lunes, 13 de febrero de 2012

SON cap 2

—Te estoy diciendo la verdad, Danger, Acheron va a matarnos a todos nosotros. Sabemos demasiado sobre él y no soportará dejarnos vivir.
Dangereuse St. Richard estaba de pie en la sala de recibo de la mansión prebélicaÀ de Kyros fuera de Aberdeen, Mississippi, con sus brazos doblados sobre el pecho. Ella nunca había estado en el mejor de los términos con el antiguo Cazador Oscuro griego. Esta noche no estaba de humor para sus tonterías, sobre todo no después de las historias que ella había oído que decían que Kyros se había convertido en un traidor y permitía vivir a Daimons, y esto de los labios de los Daimons que había hecho polvo antes esa noche.
No tenía ninguna paciencia con alguien que traicionaba el Código de Cazador Oscuro.
El trabajo exclusivo de un Cazador Oscuro era matar a los Daimons, quienes eran antiguos miembros de la maldita raza Apolita, hijos de Apolo, quienes lo habían ofendido y habían sido condenados a vivir de noche, y morir a la edad de veintisiete años. Si los Apolitas decidían comenzar a chupar almas humanas antes de ese cumpleaños, se convertían en Daimons que podían vivir indefinidamente. Pero por cada Daimon que vivía, incontables almas humanas morían.
Era algo que ella se negaba a tolerar. Si pudiera matar a Kyros por ello, lo haría. Pero para un Cazador Oscuro que matara a otro la muerte era inmediata. Ella ni siquiera podía atacarlo. Todo lo que le hiciera, lo experimentaría diez veces peor.
Gracias, Artemisa, por ese regalo en particular.
Hasta que Acheron contestara su llamada de ayuda, no había nada que pudiera hacer para detener a Kyros en su locura.
De hecho, ella podía sentir drenarse sus poderes sólo por estar en el mismo cuarto que Kyros. A los Cazadores Oscuros no se les permitía pasar una cantidad significativa de tiempo juntos sin drenarse los poderes el uno al otro.
El cuarto en el que ella y Kyros estaban de pie era oscuro y mohoso, y debería haber estado decorado con antigüedades en vez de los muebles modernos que chocaban con el diseño neoclásico de la casa. Las paredes estaban pintadas de un color oro profundo, prebélico, mientras los techos tenían exquisitos medallones blancos. Los duros pisos de madera de pino bajo sus pies estaban llenos de rayones y en grave necesidad de reparación. Qué extraño que un Escudero no tuviera más cuidado con la propiedad de un Cazador Oscuro.
Pero eso no venía al caso. Ahora mismo ella tenía un asunto mucho más apremiante con Kyros que el hecho de que no tuviera nada de gusto y su Escudero no tuviera una clara idea de cuál era su trabajo.
—Bien, Kyros —ella habló lentamente, escogiendo sus palabras con cuidado—. Acheron es un Daimon que se alimenta de la gente y fuimos creados únicamente para que él pudiera pelear una guerra con su madre, la reina Daimon, de la que ningún Cazador Oscuro jamás ha oído hablar. Ahá.
Él bajó de golpe su mano sobre el escritorio de madera de cerezo detrás del cual estaba sentado.
—¡Maldición!, mujer, escúchame. Tengo más de nueve mil años. Yo estaba allí en el principio, uno de los primeros Cazadores Oscuros alguna vez creados... y recuerdo las historias de Apollymi, de mi niñez. La llamaban la Destructora y era Atlante… como Acheron.
Pues eso era una coincidencia. Dos Atlantes no hacían una familia. Ella no era, más que seguramente, la única Cazadora Oscura francesa, ni siquiera era la única en venir de la Revolución Francesa y ninguno de ellos estaba relacionado por mucho más.
Kyros necesitaría muchas más pruebas para convencerla de que Acheron era el hijo de esta reina-diosa Atlante.
Ella le lanzó una aburrida mirada.
—¿Y esta Destructora Atlante ahora conduce a los Daimons y los envía para luchar contra Acheron, que nos usa a nosotros y a los humanos como carne de cañón para protegerse? Realmente, Kyros, deja la pipa de crack… o ve a escribir novelas de fantasía para niños. —Ella se inclinó hacia adelante y susurró fuertemente—: Apuesto que hasta sabes exactamente quién conspiró para matar a Kennedy, ¿eh? Estoy segura que el dinero de D. B. CooperÀ es el que financió tu increíble colección de muebles.
Él se puso de pie y se acercó a ella.
—No seas condescendiente. Sé que tengo razón. ¿Alguna vez has visto a Acheron comer algún alimento? Sabemos que él es mucho más poderoso que el resto de nosotros. ¿Nunca te preguntaste por qué?
No había nada que llamara la atención en su libro.
—Él es el más viejo y ha tenido sus poderes mucho más tiempo que el resto de nosotros. Conoces el refrán “la práctica hace a la perfección”, y ese hombre ha tenido mucha práctica. En cuanto a la comida, no he estado lo bastante cerca de él como para notarlo.
—Sí, pues yo he estado cerca de él mucho más que una vez, y mientras Brax y yo comíamos, él nunca lo hizo. Después que fuimos creados, Acheron escribió sus reglas de mierda y el resto de nosotros, a ciegas, ha estado siguiéndolas durante siglos sin cuestionarlas o a él. Es tiempo ahora que comencemos a pensar por nosotros mismos.
Ella hizo un ruido de sarcástica diversión.
—¿Y qué ha traído de repente esta grandiosa revelación a ti?
Kyros se rió de eso mientras una maligna, espeluznante expresión caía sobre él.
—¿Realmente quieres saberlo?
—¿Pourquoi pas? ¿Por qué no?
—¡Stryker!
Danger frunció el ceño ante su grito. Medio minuto más tarde, algo demasiado brillante destelló en el cuarto, ella tuvo que darse vuelta para proteger sus sensibles ojos de Cazador Oscuro de quemarse. Pero el cabello en su nuca se erizó mientras sentía la presencia repentina de un Daimon en el cuarto. Siseando de cólera, ella sacó la daga de su bota y se enderezó para enfrentarlo.
Kyros agarró su brazo.
—No. No lo hagas.
Su temperamento rugió por las acciones de él.
—¿Invitarías a un asqueroso Daimon a tu casa?
La pregunta apenas había abandonado sus labios antes de que la sensación del Daimon cesara. El recién llegado todavía estaba de pie allí, pero no las señales de alarma que avisaban a un Cazador Oscuro de la presencia de un Daimon.
Un mal sentimiento recorrió a Danger mientras miraba al recién llegado. Como Acheron, él medía más de dos metros, con el cabello largo negro que fluía alrededor de sus hombros, y llevaba un par de gafas de sol opacas sobre sus ojos.
—¿Qué pasa aquí? —le preguntó ella a Kyros.
Kyros la soltó.
—Sí. No lo creí, tampoco, al principio. Pero él puede enmascarar al Daimon en él para que nosotros no podamos sentir su presencia.
—¿Cómo? —preguntó ella.
El Daimon se rió, mostrándole un par de colmillos.
—Este es un rasgo que corre en mi familia. Mi madre puede hacerlo. Yo puedo hacerlo y mi hermano puede hacerlo.
Frunciendo el ceño a los dos hombres, ella no entendió de qué hablaba.
No antes que se quitara las gafas de sol y revelara un par de ojos cambiantes de color plateado, los que ella sólo había visto en un hombre antes…
Acheron Parthenopaeus.
—Él es el hermano de Acheron —dijo Kyros como si pudiera oír los pensamientos de ella—. Y él me ha dicho muchas cosas sobre nuestro intrépido líder que me han dejado frío. Acheron no es lo que tú piensas que es y tampoco nosotros.
—¿Entonces cómo hiciste esa cosa que hizo explotar a todos los Daimons?
Sentado al lado del Escudero que lo conducía de regreso a la casa de Danger, Alexion se estremeció mientras Keller seguía divagando con preguntas y comentarios. El hombre tenía tres velocidades de discurso: rápido, más rápido, y cállate-antes-de-que-mi-cerebro-explote-al-intentar-seguirte. Siempre le habían dicho que los americanos del sur hablaban despacio.
Esto era, al parecer, un mito.
Él no había tenido un dolor de cabeza desde que había sido humano, pero por primera vez en nueve mil años, comenzaba a sentir un dolor palpitante entre sus sienes.
Mucho más parecido a un niño irritante, Keller continuó, tomando velocidad con cada palabra.
—Vamos, no me has contestado y tengo que saber. Sabes, si todos nosotros con sólo pensarlo pudiéramos hacer pedazos a los Daimons seguro que sería muchísimo más fácil. ¡Puedes imaginarte a todos nosotros sólo mirándolos y... boom! Están muertos. Tienes que decirme cómo haces eso. Vamos. Tengo que saber, ¿entiendes?
Alexion tensó su mandíbula antes de contestar.
—Esto es un secreto de fabricación.
—Sí, pero estoy en el negocio. Los Escuderos necesitan saber, también. Nosotros no somos inmortales, entonces me parece que deberíamos saberlo primero, ¿no crees? Vamos, dime cómo lo hiciste.
Alexion lo miró fijamente advirtiéndole.
—Yo te lo mostraría, pero te mataría usarlo.
Pensándolo, no sería una idea tan mala…
Él abrió su boca para decirle.
—No lo hagas.
Alexion gruñó a la voz de Acheron en su mente.
—Entonces hazlo tú mismo, o no te metas en mi cabeza.
—Bien, estás por tu cuenta desde este momento. Me estoy yendo. Me voy a jugar un solitario o algo así.
Sí, justo. Acheron jugando a algo. Como si él tuviera un minuto para perder.
Keller giró en el camino de entrada de una pequeña mansión en el noroeste de Tupelo, que era dominio de Dangereuse. La Cazadora Oscura había sido asignada al área durante los últimos cincuenta y pico de años. Su casa estaba diseñada como un auténtico castillo francés con un patio que fue hecho para resaltar al lado izquierdo de la casa.
Keller presionó el control en su MountaineerÀ verde oscuro para abrir la puerta del garaje.
—Bien, sé así. No compartas, pero cuando me maten, voy a atormentarte por no decirme nada de nada cuando tenías la posibilidad de salvarme. Sabes, esto no está bien. No está bien para nada.
Metió rápidamente su SUV verde oscuro en el garaje, luego cerró la puerta detrás de ellos.
Aunque era un garaje para tres autos, no había ningún otro auto dentro. Él había asumido que Dangereuse habría vuelto antes.
—¿Dónde está tu señora esta noche?
—No lo sé. Ella salió aproximadamente una hora después del ocaso y no he oído nada desde entonces. Me hubiera gustado que estuviera aquí, sin embargo, para ganar a esos Daimons. Pensé que estaba frito hasta que apareciste en el callejón. Y hablando de apariciones, ¿cómo hiciste eso, de todos modos? ¿De dónde vienes? Sé que tuviste que tener algún modo de llegar aquí, ¿entiendes?
Alexion salió lentamente del auto mientras intentaba mantener su prestancia. Sólo había visto la casa de ella una vez o dos en la sfora. Pero las cosas parecían muy diferentes en persona que a través de la distorsión de la niebla.
—¡Eh! —Keller chasqueó sus dedos mientras daba la vuelta al SUV—. ¿Me oíste? ¿Cómo llegaste a Tupelo sin tu propio coche?
—Tengo talentos especiales.
—¿Tú eres uno de los tele—transportados?
Alexion respiró profundamente por paciencia, la que se agotaba rápidamente en este nuevo cuerpo. Esta era la parte más difícil de ser el Krisi, el sentenciador, y venir a la tierra. Él no estaba acostumbrado a todos esos colores brillantes, sonidos, y emociones que se filtraban por un cuerpo verdadero. De vez en cuando, él era como un niño pequeño sobre-estimulado, uno que tenía la capacidad de arrasar una ciudad si llegaba a cabrearse lo suficiente.
Keller era hasta más inquisitivo y molesto que Simi en su peor día. Y esto era un verdadero logro.
—No me hagas una pregunta más, Keller. Solamente voy a mentirte y yo preferiría no tener que sufrir el stress de tratar de recordar qué mentira te dije.
Bufando ante eso, Keller lo llevó a la casa, que estaba decorada en estilo retro—contemporáneo. El pequeño vestíbulo que conducía del garaje a la cocina era color púrpura oscuro.
Keller dejó caer sus llaves en una cesta sobre la encimera.
—¿Por qué quieres mentirme?
—No quiero —dijo él jocosamente—, es por lo que te dije que no me preguntes nada más.
El Escudero resopló.
—¿Tienes hambre? ¿Quieres algo de comer o de beber?
Alexion suspiró ante la repetición del hombre. Keller tendía a preguntar todo al menos dos veces.
—No.
Alexion echó una mirada a la cocina amarillo oscuro. Había mucho para hacer y él necesitaba que Danger regresase a casa para poder comenzar con eso. Kyros ya estaba siguiendo el plan habitual de juego de los Cazadores Oscuros en el pasado. Aproximadamente una semana atrás, él había comenzado a pedir a los Cazadores Oscuros que se congregaran en y cerca de su ubicación en Aberdeen, Mississippi, para así poder convencerlos de su modo de pensar.
Este era un ciclo familiar. Cada unos pocos siglos muchos Cazadores Oscuros encontraban el amor y se liberaban de su servicio a Artemisa. Inevitablemente, uno de los restantes Cazadores Oscuros más antiguo creía que había resuelto por qué y de algún modo Acheron siempre era culpado de engañarlos. Los celos y el aburrimiento eran una mezcla mortal que podía causar las ilusiones más extrañas. Convencido de su razonamiento, el Cazador Oscuro se ponía en contacto con los demás, intentando conducirlos a la libertad también, lo que significaba volverse en contra de Acheron.
Alexion sería enviado ya sea para salvarlos o para declararlos Rebeldes y matarlos.
Al principio, mientras él estaba en un cuerpo humano en este reino, se había sentido un traidor a su propia clase, y no obstante entendía por qué esto era necesario. El orden debía ser mantenido costase lo que costase. Los Cazadores Oscuros tenían a su manera demasiado poder sobre la humanidad como para comenzar a abusar de él.
Había pocos seres en el universo que podían combatir a un Cazador Oscuro y vivir, y la gente no era una de ellos.
Pero esta vez… esta vez algo era diferente. Él podía sentirlo profundamente dentro suyo, y no era solamente porque Kyros estaba implicado. Había algo más aquí.
Algo malvado.
Keller todavía hablaba, aunque francamente, Alexion no lo escuchaba. Sus pensamientos estaban en otras cosas. Él hizo una pausa mientras iba a la sala de estar y veía la antigua pintura encima de la chimenea. Era un retrato de familia de un hombre mayor, una mujer joven, y dos pequeños niños y una bebé. Pintado al aire libre en lo que parecía ser un patio muy similar al que había visto al lado de esta casa, era obvio que el retrato era de finales del siglo dieciocho.
Esta debía haber sido la familia humana de Danger.
Dangereuse se había hecho Cazadora Oscura durante la Revolución Francesa. Su marido había traicionado a su padre y a los niños nobles de su padre ante el Comité. Ella había estado intentando pasarlos de contrabando de París a Alemania, cuando todos habían sido capturados. Él se estremeció ante el destino que les había tocado a todos ellos.
—¿Qué vas a hacer con la ropa mañana? —preguntó Keller mientras se paraba delante de él—. No tienes ninguna, ¿verdad? —Arqueando una ceja, Alexion miró hacia la ropa sobre su cuerpo—. Quiero decir otra ropa —soltó Keller—. Jesús. No seas tan literal.
Alexion encontró la mirada del Escudero. Keller era un hombre extraño pero agradable. Para un pesado.
—Será entregada.
—¿Por quién? ¿Tienes un Escudero o algo? Eso es, ¿verdad? ¿Un Escudero para un Escudero?
Una esquina de la boca de Alexion se curvó hacia arriba mientras pensaba en Simi, quien constantemente le traía cosas porque pensaba que él podría quererlas o necesitarlas.
—Yo, definitivamente, tengo algo.
Keller le miró con el ceño fruncido.
—Sí, bien. Si me sigues, te mostraré un cuarto arriba donde puedes dormir. Es verdaderamente agradable. Acheron lo ha usado algunas veces siempre que estuvo aquí en el pasado, pero ha pasado un tiempo desde la última vez que lo vimos. Bien, bien, nunca lo he visto aquí, personalmente, pero sé por Danger que él ha estado aquí antes. Pienso que la última vez fue antes que yo naciera. O tal vez no. A veces consigo mezclar las historias de Danger. ¿Tú alguna vez haces eso con Acheron? Apuesto que él tiene muchas historias para contar, ya que es más viejo que la suciedad. Su casa debe ser realmente linda, ¿huh?
Poniendo los ojos en blanco, Alexion frotó su pulgar contra su sien mientras Keller divagaba.
Mientras dejaban la sala de estar y se dirigían hacia la escalera, Alexion notó un débil rastro de magnolias en el aire. Estaba mezclado con algo más… algo definitivamente femenino. Este debía ser el olor de la Cazadora Oscura, y su cuerpo reaccionó al instante.
Tuvo calor y una fuerte y repentina necesidad. En su casa en Katoteros, no había nadie con quien tener sexo. Nada más que largas y solitarias noches que lo dejaban nervioso y excitado. La única ventaja de ser enviado a juzgar era que por lo general tenía un día o dos para encontrarse a una mujer y aliviar el dolor profundamente arraigado.
Tienes muchas más apremiantes preocupaciones que acostarte con alguien.
Era una teoría de todos modos, pero juzgando por la palpitante erección que tenía en ese momento, él definitivamente la defendería.
—¿Cuánto tiempo has servido a Dangereuse? —preguntó al Escudero.
Era insólito para un hombre ser Escudero de una mujer. Por lo general los humanos que dirigían el Consejo de los Escuderos prohibían que un Escudero sirviera a un Cazador Oscuro si el Escudero podía ser sexualmente atractivo para el Cazador Oscuro. Ya que los Cazadores Oscuros y Escuderos, como se suponía, tenían una relación platónica, el Consejo siempre intentaba dar al Cazador Oscuro un Escudero que fuera lo opuesto a lo que atraía sexualmente a él o a ella.
Esto le hizo preguntarse si Dangereuse pudiera ser atraída por mujeres, a diferencia de hombres.
—Aproximadamente tres años. Mi papá es el actual Escudero de Maxx Campbell en Escocia, y después que me gradué en la universidad, pensé que me gustaría unirme al negocio de la familia, ¿entiendes?
Al hombre parecía gustarle terminar las oraciones con esa palabra.
Keller siguió sin pausa.
—Lamento no haber crecido allí, pero cuando era un niño, Papá estaba asignado a Little Rock, sirviendo a ese Cazador Oscuro llamado Viktor Russenko quien fue asesinado unos años atrás. ¿Lo conocías?
—Sí.
—Maldita vergüenza lo que ellos le hicieron. Algunos Daimons lo agarraron solo y saltaron sobre él. Pobre tipo. Él no tuvo ninguna oportunidad. Fue horrible, entiendes, entonces el Consejo pensó que mi papá necesitaba un cambio de paisaje. Creo que Escocia fue un buen cambio para él. Maxx parece ser un Cazador Oscuro realmente relajado. ¿Lo conoces también?
Alexion asintió ante el nombre. Él sabía mucho sobre el Cazador Oscuro Highlander que recientemente había sido trasladado de Londres a Glasgow.
—¿Cómo lo lleva tu padre por ahí?
—Está bien, pero extraña casa. Ellos hablan raro ahí y no muchos pueden entender su acento. Él tiene un verdadero acento Sureño.
Ahora el muerto se reía del degollado.
Keller siguió divagando mientras le enseñaba el camino a un dormitorio de tamaño mediano que tenía un cuarto de baño contiguo. Alexion ladeaba su cabeza mientras sentía algo extraño a través de él. Era frío, casi siniestro, y no podía ubicarlo.
Si no lo conociera bien, creería que era…
—¿Acheron? —él envió la llamada mental a través de las dimensiones.
Su jefe no le contestó.
Entonces, tan pronto como había llegado, la sensación se había ido.
Qué extraño…


À estilo de arquitectura anterior a la guerra de secesión de Estados Unidos, 1860
À Famoso estafador, cuya vida fue llevada a la pantalla por Leonardo Di Caprio en la película “Catch Me if You Can” de Steven Spielberg.
 À Vehículo todo-terreno de la fábrica Mercury.

No hay comentarios:

Publicar un comentario