviera allí para oírlo. También le enviaba un regalo a Paden donde fuera que estuviera viviendo.
Un regalo que siempre era devuelto sin abrir.
Y su padre continuaba intentándolo, negándose a darse por vencido con su hijo. Era una de las muchas cosas que Devyn admiraba de su padre. Pero también era una fuente de ira para él.
Cada vez que ese regalo era devuelto, veía cómo una parte de su padre moría. Siempre, año tras año, su padre alargaba la mano para recibir una bofetada de Paden por su esfuerzo.
A los doce años, se enfadó lo suficiente como para preguntarle a su padre.
—¿No soy suficiente hijo para ti que tienes que ansiar y reclamar a uno que te odia?
Su padre le encerró en un feroz y apabullante abrazo.
—Eres el mejor hijo que un hombre podría tener y eres mucho mejor de lo que yo alguna vez he merecido. Mi amor por Paden no le resta nada a cómo me siento hacia ti, y nunca lo hará. Pero tienes que entender que crecí sin un padre y ese es un dolor que me alegro de que tú no conozcas. Paden fue traído a este mundo contra su deseo, y no quiero que él piense nunca que su padre no le quiere. Sí, duele ser pateado cuando se niega a hablar conmigo, pero he sido golpeado mucho más fuerte en mi vida y si él no quiere tener nada que ver conmigo, está bien. Eso nunca cambiará la parte de mí que le quiere. La parte de mí que le enseñó cómo atarse los zapatos y cepillarse los dientes, igual que te enseñé a ti.
Peinó el pelo de Devyn hacia atrás y le besó la frente.
—Al menos de este modo, sabe que alguien ahí fuera aún le quiere. A veces eso es todo lo que tenemos en el mundo. Cuando todo lo demás falla a nuestro alrededor, el simple conocimiento de que hay otra persona que te echa de menos cuando nos hemos ido, es suficiente para ayudarnos a atravesar nuestros momentos más oscuros. Nunca menosprecies lo poderoso que ese conocimiento puede ser.
Sólo después de que Devyn adoptara a Omari comprendió lo que su padre había querido decir aquel día. La sangre no hace una familia.
Lo hace el cariño.
Y ahora estaba cara a cara con el hijo por el que su padre aún sufría.
La mirada de Paden se estrechó peligrosamente. Sus dedos se tensaron sobre el gatillo.
Justo cuando Devyn pensaba que iba a dispararle, Paden apuntó su blaster sobre su hombro y disparó al ejecutor que estaba detrás de él.
Confundido, Devyn no reaccionó cuando Paden le agarró por la camiseta y le empujó a través de una puerta. Tiró de Alix detrás de él y le hizo una señal para que estuviera callada mientras cerraba la puerta. La habitación era la pequeña oficina de alguien, completada con una mesa, una silla de oficina y dos sillas acolchadas enfrente de un ordenador.
Devyn intercambió un desconcertado ceño con Alix mientras Paden cerraba las cortinas para ocultar su presencia a los de fuera.
Los ojos de Paden llameaban mientras se acercaba a Alix.
—¿Por qué cojones no hiciste simplemente lo que te mandaron? —Hizo un gruñido profundo con la garganta—. Nos has jodido a todos ahora. Buen trabajo. De verdad. Esto es lo que consigo por pensar que un esclavo me obedecería sin pensar en sí mismo.
Ella sacudió la cabeza.
—¿De qué estás hablando?
Él se inclinó sobre Alix con un feroz desprecio.
—Iba a utilizar la fabricación de tus pruebas para condenar a Merjack. He estado intentando destruir a ese bastardo desde siempre, pero es demasiado listo. Siempre esconde lo que hace y no deja huellas para que podamos pillarle. Su odio por Kell era su única debilidad. Ahora... maldición. Lo has arruinado todo.
Devyn se quedó atónito ante la perorata de Paden mientras unía las piezas y deseaba que fueran verdad las motivaciones de su hermano.
—¿No estabas intentando matarme tú mismo?
Ahora fue el turno de Paden de parecer perplejo.
—¿Por qué debería hacer eso?
—Oh, no sé... —dijo con una voz que chorreaba sarcasmo—, ¿por nuestra historia y tu odio hacia mi padre?
La cara de Paden palideció.
—¿Sabes quién soy?
—Mi hermano mayor.
Esperó que Paden lo negara, pero no lo hizo. En cambio movió su cabeza con incredulidad.
—No creo que Syn te hablara de mí.
—¿Por qué no? Él te quiere. Siempre lo ha hecho.
—Gilipolleces. Ni siquiera es mi padre.
Devyn estaba disgustado por la traición de su hermano y su continua negación de un padre que lo único que quería era amarle.
—¿Cómo puedes decir eso sobre alguien que te quiere tanto? Honestamente, creo que es idiota por no superar tu pérdida después de la forma en que le has tratado. Pero...
Paden sacó el blaster y lo sujetó contra su cabeza.
—No sabes nada de mí. No soy su hijo.
Devyn le desarmó tan rápido que Paden no pudo hacer nada más que quedarse con la boca abierta. Apretó el agarre sobre el arma, tentado de golpearle con ella.
—No soy tu puta, chico. No sujetes un arma en mi cabeza a no ser que vayas a dispararla. No sería bueno para ti. Y mejor que estés contento de que nuestro padre te quiera porque ahora mismo eso es lo único que te está salvando la vida.
Paden se burló mientras continuaba mirándole fijamente con total incredulidad.
—Realmente no lo sabes, ¿verdad?
—¿Saber qué?
—Syn no es mi padre biológico.
Devyn entrecerró los ojos al escuchar lo último que esperaba oír.
—¿Qué?
—Mi madre tuvo un lío con otro médico en el hospital donde él trabajaba. No estamos realmente emparentados.
No podía ser. Seguramente su padre no seguiría corriendo detrás de un niño que no era suyo... ¿Por qué se maltrataría a sí mismo por alguien que...?
—¿Lo sabe mi padre?
—Por supuesto que lo sabe.
Devyn estaba totalmente anonadado. Eso sólo lo empeoraba todo en su opinión. El hecho de que su padre se preocupase de alguien a quien no le debía realmente nada...
—Eres aún más bastardo de lo que pensaba. ¿Hizo tu verdadero padre alguna vez algo por ti?
Vio la vergüenza en los ojos de Paden.
—No, y escupes sobre el único que se preocupó de ti incluso cuando no tenía por qué hacerlo. Eres detestable.
—Yo quizá sea detestable, pero ahora mismo soy la única oportunidad que tienes de salir de esto.
Devyn le miró secamente.
—¿Necesito recordarte que eres la única razón de que esté en este lío? Yo estaba...
—Infringiendo la ley.
—Pruébalo —provocó Devyn.
Eso era lo único que tenía en común con Merjack. Cuando se trataba de cubrir electrónicamente sus huellas... ni siquiera su padre podía igualar sus habilidades.
Alix se movió para ponerse entre ellos.
—Caballeros, ¿podrían por favor centrarse por un minuto? Tenemos una situación grave aquí y mientras que entiendo vuestra mutua desconfianza y enfado, ahora mismo tenemos algo más importante en lo que pensar.
Paden resopló.
—No sabes ni la mitad de ello.
—Entonces ilumínanos, por favor.
Él la recorrió con desprecio.
—No contesto a esclavos patéticos. Nunca.
Devyn le golpeó con fuerza.
—Mejor será que cambies el tono con ella. No me gusta ese. Le ofrecerás el respeto debido a un ser humano o te daré la paliza que mereces por ser un gilipollas insensible. Tú eliges.
Paden escupió sangre en el suelo mientras se ahuecaba la mandíbula inflamada y miraba a Devyn como si pudiera matarle.
—Hijo de puta.
Devyn no estaba en absoluto intimidado.
—De acuerdo con lo que has dicho ahora mismo, tú eres el único hijo de puta en esta habitación. Mi madre nunca engañó a mi padre, y estoy bastante seguro que la de Alix tampoco lo hizo.
Paden echó a andar hacia él, pero Alix se interpuso.
—Por favor, ¿podemos centrarnos en lo que es importante? ¿Cómo nuestras vidas? —Entonces barrió su propia mirada mordaz sobre Paden—. Y mientras que yo soy un esclavo sin importancia, tú me has ayudado a escapar de la detención, lo que te hace cómplice tanto como a Devyn. Una palabra y tendré que admitir tu amabilidad.
Devyn le frunció el ceño mientras se daba cuenta de cuánta razón tenía Alix.
—¿Por qué nos ayudaste?
—Porque no soy el cabrón sin corazón que piensas. Quise a Syn tanto como un hijo podría hacerlo. Cuando me enteré de que no era mi padre, era sólo un niño estúpido y le culpé a él por ello. Entonces, cuando conocí la historia familiar y quién era realmente, estuve agradecido a los dioses por no compartir su ADN. Estaba mortificado con el pensamiento de que alguien descubriese que un hombre como ese había estado casado con mi madre —hizo un pausa para fulminar ardientemente con la mirada a Devyn—. No me mires así. He notado que tú tampoco compartes su nombre.
Eso hizo que se enfureciera y siempre había sido una fuente de irritación extrema para él.
—Devyn Wade Kell. Llevo su nombre y estoy orgulloso de llamarle padre. Sin importarme su pasado o su familia, él es el mejor hombre que nunca conoceré. Y no me importa una mierda que mi abuelo fuera Idirian Wade. A diferencia de mi padre, a mí personalmente no me importa quién lo sepa. Sólo acepto el Kell porque ese es el nombre que mis padres me pusieron de niño, mientras que ellos temía que gilipollas como tú abusaran de mí antes de que fuera lo suficientemente mayor como para defenderme a mí mismo. Personalmente, como el padre al que quiero, no creo en huir de nada. Como el tío Digger siempre dice: los Wades no huyen. A veces queremos. A veces deberíamos. Pero los Wades no huyen.
Paden le recorrió con una mirada de supremo disgusto.
—Tú no eres mejor que yo.
—Nunca dije que lo fuera. Eres el único en esta habitación que parece tener un complejo de inferioridad. Alix y yo estamos a gusto con nuestro lugar en el mundo.
Paden apartó la mirada mientras la verdad detrás de esas palabras le atravesaba. A causa del odio de su madre por su padre, se había sentido sucio e indigno la mayor parte de su vida. De manera que necesitaba probarse a sí mismo ante su madre, quien le odiaba por lo que su padre había hecho.
No fue culpa suya. Él no fue el único al que ella se había quitado de encima. Todo lo que siempre quiso de ella era su amor y su aprobación.
«Pero incluso en su lecho de muerte ella le maldijo. Eres tan inútil y patético como tu padre. Debería haberte matado cuando eras un niño. Ahora vete y déjame morir en paz. No quiero llevar tu despreciable cara conmigo a la eternidad».
La única persona que siempre le había querido era el hombre que él había despreciado en un intento de ganarse el favor de su madre.
«Es él o yo, y si le eliges a él, estarás escupiendo sobre el universo entero. Ellos nunca te verán como algo más que la patética basura que eres. Continúa y sé el hijo de un ladrón inútil. Entonces todos sabrán exactamente lo despreciable que eres».
Esa era la razón por la que nunca se casó. No quería que una mujer se volviera en su contra como su madre había hecho con Syn.
Pero nada de eso importaba ahora mismo.
La esclava tenía razón. Salvándoles había puesto su propia cabeza sobre el tajo, y si ella abría la boca, lo perdería todo.
Incluso su propia libertad.
Paden dejó escapar un suspiro frustrado.
—No sé cómo sacarnos de aquí ahora. El plan original era dejar que Merjack abusara de su poder colgándote —le dijo a Devyn— y entonces usar tu encarcelación injusta para destruirle. Pero ahora lo habéis hecho volar todo al infierno.
Alió frunció el ceño.
—¿Qué pasa con mi familia?
Él se rió de ella de forma amarga, como si fuera idiota.
—Realmente no estarás pensando que Merjack os habría liberado alguna vez a alguna de vosotras ¿verdad? Pretendía vender vuestro lote tan pronto como tuviera la evidencia que necesitaba para condenar a Kell. Bueno, excepto a tu hermana. Pretendía quedársela para sí mismo.
—¿Y tú estabas de acuerdo con eso?
—No, yo desprecio la esclavitud, pero no lo podía arreglar yo solo. Todo lo que podía hacer es asegurarme de que Merjack era capturado. Después de todo, ese era el plan hasta que vosotros dos lo jodisteis por no seguir las órdenes. ¿Por qué no podías haberme escuchado y hacer lo que te dije?
Alix estaba consternada por su ira hacia ella, habida cuenta de que la había relegado.
—¡Cómo te atreves! Bien, debes perdonarme si la idea de tus ganancias políticas palidece en comparación conmigo y mi familia pasando el resto de nuestras vidas como esclavas. Perdona si tu promoción me parece un poco estúpida.
Él frunció los labios como si ella le diera asco, entonces prestó atención a Devyn.
—¿Cómo puedes aguantar su bocaza?
Devyn pasó una orgullosa mirada sobre ella que la calentó de pies a cabeza.
—Creo que es adorable y su boca es una de las cosas que encuentro más agradables. En más de una situación.
Antes de que Paden pudiera responder, Devyn se puso serio mientras presionaba el comunicador de la oreja.
—Están empezando a buscar por los edificios. Aún no hay noticias de Omari y los otros. Quizá, sólo quizás, eso sea algo bueno.
Paden le echó una mirada jocosa.
—No contaría con eso. No con tu suerte.
Devyn maldijo mientras escuchaba el siguiente trozo de información de sus “amigos”. Las noticias le revolvieron el estómago.
—Sí. Todo se ha dado la vuelta. La Liga ha traído un grupo de asesinos para ayudar en nuestra búsqueda.
A diferencia de los ejecutores, los asesinos estaban muy entrenados. Nada escapaba a su vigilancia y no tenían compasión por nadie. También era un equipo nervioso, y la última cosa que quería era que hirieran a Omari porque él se resistía a su arresto.
—No veo cómo salir de esto.
Taladró a su hermano con una mirada furiosa.
—Tengo que pedirte un favor.
—¿Y eso es?
—Lleva a Alix y los demás a Gouran.
Paden le miró como si estuviera loco.
—¿Por qué Gouran?
—Mi padrino es el emperador Quiakides. Él se asegurará de que ellos y tú estéis a salvo de La Liga y de Merjack.
—¿Qué pasará contigo?
—Yo me entregaré.
Alix negó con la cabeza.
—¿Te has vuelto loco? No puedes hacer eso.
Su preocupación le emocionó, pero eso no cambiaba nada. Y mucho menos, su intención. La apartó el pelo de la cara y apreció la mirada preocupada en sus ojos azul oscuro.
—Confía en mí, Alix. Esta es la única manera. A esta hora, la Talia ha detonado y no van a encontrar nada excepto escombros derretidos. Como dijo Paden, no tienen nada contra mí excepto los archivos inventados que les diste, los cuales podemos probar que son tonterías. Gouran no reconoce la esclavitud, así que serás libre en el momento en que pongas un pie en su suelo, y tío Nyk no dejará que Sway, Omari, Nero, Vik o Manashe sean heridos. Todos estaréis a salvo.
—¿Qué pasará con mi madre y mi hermana?
—Mira a ver qué puede hacer Nyk para liberarlas. Hará lo imposible. Te lo prometo —la atrajo hacía sí y la sujetó con fuerza—. Confía en mí, Alix, conseguiré librarme de ellos.
Ella envolvió los brazos alrededor de él y él se deleitó con el toque. Realmente lo significaba todo para él.
Paden puso los ojos en blanco.
—¿Tienes idea de cuántos agujeros tiene ese plan?
—Realmente no.
Dio un paso atrás y liberó a Alix hacia su hermano.
—Entonces sácala de aquí y reúnete con los otros —hizo una pausa—. A propósito, confío en ti... hermano —alargó la mano hacia Paden—. No me falles.
Paden tomó la mano en la suya.
—Que los dioses caminen contigo.
—Y contigo. Recuerda que estás cuidando las cosas más importantes del mundo para mí.
Devyn se encontró con la mirada aterrada de Alix y quiso confortarla.
—No te preocupes. Sacaré a tu familia de esto. Lo prometo.
—Tus promesas han sido las únicas con las que yo siempre he podido contar, y  no es sólo por ellas por lo que tengo miedo. No hagas nada estúpido, Devyn. No quiero que tu vida sea el precio a pagar por su libertad.
Sonriendo, Devyn besó su mano. Aspiró el aroma de su piel antes de alzar la cabeza y reclamar sus labios.
—Te protegeré.
Ella asintió incluso mientras imágenes de él bailaban en su cabeza.
—Mantente a salvo.
—Tú también —miró hacia Paden—. Yo iré primero. Una vez que me hayan cogido, saca a los otros de aquí.
—Lo haré.
Devyn echó otra mirada a Alix, esperando que no fuera la última vez que la viera. Estaba desaliñada por todo lo que habían pasado y todavía era la mujer más hermosa del mundo para él.
Las heridas le palpitaban, pero ni aun el dolor podía anular el deseo que sentía por ella.
Parte de él quería olvidar a los demás y correr con ella, pero amaba a Omari y a su equipo demasiado.
Esta era la única manera de salvarlos a todos. Su vida por la de ellos. Era un pacto, de verdad.
Con el corazón afligido, se dio la vuelta y dejó la habitación, entonces se encaminó abajo donde estaba el mayor grupo de soldados esperando fuera del edificio. En el momento en que le vieron, salieron en tropel.
Le costó cada onza de voluntad que poseía no luchar con ellos mientras le esposaban las manos a la espalda. Esto era por los otros.
Sí, pero el sometimiento apestaba.
Solamente no dejes que Paden me traicione.
Estaba poniendo mucha confianza en alguien que podría fácilmente apuñalarle por la espalda y matar a aquellos que estaba intentando salvar desesperadamente.
Pero en este punto ya no tenía ninguna opción.


Alix miró a Paden con cautela. No había sido exactamente amigable o confiable en todo esto, y aún no estaba segura de que el plan de Devyn no fuera una locura. Por favor, que todo vaya bien. No podría ser capaz de vivir consigo misma si le hubiera enviado a la muerte para salvar a su familia.
—¿Le estabas mintiendo?
Paden le echó una mirada severa.
—No, acerca de ti no—entonces añadió secamente—, sé que crees que soy un cabrón sin valor y realmente no me importa.
Pero ella notó el temblor en el tono de voz. Uno que le dijo algo que él no decía.
—Quieres a tu hermano.
Paden apartó la mirada, pero ella notó el gesto de vergüenza en sus ojos como si la idea de ello le avergonzara.
—Mis sentimientos por él y por mi padre no son de tu incumbencia. Ahora muévete, esclava. Si ellos dan contigo o conmigo, no seré tan estúpido como Devyn.
Las palabras la ofendieron, pero encontró extraño que se refiriera a ellos como familia ahora que Devyn no estaba aquí para oírle.
Antes de que pudiera profundizar en ello, la agarró del brazo y la sacó a rastras de la habitación.
—¿Dónde se supone que os encontraríais? —le preguntó mientras recorría el camino hacia la puerta trasera del edificio, donde tendrían la última oportunidad de ser vistos y capturados.
—La bahía de aterrizaje.
La miró con ceño.
—¿La bahía de aterrizaje? ¿Estáis locos? Ese lugar va a estar lleno hasta arriba de ejecutores.
—Bien, ese era el plan de juego.
Él dejó escapar un sonido de supremo asco.
—Bien.
Alix movió de un tirón el brazo para liberarlo.
—Me estás haciendo daño.
—Como si me importara —pero no volvió a cogerla del brazo mientras la guiaba cuidadosamente hacia la bahía.
Alix no se sentía segura ante esto mientras entraban en la bahía a través de una puerta lateral. Tuvo un mal presentimiento en el estómago que no se pudo sacudir.
No habían ido muy lejos cuando entendió el porqué. Detrás de ellos, oyó una profunda y espeluznante voz.

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