domingo, 19 de febrero de 2012

BFSW cap 3




Raphael no estaba ganando su guerra. Estaba perdiendo miserablemente y ni siquiera con estilo. No importa lo qué él intentara, Celena evitaba sus mejores esfuerzos. La mujer era una máquina, y después de cuarenta y ocho horas de tenerla en su casa, él ya había tenido bastante.

Sentándose en su sofá en el sótano una hora después de la puesta de sol--porque francamente, si subía las escaleras, quizás la mataría—llamó a Ephani, que contestó al tercer toque.

- Ven a por tu escudera – le dijo sin preámbulos.

El tono de ella era seco y sarcástico.

- Hola a ti también,  Raphael. Encantada de oírte.
- Cortar el rollo, Eph, y ven a llevártela antes de que la mate.
- ¿Te está volviendo loco?- Él podía oír el humor en su voz.
- ¿Tú que crees? ¿Cómo la has aguantado noche tras noche sin volverte loca?
- Ella es una poco obsesiva, pero…
- ¿Un poco?- respondió incrédulo. – La mujer hace que un asesino en serie parezca un Boy Scout.

Ephani bufó

- Ella no es tan mala.
- Oh sí, lo es. Créeme. Casi pierdo mi cabeza por un Daimon la primera noche que ella estuvo aquí
- ¿Cómo así?

Él apretó sus dientes al recordar.
- Imagínate esto. Estoy allí en el callejón, acechando a un grupo de Daimons que tienen a un escolar atrapado entre ellos. Justo cuando voy a moverme para salvar al niño, suena el teléfono con la Srta. No-tengo-ningún-propósito-para-salvarte-de-la-locura, que me llama para decirme que según el rastreador que ella tiene es hora de que vuelva a casa de modo que no acabe atrapado por la luz del día.

Ephani se estaba riendo tanto que desearía poder alcanzarla al otro lado del teléfono y estrangularla

- No es divertido.

Ella seguía riéndose. Raphael dejó escapar un disgustado suspiro.

- ¿Ella reorganizó tu cocina y la llenó con germen y esas mierdas de trigo? Intenté explicarle lo de “Soy-Inmortal-y-vivo-para siempre”, pero ella no lo capta. Dijo que incluso los immortales necesitan comer alimentos sanos.

Ephani todavía se reía.
Y al mismo tiempo Raphael quería matar a la Amazona así como a Celena.

- Esto no es realmente divertido, Eph.
- Oh sí, lo es. Gah, Rafe. Eres más que un hombre.
- Tomaré eso como un cumplido.

Aclarándose la garganta, Ephani finalmente se tranquilizó

- Hay algunas cosas que necesitas entender sobre Celena.
- ¿Quieres decir alguna otra además de que esté chiflada?

Ephani le chasqueó por el teléfono.

- Ella no está chiflada.

Él alzó la vista al techo. No dudaba de que Celena estuviera haciendo ahora mismo algo extremadamente absurdo en su cruzada para protegerlo a “él”, el guerrero inmortal.
- Creo que me reservaré mi opinión.
- Confía en mí, Oso Negro. Ella no está chiflada.
- ¿Entonces que está?
- Asustada.- La palabra lo sorprendió, Celena ciertamente no actuaba de esa manera. - ¿Has intentado preguntarle alguna cosa acerca de su familia?
- Un par de veces, pero ella nunca habla de ellos.
- Cierto, ¿Y sabes por qué?
- ¿Por qué está chiflada?- Esta vez lo dijo con un poco menos de entusiasmo.
- No… tiene miedo.
Eso no tenía sentido para él.

- ¿De qué?

- De perder a la gente que ella ama, así que intenta mantener paredes para protegerse. Si no habla a la gente, entonces ellos no podrán estar cerca de ella. Pero es todo fachada. Lo sé porque cuando su padre murió hace un año, eso casi la mata. Ella todavía llora en mitad del día cuando piensa que estoy durmiendo.

Las noticias lo dejaron sin habla. Eso era tan opuesto a la mujer nariz de ladrillo que estaba escaleras arriba. No había nada vulnerable en ella, y honestamente, él no podía imaginarla llorar por cualquier cosa.

- ¿Celena?
-Sí, Celena. ¿Y sabes por que es tan estricta con sus deberes?
- ¿Por qué está chiflada?- Él estaba de nuevo convencido. Cualquiera que ejecutara sus deberes a ese grado no era normal.
- No – dijo Ephani en un tono irritado. – Al igual que Jeff ella es de una familia del Escuderos. El Dark Hunter con el que creció fue asesinado hace ocho años porque fue arrinconado por un grupo de Daimons y fue ejecutado. Por si eso no fuera bastante malo el primer Dark Hunter al que fue asignada murió por que ella no pudo hacerle regresar antes de la salida del sol. Celena intentó conseguirle tiempo, pero no había lugar en el que pudiese ocultarse, así que ella se convirtió en tostada antes de que Celena consiguiera llegar allí. El consejo me advirtió cuando me la enviaron que ella estaba un poco… traumatizada por el suceso. Diablos, si piensas que es mala ahora, deberías haberla visto la primera vez que llegó a trabajar para mí.

Si era peor, entonces estaba agradecido de no haberla conocido antes. Pero todo eso explicaba realmente bastante sobre su psicosis.

-Y debes de gustarle para que sea tan paranoica como para que te esté llamando todo el tiempo para cerciorarse de que llegas a casa a tiempo. Ella no es tan mala ni conmigo.- Ephani agregó finalmente en voz baja, - Entonces otra vez, Yo sigo siempre sus planes de patrulla y vuelvo antes de que ella se asuste.

Raphael se quedó callado por un segundo mientras consideraba las palabras de Ephani.

- Eso pone mucha perspectiva sobre ella, ¿no?
- Sí.
- De acuerdo – dijo él con un suspiro.- No la mataré esta noche.
- No por favor. De todas, todas, estoy algo encariñada con ella, y tengo que decir la prefiero a la que estoy tratando ahora mismo. Es del tipo perezoso. Incluso se resistió a hacer mis huevos revueltos con queso y cebolla.

Raphael se rió de eso.

- Me imagino lo que utilizas para ello.
- Lo supongo. Pero envía a Celena pronto a casa. La extraño.

Él sacudió la cabeza.

- A propósito, gracias, Eph.
- No hay problema. Solo cuida de mi chica.
- Lo haré.

Raphael colgó el teléfono y lo metió en el bolsillo de atrás de sus pantalones. Su mente daba vueltas con lo que había aprendido, él dirigió escaleras arriba para encontrar su -desayuno- esperándole.

Tomando un trozo de beicon, él tenía que admitir que esa era una de las cosas por las que le gustaba tener a Celena alrededor. Al contrario que Jeff, ella estaba toda la noche con él y se aseguraba que tuviera bastante comida preparada. Ella incluso le preparaba una bolsa son algo para que se lo llevara. Por supuesto estaba lleno de alimentos sanos que lo empujaban a un forma de vida un poco extraña, pero era un pensamiento agradable.

- Hola.

Él se comió el beicon mientras ella le traía un vaso con zumo de naranja

-Hola.

 Después de que él tomara el vaso, ella depositó un cuaderno encima de la mesa.

- He tomado notas de tus patrones de patrulla. He notado que tiendes a permanecer aquí en Columbus alrededor de campus hasta la medianoche y después te diriges hacia Starkville. Yo estaba pensando-- 

Él cogió la libreta de su mano y la dejó a un lado.

 - Me gusta mi patrón, Celena.
- Pero sería más seguro que primero patrullases por Starkville y después volvieses por ese camino.
-Y yo fui un pirata que se reía mientras moría y escupí a la cara a mi asesino. La seguridad no me preocupa
- Pues debería – insistió ella.
- ¿Por qué?

Su frente se arrugó por la preocupación, su cara mostró un punto de histeria muy débil.

- Porque podrías morir y convertirte en una Sombra, vagar por la tierra sin alma ni cuerpo, con dolor y miseria constantes. Deseando comer. Deseando que alguien te oyera. Deseando que alguien te tocase y fuese capaz de verte. Para--

Él detuvo sus palabras poniendo sus dedos en sus labios. Personalmente, a él no le gustaba la espantosa imagen que había pintado con sus palabras.

- Está bien, Celena. No voy a morir.

 Pero él podía ver el dolor y el miedo en sus ojos.

- Eso es por lo que deberías pensar de nuevo en tu patrón.

Moviendo sus dedos de sus suaves labios, Raphael bajó su cabeza para capturar su boca solamente para que ella se apartase de él otra vez. Él dejó escapar un cansado suspiro.

- ¿No has tenido nunca una cita?
- No, de ninguna manera. Traer un forastero podría amenazar la seguridad de Ephani. ¿Qué pasa si yo estoy en una cita y ella me necesita?
- ¿Qué pasa si cae un meteorito a través de mi casa ahora mismo y nos fríe a ambos?

Ella realmente miró hacia el techo. Si no fuera tan serio, se reiría.

- Celena, no puedes pasarte la vida entera preocupándote de lo que quizás suceda. -Él acortó la distancia entre ellos. – Nadie puede ir solo por la vida. Créeme en esto. Esta soledad es infernal.
-Tú vives de esa manera.
-No siempre. Yo necesito a alguien de vez en cuando.

En vez de confortarla, esas palabras sacaron al exterior su rabia.

-Yo no soy tu soporte de una noche. Ambos tenemos deberes que atender. Juramentos que mantener.
-Te besaría de todos modos, pero tengo el presentimiento de que si lo hago…
-Te golpearía en las pelotas y te arrancaría una oreja.- No había error en la sinceridad de su enfadado tono.
- Eso duele.
- Es la idea.

Rafael negó con la cabeza. Ella era descarada y cuando se alejó de él no pudo evitar el calor que inundó su cuerpo. Todo en ella apelaba a él en a un nivel importante.
Honestamente, él se estaba volviendo loco al estar tan cerca de algo que lo tentaba sin poder siquiera tocarlo. Le traía sin cuidado que el consejo prefiriera asignar solamente Escuderos del sexo opuesto teniendo para ello en cuenta las preferencias sexuales de los Dark Hunters.

No puedo aguantarlo.
Necesitaba alejarse de ella.

- Me voy ahora a matar a Daimons.
- Pero es temprano.
-Lo sé. Pero tengo la sensación de que ellos están ya fiera y necesito patrullar.

O quedarme aquí duro como el infierno hasta que esta pequeña locura me haya abandonado. Como Oscar Wilde dijo una vez, él podía resistirse a todo menos a la tentación.
Antes de que Raphael pudiera alcanzar la puerta, sonó su teléfono. Sin mirar quién llamaba, contestó.

- ¿Rafe?- Era Jeff que susurraba en un tono aterrado.
- ¿Sí?
-Hay un grupo de Daimons aquí en el puerto.
- Es demasiado temprano para que ellos estén fuera. 
- ¡Dile eso a ellos!
- Cálmate y dime que está pasando.
-Esto es tan espeluznante como el infierno. Hay algún tipo de fiesta en la casa flotante de la puerta de al lado que empezó al ocaso y acabo de ver a seis de ellos saliendo de ella
- De acuerdo. Mantente ahí abajo y estaré ahí en unos minutos.

Celena frunció el ceño ante la preocupación en la voz de Raphael.

- ¿Hay algún problema?
-Alarma importante de Daimons.

Antes de que pudiera preguntar nada más, ya se había ido, pero sus palabras sonaban en sus oídos.

Alarma importante de Daimons…

Esto podía ser malo.

Tú eres un escudero.

Su lugar estaba en casa, especialmente después de la oscuridad.

Y entonces ella vio la cara de Eamon en su mente. Su cara sonriente cuando se metía con ella por no comer los guisantes

¿Hiciste ya las tareas de la casa, moza?

Dios, como había querido a ese hombre. Él había sido como un hermano mayor, un mejor amigo y un padre todo eso en uno. Y en un latido del corazón, los Daimons le habían matado.

Afrontémoslo, a excepción de Ephani, has tenido mala suerte con los Dark Hunters. Lo que más significaba para ella, eran sus horribles muertes.

Y ella amaba a Raphael. Lo había amado desde el primer momento que lo había conocido después de que ella se hubiese trasladado a West Point, Mississippi.
Él era inteligente, elegante, y tenía un peculiar sentido del humor.
Ahora él iba a luchar el Daimons. Solo.
Miles de escenarios pasaron a través de su cabeza, todos acabando con la misma conclusión.
Raphael muerto. El pánico hizo que su corazón empezase a latir más deprisa mientras miraba a su alrededor, el hogar de él.
Ella no podía embalar las cosas de las casa de otro Dark-Hunter. Ella no podría soportar otro velatorio para rendir sus respetos a alguien a quién amaba.
No podría.
Y antes de que pudiera detenerse, tomó el rastreador de la mesa y sus llaves

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