martes, 21 de febrero de 2012

DMC cap 17

─Sabes, podrías sólo matar a Kat.
─¡Kish!─ tronó Sin, queriendo estrellar a su criado a través de la pared detrás de él.
 ─¿Qué? ha pasado toda una semana desde que se marchó y todo lo que has hecho es enfurruñarte como una vaca agonizante.
─Las vacas agonizantes no se enfurruñan.
─¿Cómo lo sabes? ¿Te has hecho el hábito de merodear alrededor de vacas agonizantes?
Sin fulminó con la mirada al hombre que estaba ocupado tratando de limpiar su penthouse. Durante más de una semana no había dejado el sofá excepto para matar demonios y  salir cazar a Kessar y su hermano. Había dormido, comido y enfurruñado en él. Y todo en un  inútil intento por sacar a Kat de su vida.
Pero la verdad era que la extrañaba. Extrañaba la esencia de su piel y cabello. Extrañaba la forma en que arrugaba la frente cada vez que pensaba que él estaba loco. Extrañaba el sonido de su voz, el toque de su mano.
Más que nada, extrañaba la risas que habían compartido. Su agudo y afilado sarcasmo.
Su estomago dolió por el vacío que había dejado su ausencia. El dolor era tan profundo que impregnó todo su ser. No quería hablar con nadie. No tenía energía.
Todo lo que deseaba era que Kat regresara.
Que se fuera al infierno por eso.
Kish levantó la caja de pizza, que todavía contenía una pizza sin tocar, y la puso en la basura.
─Sólo digo que una vaca agonizante puede enfurruñarse.
─Lo menos que podrías hacer es llamarlo toro agonizante─ Dijo Damián entrando al cuarto detrás de Kish ─Hombre levanta el trasero al menos un poco. Al menos seria una mejora a la pequeña niña quejita con la que hemos tenido que tratar estos últimos siete días.
Sin levantó su mano y envió una sacudida a cada uno. Ellos aullaron antes de salir volando.
─Algo más de lo que las niñas quieran quejarse?
─Auch ─ gimió Kish ─ Creó que fracturó mi cuerpo.
─ ¿Qué parte?
─ Mi cuerpo entero. Todo me duele.
Damien se sentó en uno de los taburetes de la barra para fulminarlo con la mirada.
─Tienes un espejo.
Sin le frunció el ceño
─¿De qué hablas?
─Tu. Hombre, no me extraña que Kat te haya dejado. Apestas, tu pelo esta enredado y  no te has bañado, ¿En cuantos días?  Olvida pelear con el gallu. Un olorcillo tuyo los mataría.─ Miró a Kish cuando se levantó. ─No necesitarías un combate... el sólo vapor del alcohol lo enviarían como una vela romana.
 ─Cállate─, gruñó Sin cuando se levantó para tomar la botella medio vacía de Jack Daniels de la mesa de centro.  Se dirigió hacia su cuarto de modo que no tuviera que presenciar más sus quejidos.
Al menos ese era su plan, pero las paredes eran tan delgadas, que no podía evitar escucharlos.
─¿Cuándo fue la ultima vez que se cambió de ropa?─ Preguntó Damien.
─Creó que fue la última vez que se bañó... el día que Kat se fue.
Sin escuchó el sonido de los vasos chocando juntos.
Damien juró.
 ─¿Cuánto ha estado bebiendo?
─Déjame ponerlo de esta manera. Llené los gabinetes hace dos días.
 ─Demonios, ¿cómo puede pelear contra los demonios y estar tan bebido?
─Creo que tenías razón antes. Pelea un combate y les respira, como un soplete humano.
─Si no fuera tan triste y probablemente cierto. Me reiría.
─Si. Ya lo he escuchado. Personalmente me dejé de reír cuando encontré esto bajo su almohada.
Sin blasfemo cuando se dio cuenta que había encontrando Kish, fue rápidamente a su cama para verificar exactamente que tenía en sus manos. Como temió... el atroz pijama de franela de Katra.
Como el patético tonto que era. Lo había guardado cerca de modo que pudiera olerlo cada vez que durmiera. Su esencia lo confortaba a un nivel inimaginable.
Y justo ahora, se sentía como un idiota que merecía lo que tenia. Pero ese sentimiento se desvaneció después de que comprender que otro hombre sostenía la ropa de Kat...
Enfurecido, Sin regresó a la habitación principal y la arrebató de las manos de Kish.
─¿Te importa? No te pertenece.
─Lo siento
Se  volteó para atrapar la sonrisa satisfecha de Damien.
─¿Qué estas viendo?
─Nada. Sólo estoy tratando de imaginarte en un pijama de franela rosa y calcetines de mono. Estoy seguro que luces impresionante en rosa.
Kish se hecho a reír.
 ─Definitivamente, con su tono de piel, probablemente luzca muy bien en rosa. Definitivamente yo diría que es un otoño.
─Este verano, serás un fachoso.
Sin les dio una fría mirada.
─Encuentro fascinante, que ustedes, dos mujeres sepan que las paletas de color para la ropa tengan un nombre─ Se volteó hacia Damien. ─El hecho de que lo hayas corregido realmente me asusta.
─Oye. Yo no soy el que duerme en pijamas rosa. No quiero oír nada más de ti.
Sin lo fulminó con la mirada.
─Es bueno que no malverses mi casino o te mataría en donde estas de pie.─ Y con eso regresó a su habitación.
Sin cerró la puerta y se apoyó contra ella. Antes de poder detenerse, levantó el pijama hasta su nariz y olió la suave esencia, única de Kat. Como algo tan estúpido podía hacer ambas cosas, calmarlo y aplastarlo, no lo entendía. Pero ahí no negaba lo que sentía.
La quería con él. Y lo mataba estar ahí solo.
─¿Qué he hecho?
Pero lo sabía. Tenía que mantenerla lejos de él. Era por su propio bien. ¿Si Ishtar había fallado contra el gallu, que oportunidad tenía Kat de sobrevivir? Nunca pondría en juego su seguridad por egoísmo.
Disgustado con su debilidad, se forzó a lanzar el pijama a la cama y se dirigió al baño. Tan pronto que se miró en el espejo, entendió a Damien y Kish. Lucía como el demonio.
Sus ojos estaban hundidos por el sueño… no podía recordar la ultima vez que se había afeitado. Su pelo estaba despeinado y descuidado. Kat le daría una patada de lado por lucir así, y probablemente olía tan mal como se veía.
Desalentado, Sin fue a la ducha para bañarse y demostrarles a todos que podía funcionar sin ella.
Sólo que no quería hacerlo.
Mientras esperaba que el agua se calentase, apretó su puño y lo puso contra la fría pared fuera de la ducha antes de presionar su frente contra el azulejo. Cerrando sus ojos, podía verla  tan claramente en su mente... sintiéndola.
─¿Sin?
El se tensó con el sonido de su voz pronunciando su nombre. Sonaba como si ella estuviera justo detrás de él. Pero él lo sabía bien.
Entonces lo sintió. El suave susurro de una mano en su hombro. Temiendo que no fuera nada más que una tortura inventada por su mente, no quiso abrir los ojos.
─¿Éstas bien?─ pregunto ella.
 ─Eso depende.
─¿De qué?
─De si todavía estarás ahí cuando voltee.
─¿Entonces quieres que me marche?
La palabra ─no─ quedo suspendida en su garganta. Carajo, hombre, sacude la cabeza y dile que se marche. Es por su propio bien. Es por tu propio bien.
Todavía sintiendo su toque en su piel.
Se forzó a darse la vuelta, abrió sus ojos y vio lo más hermoso que jamás había visto en su vida. La cara de Kat. Incapaz de detenerse, la tiro hacia el y la besó.
Kat no podía respirar por la ferocidad del abrazo de Sin. Trato de enterrar las manos en su pelo, pero sus dedos se atascaron en su enredo. Lo tuvo que lastimar, aún así él no se dio cuenta mientras su lengua danzaba con la de ella y sus gruesas patillas raspaban su piel.
La esencia de Sin y whisky llenó su cabeza, su corazón se aceleró. Había tenido tanto miedo de su recibimiento que esto era una alarmante sorpresa para ella.
─¿Esto significa que estas feliz de verme?
─Más que feliz─ El la inmovilizó contra la puerta de la ducha, y antes de que pudiera pestañear su ropa se había ido.
Kat no pudo respirar cuando el bajó su cabeza para saborear su pecho derecho. Sus patillas rasparon su piel mandando escalofríos por todo su cuerpo mientras su lengua la atormentaba con placer. El estaba hambriento y  sus labios y lengua buscaban cada parte de su cuerpo.
El éxtasis la atacó. Cuando había venido aquí, esta recepción era la última cosa que esperaba. Sinceramente esperaba que la echara y le dijera que nunca regresará. O por lo menos que se diera la vuelta, se alejara y sin escuchar ninguna palabra de lo que dijera.
Ni en sus más locos sueños hubiera esperado que estuviera tan hambriento por ella como ella por él. Estaba desesperado por tocarla, y la hizo sonreír el conocimiento de cuánto la había extrañado. Se sentía tan bien estar otra vez en sus brazos. Tener su respiración abrasando su piel. Sólo sentir la fuerza de sus brazos era suficiente para tenerla húmeda y necesitada.
 ─Te quiero Sin─ suspiró ella en su oreja. ─No quiero que esperes——
Ella se alzó sobre su cabeza para agarrar la barra de la ducha cuando el entró en ella. Sin gruñó por el  sentimiento de estar dentro de ella otra vez. Cada parte de él gritando de alivio. Alzó la vista para ver la preciosa sonrisa en su cara cuando ella lo miraba empujar contra ella. Su cuerpo entero temblaba de placer. El calor de su cuerpo que le daba la bienvenida.
Esperar por ella era la cosa más dura que alguna vez hubiera hecho en la vida, y le pareció que duraría para siempre antes de que ella finalmente enterrara las uñas en su brazo lanzara la cabeza hacia atrás para dar un grito. En el minuto en que sintió su clímax, se unió a ella.
La cabeza de Kat estaba nadando cuando soltó la barra de la ducha y se dio cuenta de que la ranura del metal había cortado su palma. De todos modos no le importó cuando se envolvió alrededor de él, sólo escuchando su respiración en su oído.
 ─Ese fue un trato inesperado─ dijo ella con una risa.
Sin quería reír con ella, pero no lo encontraba gracioso. La había puesto en peligro y se había retractado de todo lo que había tratado de hacer la última semana.
¿Y por qué?
Por el toque de su mano en su cara.
La verdad lo desgarró. Vendería su alma por un momento con ella. Pero no le podía contar eso a ella.
─¿Por qué estás aquí?─ Preguntó, su voz grave y extraña incluso para él.
 ─Xypher me contó la debilidad de Kessar y pensé que deberías saberlo.
¿Era eso? ¿Esa era la única razón por la que ella había regresado? Parte de él quería que dijera que lo había extrañado. Que era incapaz de funcionar sin él. Pero ahora que la veía, se dio cuenta que se veía grandiosa. A diferencia de él, no había perdido el sueño. No había ninguna señal en ella de que estuviera deprimida o afligida.
Y eso lo molestaba seriamente
Ella lo miró con el ceño fruncido. ─¿Estás bien?
─Bien─ dijo bruscamente.
 ─No pareces estar bien. Pareces… algo enojado. Pensé que te haría feliz.
─Estoy extasiado─ Oh si, no había ningún sarcasmo en ese tono...
Ella le dio unas palmaditas ─Eres un idiota.
─¿Idiota?─ el gruñó ─ Es todo lo que me tienes que decir después de una semana?
Ella cruzó los brazos sobre su pecho cuando se encontró con su encantadora mirada  dorada.
─Si, eso y que necesitas un baño.
─Estaba en eso cuando apareciste.
 ─Por la manera en que te ves, yo diría que estas un par de días retrasado─ se mofó ella.
El tomó una toalla de una pila del armario armario en la pared.
 ─¿Estás aquí simplemente para insultarme? Porque si es así, tengo otros dos, quienes golpean como tu. Y son mejores en ello, también.
─Ah, sinceramente no tengo duda de ello.
El la ignoró y checó la temperatura del agua.
 ─Sólo dime lo que averiguaste y vete.
─No. No hasta que me digas que esta mal contigo.
─Nada esta mal conmigo.
─Correcto. Vamos Sin, deja de enfurruñarte y respóndeme.
 ─Yo no me enfurruño.
Si, como no
─Te pones como un niño de dos años.
─No lo hago.
Ella puso las manos en las caderas e imito a un pequeño niño. Entonces respondió en el  tono más juvenil que pudo imitar.
─También lo haces.─
Sin la fulminó. Incluso aunque quisiera estar enojado, no pudo parar una pequeña sonrisa que lo traicionó.
 ─ Te odio─ Pero no hubo emoción en su voz que respaldara las palabras.
Ella le palmeó una mejilla.
─Bien. Que sea de esa manera. Así encontraré a alguien más para amar.
Cuando empezó a alejarse, tomó su brazo.
Kat se detuvo y vio la airada mirada de él. Estaba absolutamente furioso y se congeló hasta los huesos.
─¿Quién?─gruño el.
¿De que diablos estaba hablando?  ─¿Quién que?
─¿Con quien vas?
De repente todo estuvo claro. Su comportamiento, su ira. Todo.
 ─Oh, ¡Cielo Santo!, Sin, no puedes creer posible que yo realmente iba a encontrar a alguien más. No permanecí casta durante once mil años para empezar a dormir con cualquiera. Créeme, si hay alguna cosa que sé, es que soy  capaz de controlarme.  Así que guarda esos celos en una  caja y cúbrelos con una tapa de acero inoxidable. Clávala y ponla donde el sol nunca brille. No quiero ver ese lado tuyo nunca más.
El retrocedió.
 ─Bueno, ¿Que se supone que piense? No luces mal por agotamiento
─¿Agotamiento de qué?
 ─No importa.─ El miró lejos de ella.
Ella lo detuvo antes de que entrara en la ducha.
 ─¿Piensas que esta semana ha sido fácil para mi?
Él la irrito al mofarse
 ─No pareces tener secuelas.
Ella le gruñó.
─Chico, mejor alégrate de que estés impresionante desnudo o perderías la piel por eso. He pasado por un completo infierno esta semana por ti. ¿Crees que quería regresar a humillarme sólo para que otra vez me dijeras que me  fuera? Se que es difícil para ti creerlo, pero tengo mi orgullo, y tu lo pateaste por ultima vez.
Su cara brillo.
─¿Me extrañaste?
Y eso sólo la irrito más.
─¿Eso es todo lo que tienes que decir, después de lo que escuchaste?
─No, pero necesito saber la respuesta.
Ella dejó salir un suspiro frustrado.
 ─Si, Sin. Te extrañé, me afligí por ti, te odié. He querido que Simi te ponga salsa barbacoa y no he hecho nada más que pensar cuanto quiero abrazarte... y si, he extrañado cada parte de ti, desde el molesto sonido que haces cuando estas irritado hasta la forma en que me abrazas cuando dormimos. ¿Eres feliz ahora?
Sus ojos dorados centellaron.
─Estoy delirante.─ La besó otra vez.
Kat se retiró y sacudió la cabeza. ─Sabes, me empiezo a sentir como un yo─yo. Me quieres o no me quieres. Tienes que deja de jugar conmigo, porque no puedo con ello.
─Te quiero aquí conmigo, Katra. Lo quiero. Apenas he sido capaz de funcionar esta semana.
Ella ladeó la cabeza.
─¿Estás seguro?
─Si,─ el murmuro ─Eres una doble distracción, cuando no estás y cuando estás.
No estaba segura si era una cosa buena o mala, pero lo tomaría. Agradecida por su rencor, le arrugó la nariz. ─Bueno, en ese caso, toma un baño. Más o menos apestas.
─No, no lo hago.
Ella sostuvo su mano con el índice y el pulgar separados aproximadamente por una pulgada.
─Sólo un poco.
El resopló.
─Bien.─ Abrió la ducha y entro en ella. Para su deleite, Kat lo siguió dentro y tomó la ropa de su mano antes de empezar a lavarle la espalda.
 ─¿Entonces que averiguaste sobre Kessar?─ le preguntó sobre su hombro.
─La única cosa que teme es a una mujer llamada Ravanah.
Sin le dio una mirada fija como diciendo ya lo sabia.
 ─Ella no es una mujer. Es otro demonio.
─¿Es un demonio viviente?
─Hay especulaciones sobre si esta viva. Pero nadie ha tenido noticias de ella en siglos.
─¿Es un gallu?
─Oh no. Es única por si misma.
─¿Qué tanto?
─Come carne de otros demonios. De ahí el miedo de Kessar.
─Ooo, bien. Ella podría venirnos bien.
 ─Si pudiéramos encontrarla. Pero y no contendría la respiración. Sin mencionar, que cuando no hay demonios cerca, ella come la carne de los infantes y las mujeres embarazadas. Es una viciosa.
─Parece encantadora. ¿Tal vez deberíamos invitarla a cenar una noche?─Kat lo giró de modo que pudiera enjabonar el frente de él. Era realmente difícil concentrarse cuando estaba tocando su cuerpo desnudo. Había olvidado como la hacia perder el aliento. El era tan grande y poderoso... tan increíblemente sexy. Era difícil pensar en nada más en el hecho de quería otra sesión de sexo, que terminara con ella entrelazada como un pretzel.
 ─A propósito, también averigüe que Zakar esta siendo mantenido
─Encadenado al trono de Kessar y la Tabla está alrededor de su cuello.
Ella alzó la mirada para atrapar el destello caliente en sus ojos cuando ella recorrió con la esponja su polla y bajo sacó.
 ─¿Ya lo sabias?
─Me aseguré de conseguir esa información de algunas de matanzas recientes.
─Encantador. Toda mi información es inservible. Es bueno saberlo.
El acunó su mano con la suya frotándola suavemente contra él. Kat se tragó la sensación de seda deslizándose contra sus dedos jabonosos. Si él no estuviera cubierto de jabón, ya estuviera lamiendo sus pezones.
─Al menos trataste.─ Él ladeó la cabeza para besar ligeramente su cuello. ─Es más que suficiente.
 ─Sólo quisiera que fuera más útil.
─Es útil.
Tomó la esponja de su mano y le agregó más jabón.
Kat casi gimió cuando empezó a lavar sus pechos.
─Bueno hay más.
─¿Cómo qué?
Ella tuvo que poner las manos en sus hombros para estabilizarse cuando empezó a bañarla tiernamente.
─Probablemente sepas que los Dimme no son realmente muy amigables con los gallu. Así que Kessar guarda los demonios alrededor de su tumba.
 El hizo una pausa.
─¿Sabes donde esta la tumba?
─Si
Sin rió antes de tomarla y besarla
─Gracias
─¡Ahá! Así que soy útil.
─Si lo eres. Ahora necesitamos un plan.
Kat asintió.
─Uno que no termine con todos nosotros muertos.
─Ese podría ser un buen comienzo
Kat abrió sus piernas cuando ladeó su mano para lavarla entre sus muslo. Entonces dejó caer la esponja al suelo de modo que pudiera acariciarla con sus largos dedos. Kat aspiró bruscamente su aliento cuando deslizó su dedo índice profundamente dentro de ella.
─Tenía tanta prisa antes que no pude probarte.
Kat no puedo hablar cuando él jugó con ella. Todo lo que podía hacer era ver como se ponía de rodillas y con un codo separaba sus piernas hasta que pudo sustituir sus dedos con la lengua. Sus pechos se endurecieron en respuesta mientras sus gruesas patillas frotaban su sensible carne, añadiendo más escalofríos por ella.
Sin gruñó cuando probó el sabor de su cuerpo. Quería su esencia sobre él. Quería probar su placer. Sus muslos húmedos por el agua, y sus suaves gemidos preciosos a sus oídos. El nunca había querido complacer a una mujer de la manera que quería complacerla a ella. No había nada más gratificante que la vista de su orgasmo. El sonido del grito de su nombre cuando ella se venía por el.
El agua caliente corriendo pesadamente contra su espalda mientras él la probaba. Deslizó sus dedos profundamente dentro de ella, ganando otro grito de placer.
Y en un momento de ardor, ella agarró su pelo y se estremeció encima de el. Sin rió con triunfo y continuó lamiendo y atormentando hasta haber estrujado cada parte de su orgasmo.
Cuando ella terminó, se levantó atrayéndola contra su pecho.
Kat no pudo respirar cuando Sin entró otra vez en ella. La inmovilizó contra la pared cuando empujó contra ella. Su cuerpo entero se quemaba y la hacía estar hambrienta. Manteniéndolo cerca, enterró los colmillos en su cuerpo. Estaba tan débil, que todo lo que podía hacer era mantenerse de pie. Cómo tenía todavía energía, no lo sabia. Pero no tomó mucho tiempo para que él gruñera en su oído cuando tomó su liberación.
─Eres insaciable─ jadeó ella cuando lo soltó.
─Era un dios de la fertilidad, ¿Recuerdas?  Nosotros tendemos a tomar ese camino.
Ella rió
─Ciertamente puedo ver porque las mujeres los adoraban─ Ella le dio un suave beso en la mejilla─ Pero que no se te vaya a la cabeza.
─No te preocupes. Te conozco mejor que eso, Estoy seguro que me cortaras para dar la talla de un momento a otro.
Kat le dio un fuerte abrazo antes de retirarse y terminar su baño.
Tan pronto como terminaron con la ducha, Sin llamo a Damien, Kish, y a los dos Caronte a su habitación.
Simi gritó en el instante en que vio a Kat
─¡Ooo Akra─Kat estas de vuelta!
─Lo estoy Simi, ¿Cómo has estado?
─Realmente bien. Hemos hecho muchas compras.─ Ella sostuvo la mano para mostrar a Kat que cada dedo tenía un anillo nuevo.─ ¿Sabías que hay tiendas aquí en el casino? Xirena y Simi han estado haciendo compras como los demonios que somos.
─Si. Su cuarto parece un depósito─ Simi se sacudió el pelo sobre su hombro.─ Y me gustan los depósitos. Tienen muchas cosas buenas adentro.
─Razón por la que las introduje en el sitio web Tienda de Contenedores.─ Kish guiñó.
─Ooo─ Simi arrulló, ─amamos esa también. Tienen muchas cajas para guardar los QVC y las cosas brillantes de Simi.
Sin se aclaró la garganta
─Si y odio interrumpirlos pero pasamos una crisis más grave que almacenar ropa de demonio─ se giró hacia Kat─ Muéstrales el diagrama de la caverna en el aire.
Kat uso sus poderes para dibujar en el aire el diagrama de la caverna.
─De acuerdo con Xypher, Kessar duerme aquí.─ marc con una X un corredor. –Tiene su corte y planea las estrategias con los otros demonios aquí.─ era el corredor más lejano de su cámara para dormir.─ Los Dimme están de vuelta aquí─ Que parecía una cámara redonda bastante lejos de donde Kessar dormía.
─Ahora el problema es que tiene planeado mover todos los gallu al área de los Dimme y tener cuarenta humanos como sacrificio para ellos. Mientras los Dimme están entretenidos con los humanos, tiene la intención de proponer una alianza entre ellos. Si los Dimme están de acuerdo con los gallu, ellos y los gallu vendrán por nosotros como una fuerza unida.
Damien  frunció el ceño.
─¿Y si se niegan?
Les dejará hacer un agujero grande hacia la superficie para que todos los gallu salgan y maten a los Dimmen antes de que puedan dejar la caverna.
Kish duplicó el ceño de Damián
─¿Puede Kessar hacer eso?
─No lo saben─ dijo Kat con un suspiro.─ La Tabla no funciona en Simi o Xirena.─ Ella miró a Sin─ ¿Podría funcionar en un  Demonio Sumerio?
El se encogió de hombros
─Las únicas personas que podrían saberlo son Anu o Enlil y están muertos.
─Que no nos sirve─ dijo Damián sarcásticamente.
Kish soltó un suspiro exasperado
─¿ No podemos sóo atacar con armas nucleares a estos bastardos en la tierra?
Sin se mofó.
─Las pruebas nucleares fue lo que los liberó Es leche materna para los de su clase.
─¿Pero si puedes quemarlos?
─Incinerarlos, es un proceso separado. No es lo mismo que la bomba molecular. Es algo diferente, de algún modo. Soy un ex─dios de la fertilidad, no un científico. Todo lo que sé es que las bomban no funciona, pero el fuego si.
─Entonces consigamos algo de napalm. ─ dijo Kish
Kat lo ignoró.
─¿La cuestión? ¿Por qué no se han establecido en la tierra? Seriamente si pueden salir en pequeños grupos, ¿Por qué no se han anidado en la superficie antes?
─Ellos tienen.─ Sin se acercó al diagrama para estudiarlo mientras hablaba.─ Acheron y yo lo hemos seguido siempre que los encontramos. Kessar siempre se queda bajó tierra porque tiene protección ahí. Son más fuertes en el suelo de sus casas, que es lo que las cavernas se han convertido para ellos.
─Además de la seguridad en número.─ Añadió Damien─ Aquí afuera son controlados ya que son asesinados sin dejarles tiempo de dejar algún territorio. En las cavernas…
─Hay miles de ellas para pelear─ agregó Sin─ Incluso ir después de los Dimme es un suicidio.
─ ¿Quien quiere vivir para siempre?─ Kat rió
─ Para el registro. Yo si.─ Kish levantó la mano
─¿Entonces por qué  me irritas tan a menudo?─ Sin le frunció el ceño .
─ ¿Tendencias suicidas inherentes a mi especie?
Kat ignoró sus bromas cuando miró fijamente el lado opuesto a Sin.
─Es como dijo Kytara. ¿Verdad? Necesitamos un ejército.
Sin sacudió la cabeza.
─Si, bueno, estamos un poco cortos de personal. Los Dark Hunters no se pueden unir a la lucha sin debilitarse unos a otros. Los dioses Griegos no podrían estar menos preocupados y a los únicos que les importa están muertos. Excepto por nosotros.
Damien asintió con la cabeza
─Y probablemente moriremos por una buena causa.
─Si─agregó lentamente Sin. Kessar ha estado apaleándome toda la semana en mis sueños y estoy exhausto por ello. Lo que necesitamos es un milagro.
─O por lo menos un  plan que no termine con mi muerte.─ agrego Kish rápidamente.



Kessar gruñó cuando alejó a Xypher lejos de su trono encadenado.
Xypher luchó contra las restricciones. No estaba en su forma corpórea. Cómo el demonio había logrado capturarlo, no tenia idea. Pero no le gustaba y si lograba liberarse, iba a desgarrar al bastardo miembro por miembro. Miro a Zakar que rehusó encontrarse con su mirada fija.
¿Tenia intención el dios el sueño de venderlo? Era lo que se merecía por tratar de liberarlo. ¿Cuántas veces se iba a dejar traicionar antes de aprender? La gente siempre era idiota sólo por si mismos. Condenado a ser todos los demás.
Zakar era la única forma en que Kessar puedo haberlo encontrado. Zakar era el único al que se había dejado ver. Todo por tratar de ayudarlo.
Un demonio femenino lo agarró y hundió sus colmillos en su muslo. Xypher siseó de dolor. Trato de golpearla lejos, pero Kessar sacudió la cadena en sus manos atrás, para que no pudiera alcanzarla.
Ella se retiró confusa cuando escupió la sangre en el piso
─No sabe bien.
─No estoy vivo, perra. Mi sangre es más espesa porque no se bombea repetidamente por mi cuerpo como en los humanos.
Kessar le pateó las costillas.
─Gracias por la lección de ciencia.
La hembra limpió con su mano sus labios manchados de sangre.
─¿De qué nos serviría? Mátalo.
Kessar lo estudió como si fuera un insecto.
─ Si esta muerto, no creo que podamos hacerlo.
Xypher lo señaló con un dedo.
─Punto para el genio.
Esta vez, Kessar lo pateó con fuerza en la espalda. Xypher gruñó, deseando que el dolor estuviera excluido después de la muerte. ¿Pero qué demonios? Él estaba acostumbrado.
─¿Así que haces aquí?─ demandó Kessar─ ¿espiando para Sin?
─¿Quien diablos es Sin?
Kessar lo pateó otra vez—Oh iba a disfrutar arrancándole la garganta al bastardo.
─No seas tímido. Estas aquí para espiar y el único con interés personal en este lugar es Sin.
─ No es verdad─ dijo Xypher lentamente─ Yo sólo pasaba por aquí arriba cuando me di cuenta que hay mucha gente enojada en este lugar. Un Skotos puede vivir un largo tiempo por decirlo así, tu, solo. Kessar se inclinó sobre él y cuando lo hizo, Xhypher vio lo que necesitaba. El medallón de La Tabla.
Oro Redondo y brillante, era una cosa hermosa.
Antes de que Kessar pudiera adivinar sus intenciones, lo tomó y robó liberándolo de la garganta del demonio y pateándolo de vuelta. Xypher rodó lejos de el.
Kessar gritó, su cara cambiando cuando agarró la cadena.
Xypher estaba seguro que Kessar lo tenía. Pero cuando el demonio lo alcanzó, fue golpeado de regreso.
Zakar lo había a agarrado y empujado hacia el trono.
─Dile a Sin que la vara esté en la casa. Él entenderá.
 La siguiente cosa que Xhyper supo, era que estaba de vuelta en el Olimpo, en el cuadro entre los templos de Zeus, Apolo, Artemisa, y Ares.
─ Que de…
No se movió repasando los últimos segundos en su mente y sólo llegó a una conclusión plausible.
Para salvar su vida y mandar un mensaje a Sin, Zakar se acaba de condenar a  muerte.

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