jueves, 16 de febrero de 2012

DSM Epílogo

 Agotado por el sexo, Nick estaba tendido desnudo en el suelo, jadeando al lado de Satara quien se reía mientras acariciaba su pecho. Todo su cuerpo ardía y ahora oía voces en su cabeza que hacían eco y gritaban.

¿Qué he hecho?

Cuando Satara había venido a él y le había contado sobre sus conexiones con los Daimons y los Dioses, él debería haberla rechazado, pero su oferta para devolverle el golpe a Ash había sido demasiado buena para dejarla pasar. Él sabía que como Dark Hunter él nunca tendría la habilidad en si mismo para matar a Ash. Pero con su vida forzosamente atada a la de un diós…

Podría hacerlo.

Y él sentía ahora ese poder rezumando a través de él. Zumbó y cantaba con una inimaginable belleza. Él no era humano. No era un Dark Hunter.

Era…

Nick frunció el ceño cuando vio su reflejo en un globo de plata que estaba en el estante más bajo de la librería del Daimon. Rodando hacia eso, lo acercó hasta poder ver sus ojos.

Su aliento quedó atrapado en su garganta cuando vio su distorsionada cara.

No podía ser.

La puerta de la habitación se abrió para mostrarle al semidiós Daimon que le había permitido compartir sus poderes. Ya no llevaba gafas de sol, él miró a Nick con los mismos ojos con remolinos de plata que tenía Ash.

Los mismos ojos que tenía Nick también, ahora.

- ¿Quién eres tú?- jadeó Nick
- Soy el único hombre en tu lista después de Acheron, a quién quieres matar, y ahora eres mi siervo, Nick. Bienvenido a mi infierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario