Venganza.
Alguien dijo que ésta era un veneno que se mete en el alma y la desnuda. Que este parche sólo destruye a quien se atreve a utilizarlo.
Pero para otros, es leche materna. Alimenta y crece dándoles una razón para sobrevivir cuando no tienen nada más que los sostenga en este mundo.
Esta es la historia de tal criatura. Nacido dios en un tiempo incluso anterior al que la humanidad recordase su pobre historia, fue el único que gobernó el universo conocido. Su panteón fue supremo y todos a su alrededor le rendían homenaje.
Y entonces llegó el día en que otros dioses se levantaron para desafiarlo. Durante siglos luchó la sangrienta Guerra y habría salido victorioso si en un acto de traición no le hubiesen robado sus poderes divinos.
Desprovisto de sus cabalísticos poderes, se vio obligado a caminar por el mundo de los hombres como uno de ellos y como algo más. Algo oscuro. Frío. Letal.
Pero el juego no estaba terminado. La derrota no hacía sino alimentar la parte de su alma que exigía una revancha. Y siempre y cuando hubiese vida, habría esperanza. Y siempre que hubiese esperanza, habría determinación. Y la necesidad de venganza siempre camina al lado del derrotado.
Durante siglos el antiguo dios había esperado su momento, sabiendo que la complacencia y arrogancia de su enemiga debería devolverla a su círculo.
Ahora el día de la revancha estaba a su alcance…
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