Alexion pasó el día entero vigilando el sueño de Danger. Sentado en la mullida silla de tejido color crema al lado de su cama, completamente absorto por la pálida belleza de ella. Sin defectos. Sin astucia. Sin crueldad interna. Ella nunca haría daño a alguien que amara. En verdad, había muerto intentando salvar a su familia cuando hubiera sido bastante fácil para ella haberles vuelto la espalda y salvarse a sí misma.
Eso era parte de por qué la amaba tanto.
—No quiero abandonarla —susurró las sentidas palabras sabiendo que al final no tendría ninguna opción.
Condenado fuera por no ser capaz de controlar sus emociones en lo que a ella concernía. Todo lo que había hecho fue arruinar su propio futuro.
¿Por qué era así?
¿Por qué tenía que existir semejante dolor en este mundo? El amor debería ser fácil. Debería ser simple. Deberían permitir a una persona encontrar a esa persona sin la cual no podría vivir y simplemente dejarlos seguir el alegre camino del “por siempre jamás”.
Pero no funcionaba así. Él estaba vivo, o muerto, prueba de eso. Liora había jurado que lo amaba y mira cómo había resultado. Era difícil confiar en que otra persona no te hiciera daño. Había todavía una parte de él, incluso ahora, que se preguntaba: si pudiera conseguir la libertad, ¿Danger dejaría caer el medallón para salvarse?
¿Su propio dolor personal sería tan grande que ella se ayudaría a sí misma antes que a él?
No había ningún modo de conocer la respuesta. Sobre todo ahora.
Alexion suspiró. Sabía por Acheron que era inútil insistir en hablar sobre deseos o lo que podría haber sido. Tenía que tratar con el presente y eso significaba mantener a salvo a Danger de lo que fuera que Stryker hubiera planeado.
Tenía a Xirena con él ahora. Seguramente los dos eran capaces de proteger a una mujer. ¿No es cierto?
Pero cuando tratas con un dios mañoso empeñado en vengarse, no tenía sentido volverse engreído.
—Vamos, jefe —dijo por lo bajo—, háblame.
Alexion sacudió su cabeza ante la ironía. En el pasado, siempre había odiado que Acheron se hubiera metido en sus pensamientos o espacio. Ahora que lo deseaba, el Atlante estaba en algún lugar donde no se lo podía encontrar.
Imagina…
—¿Alexion?
Él se levantó y fue a la cama donde Danger estaba removiéndose. Ella se estiró y bostezó mientras lo miraba.
—¿Siempre te levantas tan temprano?
—Sí —dijo él, sin querer que ella supiera que como era más o menos un fantasma, no necesitaba dormir.
Su descanso era bastante distinto al de un humano.
Ella bostezó otra vez antes de ofrecerle una sonrisa.
—¿Qué tenemos en la agenda para esta noche?
Él se encogió de hombros despreocupadamente.
—Migraña, inutilidad, posible muerte. Lo mismo de cada noche, supongo.
Danger se rió.
—Eso suena como mi vida, bien —ella echó un vistazo hacia la puerta— ¿Qué está haciendo nuestro demonio?
—No he estado en el cuarto de juegos en casi dos horas, pero la última vez que comprobé, estaba metida hasta las rodillas en órdenes de Kirk’s FollyÀ. Buena cosa que Acheron esté cargado. Por otra parte, por el modo en que estas demonios compran, no estoy seguro de que tenga dinero suficiente para cubrirlo.
Danger estaba asombrada por sus palabras. Era tan agradable despertarse para ver su hermosa cara sonriéndole.
Ella tomó su mano en la suya para poder sentir la masculina aspereza en ella. No sabía qué había en la sensación de la piel de un hombre que la hacía tan atractiva, pero no había forma de negar que ella disfrutaba lo diferente que era de la suya propia.
Respiró profundamente contra sus dedos, deleitándose con el caliente, agradable olor de ellas. Sus manos eran poderosas y aún así, tiernas. Maravillosas y deliciosas. Abriendo sus labios, con cuidado mordisqueó su índice.
Él siseó en respuesta.
—Continúa haciendo eso, y no te dejaré salir de esa cama.
—¿Entonces por qué no te unes a mí? —dijo ella, retirando los cobertores para que él pudiera ver su cuerpo desnudo.
Ella nunca había hecho nada tan osado con un hombre antes, ni siquiera con su marido. Pero por alguna razón, no le importaba compartirse con Alexion.
Su sentido de modestia había volado y no estaba realmente segura de por qué.
Los ojos de Alexion lanzaron fuego verde.
—Tenemos un trabajo que hacer.
—Y tenemos tres días más para encontrarnos con los Cazadores Oscuros, quienes van a insultarte y agraviarte —ella le pasó la lengua sobre la yema del pulgar, luego se retiró—. Ellos no van a ninguna parte. Como tú dices, esto es sólo un ejercicio inútil. Voto que nos tomemos la noche libre y la disfrutemos —ella lamió la parte de atrás de los nudillos de él.
Puro placer oscureció su mirada, pero de todos modos se resistió a ella.
—¿Con qué propósito?
Ella se sentó en la cama y envolvió sus piernas alrededor de la delgada cintura de él, acercándolo.
—Has cambiado desde que has estado aquí, Alexion. Cuando llegaste por primera vez eras tan frío y distante. No eres así, ahora. Eres cálido y divertido. No quiero perder esto. No quiero que tú pierdas esto.
Alexion tragó. Estaba absolutamente en lo cierto. Ella lo había cambiado.
Danger le retiró el pelo de su cara.
—Quiero que tengas recuerdos míos que te mantengan caliente después de que te vayas.
Esos recuerdos sólo le harían más daño, y aún así su corazón estaba emocionado por la idea. No había tenido una noche de normalidad desde que había sido humano, y por alguna razón, serlo con esta mujer lo hacía ansiarlo brutalmente.
¿Como qué sería?
—¿Y qué haremos?
Ella le dirigió una burlona sonrisa seductora que lo hizo endurecerse mientras ella arrastraba su mano por el frente de su camisa.
—¿Alguna vez has estado en un cine de verdad?
Él sacudió su cabeza. Acheron y Simi iban todo el tiempo, pero la última vez que él había estado en el reino humano, las películas no habían sido inventadas aún.
—Entonces esto es lo que vamos a hacer —dijo ella en un tono que le advirtió que no aceptaría un no por respuesta—. Cena y una película … Justo como Jane y JackÀ.
Alexion sacudió su cabeza.
—Creo que has perdido la cabeza.
Ella estaba desabotonando lentamente su camisa mientras le hablaba. Cada roce de su mano contra su carne enviaba escalofríos por su cuerpo.
—Quizás, ¿pero sabes lo que Jack y Jane harían para comenzar su noche?
—No tengo ni idea.
—la comenzarían con una cegadora ronda de buen sexo.
Alexion siseó cuando ella hundió su mano bajo la cinturilla de su pantalón para acariciar su duro miembro. Su cuerpo ya palpitaba y ansiaba el de ella del peor modo. O tal vez fuera el mejor modo.
No había realmente nada mejor que sus manos sobre su cuerpo. Nada mejor que la sensación de Danger.
Alexion rió mientras ese pensamiento cruzaba su mente.
—¿De qué te ríes? —preguntó Danger mientras detenía su dulce tortura.
—Sólo tenía un mal juego de palabras en mi mente.
—¿Y cuál es?
El corazón de Danger latió más fuerte con sus sentimentales palabras. No deberían complacerla y sin embargo, lo hicieron. Oh, sí, había realmente algo mal en ella. Estaba patas para arriba por este hombre y hundiéndose más profundo cada minuto.
—¿Cómo sabes decir siempre la cosa correcta? —le preguntó.
—No sabía que lo hacía.
—Tienes mi palabra, lo haces.
Él cerró sus ojos mientras ella pasaba las yemas de sus dedos sobre la punta de su pene. Ella amaba complacerlo. Pero mientras veía el éxtasis en su cara, eso encendió su deseo aún más.
Abriendo su cremallera, deslizó los pantalones de él por sus piernas, luego atrajo sus labios a los suyos para poder probarlo.
Su lengua bailaba con la de él mientras hundía sus manos en su grueso, suave pelo. Su duro pene se frotaba contra su estómago desnudo mientras ella se tomaba su tiempo explorando su boca.
Delirante por el beso, ella se retiró muy ligeramente.
—Adoro el modo en que me tocas —ella respiró contra su mejilla—. Adoro el modo en que hueles. El modo en que me miras… necesito sentirte dentro de mí, Alexion.
El ser entero de Alexion estaba en fuego mientras la miraba reclinarse desnuda sobre la cama. Sus muslos estaban extendidos, abiertos en dulce invitación, permitiéndole ver la parte más sensible de su cuerpo. Él se inclinó sobre ella para tomar su pecho en su boca y así poder jugar con su lengua sobre la tensa punta rosada. Su cuerpo era absolutamente celestial.
Cerrando sus ojos para saborearla mejor, él bajó su mano para acariciarla suavemente. Sondeó la tierna carne entre sus muslos, separándolos para poder sentir cómo de mojada y lista estaba para él. Era la sensación más dulce que hubiera conocido jamás.
Él la masajeó mientras ella le susurraba estímulos en francés. Y cuando él hundió su dedo profundamente dentro, ella arqueó su espalda con un grito de placer.
Incapaz de soportarlo, retiró su mano para poder entrar en ella.
Danger gimió con la gruesa plenitud de Alexion dentro de ella. Él tomó su mano en la suya y se la sostuvo sobre la cabeza mientras empujaba contra sus caderas. Se movió entrando y saliendo, con el más dulce ritmo que latía en ella con dicha absoluta. Danger lo encontró golpe a golpe, ansiando el agridulce placer.
Envolvió sus piernas alrededor de la cintura de él mientras la pasión de ambos la alejaba del presente y todos sus miedos sobre el futuro. Hacía tanto tiempo que no se había sentido así con un hombre. Había una conexión con él. Amistad.
Más que eso, había amor.
Cómo deseaba poder conservarlo. Pero al menos tenía este momento para recordar qué era lo que había perdido. Este momento para fingir que podrían permanecer juntos.
Él se movió más rápido, aumentando su placer hasta que ella no pudo soportarlo más. Gritando, Danger sintió su cuerpo astillarse con el éxtasis final.
Alexion miró su cara mientras se corría por él. Amaba la visión de ella en la agonía del clímax. Pero más que eso, amaba el modo en que sentía el cuerpo de ella bajo el suyo. Era tan dulce, tan atormentada.
Ella lo atrajo para besarlo mientras él la montaba aún más rápido, buscando su propia tajada de cielo.
Y cuando él se corrió, gritó el nombre de ella. Se inclinó sobre ella mientras su cuerpo convulsionaba y palpitaba, liberándose profundamente en su interior.
Ella arrastró las manos por su espalda, apretándolo a su cuerpo.
—Entonces... ¿tuve una buena idea con esto, o qué?
Él se rió de su pregunta.
—Esto fue una gran idea.
Ella meneó sus caderas contra él, dejándole sentir la humedad provocada por el juego de ambos. Fue algo que él saboreó. No tuvieron sexo simplemente, hicieron el amor. Y había pasado demasiado tiempo desde que él había sentido esto.
Danger pellizcó su hombro.
—¿Alguien alguna vez te dijo que eres un increíble mentiroso?
Él se rió.
—Bien, nunca lo frasearon exactamente así.
Ella lo abrazó con fuerza, luego besó su mejilla.
—Eres el mejor, Alexion. Quiero decir eso.
—Soy sólo tan bueno como lo es mi compañera.
Ella le ofreció una sonrisa que hizo que su estómago se sacudiera. Y el beso que ella le dio por esas palabras volvió todo su cuerpo un fuego.
—Tú mantén esto arriba y no te dejaré salir de la cama esta noche.
Ella mordisqueó su barbilla.
—¿Eso sería tan malo?
No, sería el cielo.
Alexion ahuecó suavemente su pecho, encantado con la suavidad de la piel, antes de retirarse. Cómo desearía poder amarla del modo que ella merecía. Pero incluso si él pudiera ser humano otra vez, no estaba seguro si alguna vez sería capaz de confiar en el destino con ella a su lado.
Estaba tan cansado de lamentar el pasado. Tan cansado de saber que para él nunca podría haber normalidad.
—¿Qué ocurre? —le preguntó ella, alisando su ceño con los dedos.
—Nada.
Danger se retiró. Él no estaba siendo honesto con ella, lo sabía. Su humor había cambiado completamente. Había una tristeza tan profunda en sus ojos que la atravesó.
Ella miró como sus ojos volvían a un esmeralda oscuro otra vez. Era extraño cómo cambiaban de color.
—¿Tu controlas el color de tus ojos?
Él pareció sorprendido por su pregunta. Tal vez él no se daba cuenta que hicieran eso.
—¿Huh?
—Te cambian de color constantemente —le explicó ella—. Un poco como un anillo del humorÀ. Siempre que estamos cerca de otros Cazadores Oscuros y la noche que llegaste, eran negros. Ahora son de un vibrante verde. ¿Tú lo decides o ellos hacen eso solos?
Él sacudió su mano ligeramente.
—El negro lo controlo. El verde hace lo que quiere.
—¡Ew! —dijo ella, arrugando su nariz—. Eso es un poco repugnante.
Él se rió.
—Es bueno que tenga un fuerte ego, ¿huh?
Ella lo besó sobre la nariz y lo apretó entre sus muslos.
—Como hierro fundido. Ahora déjame levantar para que podamos comenzar con nuestra cita.
Cita. Era una palabra que Alexion nunca había pensado oír relacionada con él. Moviéndose hacia atrás, la dejó levantar e ir a la ducha mientras él meditaba sobre lo extraño de todo esto.
¿Iba a tener una cita? Había visto esas cosas en las películas y había leído sobre ellas en libros, pero tener en realidad una…
Era completamente curioso.
Nada de esto es real. No te involucres más con ella. Lo lamentarás más tarde. Tenía sólo tres días más hasta que tuviera que volver.
Y luego nunca la volvería a ver.
Danger volvió a meter su cabeza por la puerta del dormitorio. Alexion todavía yacía desnudo sobre su cama. Tuvo que admitir que lucía increíble así. Miguel Ángel tendría un día de campo pintando ese divino cuerpo griego. Era absolutamente perfecto en su proporción. Ella nunca había visto a nadie con un mejor par de abdominales o mejores glúteos. Y cuando vamos a sus pectorales y hombros…
Ya se estaba excitando otra vez.
Pero él seguía pareciendo triste y desesperado.
—¡Hey! ¿Quieres unirte a mí?
Él pareció sobresaltarse por su pregunta.
—¿En serio?
Ella se rió de su asombro.
—No es como si ya no me hubieras visto desnuda... mucho.
Él sonrió, entonces salió rápidamente de la cama para unirse a ella. Antes de que Danger pudiera correrse de su camino, él la levantó y la llevó a la ducha.
Ella aulló mientras él abría el grifo del agua, que estaba congelada.
—Lo siento —dijo él.
El agua se volvió caliente tan rápidamente que ella supo que él había intervenido con la temperatura.
Su consideración nunca dejaba de asombrarla. No lo hagas, Danger. No podía permitirse enamorarse de él más de lo que ya lo estaba.
Por otra parte, ¿por qué no? Si había que creer lo que él decía, y ella ciertamente le creía, no lo recordaría para nada al final de la semana.
Y esto la hizo querer gritar. ¿Cómo podría olvidar a alguien que significaba tanto para ella? El solo pensamiento era aterrador.
Es mi suerte. Después de todos estos siglos finalmente encuentro a una persona a quien en realidad quiero tener cerca para descubrir que es realmente imposible.
La vie n'est pas justeÀ. ¿Cuántas veces su madre le había dicho esto? Y lamentablemente, su madre tenía razón. La vida no era justa. Era cruel y lamentable, pero de vez en cuando era divertida y milagrosa.
Y esta noche sería milagrosa. Se negaba a dejar que nadie, ni siquiera ella misma, se la arruinara. Podría no recordarlo, pero él la recordaría y ella no quería que sus recuerdos fueran los de una bebé llorona y malhumorada. Él se merecía una noche perfecta.
Todos la merecían.
Alexion recogió el paño y lo enjabonó antes de dar vuelta a Danger. Los ojos de ella estaban cerrados, sus brazos levantados, mientras ella separaba su pelo para dejar que el agua lo saturara. Para su asombro, él se sintió endurecer otra vez mientras la miraba. ¿Qué era lo que tenía esta mujer que lo dejaba tan duro y necesitado todo el tiempo?
Ella abrió sus ojos y lo atrapó con una tierna mirada que lo dejó sin aliento y dolorido. Él la besó antes de comenzar a bañarla.
Danger suspiró ante la sensación de las manos de Alexion sobre su cuerpo, enjabonando su piel.
—Tiene que haber algún modo de resolver esto.
Ella no había comprendido que había hablado en voz alta hasta que él se enderezó.
—No lo hay, Danger. Cuando me marche, se terminó.
Ella quiso maldecir por la frustración.
—No puedo creer que no podamos hacer que funcione. Seguramente hay algún modo en que podamos arreglar esto.
—Yo no soy real. Ni siquiera soy más humano.
Continuaba diciendo eso, pero todo en él refutaba esas palabras. ¿Cómo podía alguien dejar ir lo mejor que alguna vez hubiera encontrado simplemente porque…? Bien, había muchos "porqués" en esta relación. De todos modos, el amor podía conquistar todo, ¿correcto?
Pero ella lo sabía bien. El amor no podía conquistar la muerte. Jamás.
Suspirando, ella no dijo nada más mientras se bañaban y vestían.
Después que estuvieron listos, Alexion abrió la puerta al vestíbulo para encontrar a Xirena allí.
Estaba de pie en el vestíbulo, tenía su cabeza inclinada mientras le dirigía una mirada que le hizo pensar en un halcón vigilando una presa.
—He estado pensando mucho este último día. Sé que tú cuidas de mi hermana y quiero quedarme con ella. Pero no quiero unirme con el dios maldito por eso. Su madre es cruel y violenta, y no importa lo que digas, no confío en que su hijo sea mejor. Pero si no me uno, la reina—perra puede reclamarme y hacerme volver a Kalosis y servirla. Mi hermano se ha ido de allí y no sé dónde, y mi hermana fue enviada lejos incontables siglos atrás. —Sus ojos estaban preocupados y tristes, mostraban lo más hondo de su corazón—. Sólo quiero estar con mi familia, Alexion. ¿Me dejarás unirme a ti para que Xirena no pueda ser forzada a regresar a Kalosis?
Alexion cambió una mirada sobresaltada con Danger mientras las palabras de Xirena sonaban en su cabeza. Era una infernal petición la que ella hacía.
La unión con un demonio era irreversible. Al menos por lo que él sabía. Xirena se haría parte de él del mismo modo que Simi era parte de Acheron. Ella viviría sobre su cuerpo y estaría a sus órdenes.
¿Podía él incluso hacer eso?
—No soy ni un humano ni un dios —le dijo—. En realidad, ni siquiera tengo un cuerpo al que puedas unirte.
—Nos unimos al ousia. No a la carne.
Él volvió a mirar a Danger. Si aceptaba la oferta de Xirena, tendría un ser más que pudiera protegerla en cualquier momento. Sin importar cuándo o dónde Stryker atacara, Xirena estaría con él.
Pero no podía aprovecharse de la demonio para su propia paz mental. Esto sería egoísta y cruel, y no había ningún modo de que él alguna vez le hiciera algo como eso a otra criatura viva.
—¿Estás segura de que quieres hacer esto?
Xirena asintió.
—Debo hacerlo. Por favor, no me hagas volver allí. La reina—perra me matará y sólo quiero quedarme con mi hermana. Por favor.
—¿Ash se volverá loco? —preguntó Danger.
Xirena siseó como un gato.
—No me preocupa lo que diga el dios maldito. Él no me controla.
Sinceramente, Alexion no sabía cómo reaccionaría Acheron, pero no podía imaginárselo enojándose por esto, sobre todo si esto hiciera a Simi feliz.
De un modo extraño, todo pareció tener sentido. Lo último que él quería era ver que Xirena era devuelta a Kalosis, donde podría ser castigada por ayudarlo. Él no sabía mucho sobre la madre de Acheron, más que el hecho de que no la conocían por su comprensión o compasión. Alexion ya había tenido a Simi durante nueve mil años, al menos ésta era una adulta.
—Supongo que está bien —dijo él.
Danger quedó boquiabierta. ¿Él se uniría a una demonio? Ella no sabía lo que era eso, pero esto no sonaba bien.
—¿Ustedes dos van a casarse?
Él se rió.
—No.
Todavía no segura, ella vio como el cuerpo de Xirena se volvía una extraña sombra que se encogió de tamaño hasta que no fue más grande que medio pie. Ella tomó la forma de un dragón.
Alexion levantó su camisa y ella se acomodó a través de sus costillas para formar allí un tatuaje intensamente coloreado.
Completamente estupefacta, Danger tendió la mano para tocar el tatuaje de demonio.
—¿Duele?
—Arde un poco —dijo él mientras bajaba la mirada hacia la demonio sobre su piel.
—¿Cómo lo hizo ella?
—No estoy exactamente seguro de cómo lo hacen, pero ella es ahora una parte de mí. Puede sentir mis emociones. Si siente que estoy en peligro, volverá a tomar su forma de demonio para protegerme.
Wow, el asunto era impresionante... y atemorizante.
—¿Ella puede oírnos?
—No —le aseguró él—. Puedo oír sus pensamientos, y si se lo permito, ella puede oír los míos.
—Es todo tan extraño.
—Lo sé. Al parecer, los antiguos dioses Atlantes solían escoger un demonio al que favorecían por sobre los otros para volverse sus compañeros.
—Entonces, ¿Simi es la de Ash?
—Sí.
Su cara se iluminó como si ella finalmente entendiera algo.
—¿Entonces es por eso que el tatuaje de Ash cambia de formas y posiciones? No es realmente un tatuaje. Es su demonio. —Él asintió—. Bien, eso es totalmente monstruoso. ¿Y qué pasa si uno de ustedes muere? ¿Eso mata al otro?
Él sintió que el color abandonaba su cara.
—Eso es algo sobre lo que nunca pensé. Esperemos que nosotros nunca lo averigüemos.
—Sip, ¿eso podría apestar en serio, huh?
Antes de que Alexion pudiera contestar, Xirena comenzó a avanzar lentamente subiendo por su pecho, hacia su hombro. Él brincó mientras su camino lo quemaba y lo hacía temblar.
—¡Xirena, deja de moverte!
—Lo siento, akri.
—No me llames akri, Xirena. No soy un monstruo controlador.
—Tú eres bueno, gente de calidad, Alexion. Xirena dormirá ahora.
—¿Ustedes dos están conversando? —preguntó Danger.
—Sólo por un segundo. Ella va a dormir un ratito —Él se frotó el pecho donde Xirena ahora descansaba como una parte permanente de su ser—. Ahora entiendo por qué Acheron brinca de tanto en tanto sin ninguna razón. Simi debe estar moviéndose sobre él.
Danger se rió.
—Espero que no comiences a hacer eso. La gente de por aquí podría pensar que tienes un ataque. Lo siguiente que sabrás, es que te estarán tirando al piso y poniéndote un palo en la boca.
—¿En serio?
Ella se rió otra vez.
—No. Vamos, bobo. Vamos a comer.
—Así que, ¿por qué no estás comiendo esta vez? —preguntó Danger mientras se sentaban en un pequeño restaurante regenteado por una familia italiana en la misma calle de su casa, revisando el menú.
—Te lo dije, no puedo sentir el gusto de nada.
Ella le dirigió una perforante mirada.
—Vamos, Alexion, no me mientas. A excepción de las palomitas de maíz, no has comido nada desde que has estado aquí, ¿verdad? —Él miró más allá de ella. Danger se estiró a través de la mesa y tomó su mano. Quería una respuesta a esto—. Por favor, dime la verdad.
Alexion consideró las ramificaciones de ser honesto con ella. Pero si no lo recordaría, ¿por qué no? Ella ya sabía más de lo que debía.
Pero, ¿y si eso la disgustaba?
Por otra parte, eso podría ser beneficioso. Ella podría encontrar la verdad tan repelente que lo abandonaría para hacer esto solo, y no estaría más en peligro.
No lo sabía, pero finalmente se encontró confiando en ella.
—¿Has estudiado alguna vez la mitología griega?
—Un poco.
Bueno, eso haría esto un poco más fácil para él.
—¿Recuerdas lo que tuvieron que hacer los héroes cuando viajaron al Inframundo para ser capaces de hablar con las Sombras?
Ella lo pensó durante unos minutos antes de contestar.
—Hicieron un sacrificio de sangre.
Él se reforzó mentalmente por su posible reacción.
—¿Y qué hizo la Sombra con su sacrificio?
Su cara empalideció mientras ella comprendía la verdad de él.
—Bebió la sangre para poder hablar. —Él asintió. Danger se sentó ahí, horrorizada por lo que él le decía—. ¿Tú vives con sangre?
Otra vez él asintió.
Ella se volvió completamente fría con el siguiente pensamiento que entró en su mente. Había sólo una persona de la que él podía alimentarse. Sólo una persona que estaba alguna vez cerca.
—¿Tú bebes la sangre de Ash?
—Sí.
—¡Ew! —dijo ella, corriendo rápidamente su silla hacia atrás. Tenía una imagen horrible en su cabeza de ambos alimentándose el uno al otro—. ¿Así que le chupas el cuello a Ash?
—¡Demonios, no! —dijo él en un tono ofendido—. A: nunca, ni en un millón de años, preferiría estar muerto y torturado, y B: te acercas al cuello de ese hombre y mejor tienes una voluntad a toda prueba. Él no puede soportar que nada toque su cuello.
—Entonces, ¿cómo te alimentas?
—Él literalmente se abre una vena, apura su sangre en una taza, y me la da para beber. Sé que es asqueroso. Sé que estás horrorizada. Pero si no me alimento, vuelvo a lo que era, y no sé si es verdad o no, pero Artemisa afirma que si vuelvo a ser una Sombra, no hay ningún modo de traerme otra vez.
Ella pensó en esto hasta que recordó algo que él le había dicho ayer.
—Pero dijiste que eres diferente de otras Sombras. ¿Ellos beben sangre también?
—No. Acheron los trae de regreso de otro modo.
—¿Y eso sería...?
—No lo sé. Acheron nunca compartió ese secreto conmigo, probablemente porque sabe que yo querría matarlo por la injusticia de eso.
No podía culpar a Alexion por eso. Ash realmente lo había jodido.
—¿Y cómo es que él aprendió ese otro modo?
Él suspiró.
—Aproximadamente trescientos años después de que él me recuperara, conoció a un… —vaciló, como si buscara la palabra correcta—, profesor que le enseñó cómo usar sus poderes de dios. Savitar es quien le mostró a Acheron cómo traerte de la muerte sin usar sangre. Pero era demasiado tarde para mí. Como vivo de su sangre, él y yo estamos unidos mucho más que como dos clásicos vampiros de Hollywood.
Ahora estaban volviendo a ser obscenos.
—¿Entonces él tiene que alimentarse de ti también?
—No. Bien, en realidad, en teoría, podría. Pero pienso que él preferiría morir antes que alimentarse de un hombre.
Ah, sí, como si la alternativa fuera algo mejor.
—¿Entonces él se alimenta de mujeres? Stryker tenía razón, él es un Daimon.
—Cálmate —dijo Alexion, tomando su mano en la suya—. Él no es un Daimon o un Apolita. Y él no caza gente. Sólo se alimenta de una persona y ella no es humana tampoco.
Y en ese instante Danger entendió quién era.
—Artemisa.
Él asintió.
Todo tuvo sentido ahora. No es de extrañar que Acheron los aguantara a todos. Realmente no tenía ninguna opción.
—¿Así que ninguno de los dos puede comer?
—Podemos comer. Simplemente no “debemos” hacerlo. Perdí el hábito. Como no siento el gusto de los alimentos, es bastante inútil.
—¿Entonces por qué estamos aquí?
—Porque tú necesitas alimento para abastecer de combustible tu cuerpo, y quiero que vivas una inmortalidad larga y feliz.
—¿Usted me convocó, akri?
Stryker se volvió, alejándose de su ventana, la cual daba a la ciudad en Kalosis donde la luz del día nunca brillaba. Las luces allí brillaban como diamantes en la oscuridad, mientras su gente vivía con miedo de los dioses que los habían maldecido y de la diosa que los había salvado.
Siendo uno de los primeros que fue maldecido, él, a diferencia de la mayoría de los demás aquí, sabía lo que había sentido una vez al tener el sol sobre su piel. Recordaba el tiempo cuando había amado a su padre, Apolo, cuando hubiera dado su vida por él.
Y luego, en un ataque de cólera por una puta griega, su padre había maldecido a la raza entera que había creado. Cada adulto Apolita, cada niño Apolita, incluso el propio hijo de Apolo y sus nietos habían sido maldecidos, y así ellos nunca pudieron caminar en la luz del día otra vez.
La esposa de Stryker, que había sido griega, había sido salvada de la maldición. Pero sus hijos e hija no.
Extraño cómo después de once mil años él no podía recordar el sonido de la voz de Dyana, pero todavía recordaba la preciosa cara de su hija. Ella había sido adorable hasta el día que había muerto en su veintisiete cumpleaños, maldiciendo el nombre de su abuelo mientras se desintegraba en polvo. Para su eterno dolor, ella había rechazado volverse Daimon y ser salvada.
Sus hijos no lo habían hecho. Ellos habían seguido sus pasos y habían jurado lealtad a Apollymi, la diosa Atlante que les había mostrado cómo alimentarse de las almas humanas para no morir. Durante siglos su familia había estado prácticamente intacta.
Hasta que su tía Artemisa había creado a sus malditos Cazadores Oscuros.
Uno por uno, sus hijos, sus sobrinos de sangre, habían sido destruidos por los Cazadores Oscuros que ella creó.
Excepto Urian…
El dolor de ese pensamiento era suficiente para volverlo loco. Él deseaba a su hijo de vuelta con una necesidad y una pena tan fuerte que lo estaba mutilando.
Ahora era sólo él. Él, solo, era el que quedaba. Tantos sueños de eternidad pasada con su familia.
Pero la vida raras veces resultaba del modo que uno planeaba.
—¿Akri? —dijo Trates otra vez, haciendo fijar la atención de Stryker en su segundo en jefe.
Stryker concentró su mirada en el alto Daimon.
—Quiero que reúnas a los Illuminati —ellos eran los más fuertes y los más valientes de los guerreros Daimons Spathi—. Diles que van a tener un regalo.
Trates pareció confuso por esto.
—¿Un regalo?
Él asintió.
—Si conozco al Alexion, y lo conozco, él reunirá a todos los Cazadores Oscuros para entregar su ultimátum antes de morir. Creo que nosotros deberíamos tener una pequeña sorpresa esperándolo cuando lo haga.
—Pero si todos los Cazadores Oscuros están juntos… nos matarán.
Stryker rió malvadamente mientras palmeaba a Trates sobre el hombro. El pobre tonto no era la mitad del estratega que Urian había sido.
—Olvidas, Trates, que cuando están juntos, los Cazadores Oscuros se debilitan el uno al otro. De esa forma, ellos serán una fácil cosecha para nosotros.
Aún así Trates no se unió a su humor.
—¿Y qué pasa si el Alexion no se mata? Él tiene el poder de matarnos incluso sin los sirvientes de Artemisa.
Stryker apretó la mano sobre el hombro de Trates, clavando sus dedos en la carne del Daimon.
Trates se alejó de un tirón, siseando.
—¿No crees que ya no he pensado en eso? —le preguntó a Trates, que continuaba masajeando su hombro lastimado—. El Alexion tiene una importante debilidad.
—¿Y eso es?
—La Cazadora Oscura con la que viaja. Ella es nuestra llave para la destrucción de él.
Él pareció horrorizado.
—Ella es una Cazadora Oscura, pateará nuestro trasero.
—No lo creo.
—¿Y por qué es eso?
Stryker fue a su escritorio donde descansaba una caja negra de madera. Abrió la caja y sacó un medallón de piedra rojo profundo, entonces lo acunó en su palma.
—Porque tengo algo que pienso que ella querrá que le sea devuelto.
Los ojos del Daimon se ensancharon al ver lo que nunca debería haber caído en las manos de Stryker.
—¿Cómo consiguió su alma?
—Tengo mis modos —Stryker rió otra vez—. Si ella interfiere o si el Alexion rechaza hacer lo correcto, entonces ambos pueden sufrir el tormento eterno.
À Kirk Folly: famosa marca de productos de bijouterie, ropa, accesorios y otras cosas que toman la magia y sus componentes como modelo.
À Zoe, Duncan, Jack y Jane: Teleserie norteamericana centrada en las aventuras de cuatro amigos de clase alta que viven en la ciudad de Nueva York.
À Juego de palabras intraducible: Danger es Peligro y la abreviatura del nombre Dangereuse. Por lo que quiere decir que él vive por el peligro (ella.)
À Anillo del humor: este anillo tiene una piedra que cambia de color según el humor del que lo posee. La piedra está hecha en cristal líquido que responde a la temperatura del cuerpo, creado en la década del 70 en Estados Unidos.
À En francés en el original: la vida no es justa.
¿Es usted un personal de negocios, político, músico, estudiante y desea ser rico, poderoso y ser famoso en la vida. Usted puede lograr sus sueños por ser un miembro de los Illuminati y ganar $ 500,000.00.USD mensual Con esto todos sus sueños y el deseo del corazón puede ser plenamente lograr, este es un breve resumen, si realmente quieres ser un miembro de los grandes Illuminati entonces Vuelva a mí para más información y explicaciones contacte este email: joinustoday895@gmail.com
ResponderEliminarÚNASE AL GRAN HERMANO HOOD HOY Y VIVA UNA VIDA MEJOR Y FELIZ. BIENVENIDO
ResponderEliminarAL GRAN TEMPLO DE RIQUEZAS Y FAMA. ¿Es usted un negocio, hombre,
político, musical, estudiante y quieres ser rico, poderoso y ser
famoso en la vida? Puedes lograr tus sueños siendo un miembro de la Gran
Capucha iluminati hermano. Con esto, todos tus sueños y deseos de corazón pueden ser
cumplir plenamente, si realmente quieres ser un miembro de los grandes illuminati
hermano hood, contacte al Lord Illuminati ahora, Nota: miembros recién reclutados
tienen derecho a $ 12,000,000 dólares estadounidenses, un anillo de oro, que protegerá
y gremial de enemigos, y una visa gratis a Estados Unidos de América.
Por favor, no compartimos sangre. No te pierdas esta oportunidad. Fecha de
reclutamiento de nuevos miembros queridos, llama y sé rico ¡Ahora¡¡¡ de LORDMASHA
en ILLUMINATIONELOVE servicio al cliente: Lema; estamos aquí para reducir
la pobreza del mundo y haz realidad tus sueños. Estamos esperando
su respuesta, puede agregarnos en WhatsApp Mobile y hacerse rico dentro de un
mes. envíenos un correo electrónico: henryfrank485@gmail.com Whatsapp nosotros: +1 (424) 3655559