viernes, 6 de enero de 2012

BRM cap 7

Aimee todavía estaba alterada por su encuentro con Fang cuando se sentó al lado de la cama de Wren. Yacía en su forma de Tigard[1], a su lado sin moverse.
—¿Qué sucedió?
El pestañeó dos veces antes de responder.
Estaba sacando la basura y ellos estaban esperando por mí.
—¿Qué le hiciste tu a ellos?
Nada, creo que estaban esperando que alguno de nosotros saliera, yo fui solamente el pobre idiota suficientemente estúpido para estar ahí… Lamentablemente  ignoré su desenfrenada estupidez  hasta que Stone me pateó en la espalda, eso fue suficiente.
Ella acarició su suave piel. Como siempre, los lobos estaban buscando una pelea.
—Lo siento tanto Wren.
El cubrió su mano con una enorme pata.
No lo estés. Los dioses son los únicos que saben qué hubiera pasado si hubiera sido  Cherise o una de las otras mujeres. Sólo estoy enfadado de no haber podido controlar lo suficientemente bien mis poderes para darles la pelea que ellos se merecían.
Ella le sonrió cuando Marvin, su mono mascota, saltó a la cama para colocarse en su almohada. Cuando Wren no se movió, Marvin se inclinó hacia adelante para abrazar su cabeza grande de Tigard y acariciar una de sus orejas puntiagudas. Eso debía ser la cosa más dulce que había visto en mucho tiempo.
—Te dejaré descansar si necesitas algo, llámame.
Gracias.
Aimee cruzó el cuarto y tuvo cuidado para no cerrar la puerta con demasiada fuerza. Wren odiaba los sonidos fuertes. Ella no estaba segura si eso se debía a sus oídos agudos o a malos recuerdos de su niñez. De cualquier manera no lo iba a molestar después de todo lo que había pasado.
Cuando estaba cerca de las escaleras, se encontró con su madre que venía subiendo con un severo ceño fruncido.
—¿Ocurre algo?  
Maman frunció sus  labios.
—Ese estúpido Tigard. Necesito preguntarle porque atacó a esos lobos.
Aimee estaba horrorizada con la acusación.
—Él no lo hizo. Ellos lo atacaron.
—Eso dices tú y probablemente él también, pero los lobos tienen una historia diferente, son más y están dispuestos a jurarlo.
—Mienten.
Maman hizo un sonido de suprema irritación.
—¿Y tu aceptas la palabra de Wren?
—¿Acaso tu no?
—No. —Maman miró con odio la puerta de Wren—. Él es antinatural. Todo acerca de él lo es, hasta ese mono asqueroso que mantiene.
Entonces ¿qué era Aimee? Un oso katagaria que se convirtió en Arcadiann en la pubertad. Uno con los poderes de rastreo de un dios, que actualmente se siente atraída únicamente hacia un lobo. No se puede encontrar algo más antinatural que eso.
Por eso, nunca podría decirle a su madre la verdad sobre sí misma. Sí, su madre la amaba, pero su madre era un animal y sus instintos eran los de matar cualquier cosa que fuera diferente.
—Independientemente de lo que Wren es, Maman, no es un mentiroso. Stone y su grupo por otro lado… ¿han sido alguna vez honestos?
—Han enviado un emisario. Si no les entrego a Wren, irán ante el Omegrión y dirán que estoy albergando un peligro para todos los licántropos. ¿Tienes idea de lo que podría pasar? podríamos perder nuestra licencia y nuestra casa.
—Entonces devuélveles a Stone, eso es todo lo que su padre quiere de todas maneras. Y diles que Wren va a ser disciplinado por nosotros.
—¿Y desde cuando mandas tú aquí?
Aimee inclinó su cabeza como forma de respeto hacia su madre.
—Perdona por sobrepasar mis límites. Yo solo odio que un inocente sea castigado mientras a la inmundicia del universo se le permite bailar tranquilamente hacia la libertad, especialmente desde que pudieron haber agredido a cualquiera de nosotros que hubiera estado en ese callejón y eso nos incluye a ti y a mí.
Su madre la miró enfurecida.
—Mis instintos me dicen que les de a Wren. Atrae los problemas y no lo necesitamos aquí. No lo quiero aquí. —Dejó que saliera un largo suspiro. Sin embargo, había sido traído aquí por el propio Savitar. Savitar es el que está a cargo del Omegrión. El único al que nadie debe contrariar o cuestionar nunca—. Por lo tanto la parte humana en mi reconoce la gran ventaja que eso supone siempre y cuando lo proteja. Lo intentaré a tu manera, ma petite. Pero si esto falla, le entregaré sin importar lo que tu digas.
Y yo iré con él para protegerlo. Aimee no dijo esto en voz alta. Su madre no podría soportar que nadie la cuestionara o la contradijera, esa es la naturaleza de la bestia. Esta era la guarida de Nicolette y todos ellos estaban sujetos a su última palabra.
—Gracias Maman.
Su madre inclinó su cabeza hacia ella antes de cambiar de dirección para bajar las escaleras.
Aimee la siguió después, preguntándose qué estaba pasando por la mente de Eli. Durante años ellos habían tenido problemas con ese insufrible arrogante idiota y sus exploradores. Nada de lo que su clan hubiera hecho alguna vez había tenido sentido para ella.
Sin embargo sentía una picazón en la parte de atrás de su mente como si le advirtiera de que esto no se trataba de un momento de locura al azar. Había algo más que lo que estaba pasando. Algo siniestro.


Stone miró a Dev con odio cuando el mugriento oso abrió la jaula donde lo habían lanzado. Al menos había dejado de cambiar de forma.
—Veo que finalmente entraste en razón.
Dev se rió.
—Si eso fuera cierto te estaría arrastrando fuera de esa jaula y llevándote hacia el pantano  para alimentar a los caimanes. Desafortunadamente tu papi mandó a alguien para reclamarte.
Esperando ver a Darrel, se sorprendió cuando Dev abrió la puerta y apareció Varyk parado ahí en todo su salvaje esplendor. Alto, despiadado y cabreado. Varyk llevaba  el cabello marrón a la altura de los hombros y ojos tan azules que parecían penetrantes glaciales. Una sonrisa burlona estaba permanente cincelada en su hermosa cara. Y su postura dura decía que siempre andaba buscando a  alguien a quien destripar.
Stone tragó cuando un escalofrió bajó por su columna vertebral. Varyk estaba ligeramente cuerdo…
Y eso en su mejor día.
Por la enfadada y fulminante mirada de la cara de Varyk este no era uno de sus mejores días.
¿Qué diablos estaba pensando su padre para enviarlo aquí?
Personalmente, Stone preferiría quedarse en su jaula antes que pasar un segundo en la presencia de este hombre.
—¿Dónde está mi padre?
Varyk contestó con un gruñido grave.
—Tú no hables muchacho. Probablemente nunca más. — Lo agarró rudamente por el cuello y lo arrastró hasta la puerta. Luego dio la vuelta para mirar a Dev—. ¿Dónde está quien lo atacó? También lo tengo que escoltar de vuelta.
El oso movió su cabeza en una descarada negación que Stone tuvo que admirar. Tenía agallas para molestar a alguien como Varyk.
—No podrá ser. Wren se queda aquí.
—No fue eso lo que me dijeron.
Dev le dirigió una sonrisa insultante que Stone respetaría si no fuera un movimiento suicida de parte del oso.
—Bien acabo de decírtelo yo.
Varyk le lanzó una mirada torva.
—Tú no importas, pedazo de basura.
—Ese sentimiento es totalmente mutuo, carnada de oso, diablos, incluso no admito que estés aquí. Así que sal y llévate tu basura contigo.
La mirada mortal de Varyk se torno frágil.
—Tú realmente no quieres usar ese tono conmigo.
Dev cruzo sus brazos sobre su pecho.
—Bien tengo otros tonos para elegir, despectivo, enojado, vil, irritado. ¿Qué tal si solamente nos quedamos con el sarcasmo extremo y estamos a mano?
—Quiero al Tigard.
—Y yo quiero que te vayas. ¿Adivina quién va a ganar esta discusión? Y en el caso que seas más estúpido de lo que aparentas, no vas a ser tú.
Varyk lo agarró por la camisa.
—¿Me estás llamando loco?
—Te estoy llamando lento. No loco. —Dev quitó sus manos de encima—. Ahora te sugiero que te vayas. Rápidamente antes de que decida que realmente no necesito vivir más aquí.
Varyk movió la cabeza de manera que parecía que iba a atacar a Dev. Stone jadeó. Varyk era una bestia inestable. Una que nunca se sabía lo que iba a hacer y si atacaba aquí…
Estaban jodidos.
Varyk pasó a través de Dev al área de arriba.
—Llegará el momento y el lugar donde no serás tan afortunado como lo eres esta noche.
Dev se rió malvadamente.
—Vamos, puedes venir en cualquier momento que eches de menos a tu mami y necesites que te zurren el culo.
Varyk gruñó, el sonido de un lobo a punto de arrancarle la garganta a alguien. En vez de pelear con Dev, se giró hacia Stone y lo agarró por el brazo para tele transportarlo fuera de la casa se los Peltier.
—¿Te importa? —Dijo Stone tan pronto estuvieron en la calle—. No soy tu novia.
Varyk lo agarró por la garganta en un apretón asfixiante.
—Exactamente, no tengo ninguna razón para no bajarte los humos o matarte. —Lo apretó fuertemente antes de dejarlo ir.
Stone tosió para aclarar su garganta, lo miró airadamente.
—¿Cuál es tu problema?
—Mi problema es que tuve  que sufrir el hedor de esos animales para salvar tu estropeado y podrido trasero. No soy tu padre y no hay ningún código genético entre nosotros que me haga querer salvarte nuevamente, por lo que ten cuidado chico, la próxima vez te dejare ahí.
—¿Qué pasa con mi padre?
Varyk no respondió mientras caminaba calle abajo y desaparecía en la noche.
Stone recolocó su chaqueta con un tirón agudo.
—Si claro tú continua caminando, punk. Si alguna vez me tocas de nuevo de esa manera, te golpearé hasta dejarte en el suelo. —Claro que no dijo eso lo suficientemente alto, de manera que el Were-Lobo lo pudiera oír. No era completamente idiota.
Echando una mirada hacia atrás sobre su hombro miró airadamente hacia el santuario.
—Vuestros días están contados osos.
Y también estarían para los lobos katagaria. Su padre no tenía ni idea de que ellos estaban en la ciudad pero Stone iba asegurarse que se enterara inmediatamente. Luego llovería el infierno sobre todos ellos.


Fang permanecía en su forma de lobo, durmiendo sobre una cama de césped. Pero incluso mientras dormía estaba alerta sobre todo lo que ocurría a su alrededor. Se comportaba de esta manera desde que era un cachorro. Más bien, había tenido que comportarse así desde que era un cachorro. A pesar de que Vane y él eran hijos del Regis de su patria, ellos estaban expuestos a lo peor, no sólo por parte de su padre sino por aquellos que lo seguían como Stefan.
Su padre los culpó por el hecho de que su madre Arcadiann había rehusado completar el ritual emparejamiento con él. Su rechazo convirtió a Markus en un ser impotente y hostil.
Y su negativa de mantener a sus hijos katagaria los convirtió en un blanco.
Por ello cuando Anya se acercó lo suficiente, se despertó listo para atacar.
Anya se agachó hasta quedar contra el suelo.
—Soy solo yo Fang.
El cambió a su forma humana y dejó su mano sobre la  nariz de ella.
—Lo siento bebé, no lo sabía. —Ella lamió sus dedos antes de colocarse a su lado y poner la cabeza sobre su muslo.
Él acaricio la piel alrededor de sus orejas.
—¿Sucede algo?
—No podía dormir, Orian se encuentra fuera patrullando y no quería estar sola.
—¿Dónde está Vane?
—No estoy segura. No está de guardia o en el campamento, no lo he visto desde hace rato. ¿Lo has visto tú?
—Estaba ayudando a uno de los Dark-Hunter  que vive en el pantano, Talón, asumí que ya había regresado a esta hora. Los Dark-Hunters eran guerreros inmortales que peleaban para la diosa Artemisa. Cazaban a los primos de los Were-Hunter, los Apolitas, y los mataban cada vez que estos se convertían en Daimons y comenzaban a robar las almas de los humanos para mantenerse con vida.
Era extraño para los Dark-Hunters mezclarse con los Were-Hunter, pero no imposible, y a través de los años, Fang y Vane se habían hecho amigos de una gran cantidad de ellos.
Anya suspiró fuertemente.
—¿Ese era el cazador oscuro con el que se encontraron la otra noche?
—Sí, Talon y Acheron. Acheron era el líder de los Dark-Hunter y un gran amigo de Vane desde hacía mucho tiempo.
—Hubiera preferido que no se hubieran encontrado con ellos. Cada vez que un Were-Hunter se mezcla con uno de ellos acaba ocurriendo alguna desgracia.
—Ah, no te preocupes, de hecho fue divertido, además hay demasiada basura Daimon por  ahí y los Daark-Hunter estuvieron de acuerdo en ayudarnos a protegeros si algo pasa.
—Di lo que quieras pero yo no confió en ellos.
—Yo tampoco, pero confío en Vane y tú también deberías. Él nunca haría nada que nos dañara a nosotros o a los demás.
Ella miró a lo lejos con cara de arrepentimiento.
Fang se sintió culpable al hacerla sentir de esa manera. Sin embargo ella nunca debería cuestionar a su hermano. Vane se moriría si algo les ocurriera.
Y pensar que él lo había causado…

Vane nunca lo superaría. Al igual que Fang mientras acariciaba la oreja de su hermana tenía un mal presentimiento. No lo podía definir. Sin embargo se mantenía en lo más profundo de su mente como un fantasma detrás de su sangre.
Es únicamente la preocupación de Anya.
¿Era realmente eso? ¿O podría ser una premonición? Nunca había sido particularmente precognitivo.
Pero…
No pensaría en eso. Anya estaba a salvo. Estaba aquí para protegerla a ella, y Vane volvería tan pronto como pudiera. Nada cambiaría. Ella tendría a sus cachorros aquí mientras sus viejos enemigos los buscaban. Una vez que los cachorros fueran lo suficientemente grandes para viajar se moverían nuevamente.
Esa era forma que las cosas ocurrían y nada iba a cambiar, se aseguraría de ello.

Fang se despertó por un fuerte sonido de alarma. En su forma de lobo estaba al lado de su hermana que también se había despertado por el sonido.
—Quédate aquí —él la protegería—. Iré a ver qué ocurre. Se levantó y trotó hasta el campamento principal donde un grupo de lobos se encontraba reunido.
Dos de ellos estaban sangrando profundamente.
Liam el hermano mayor de Keegan mantenía su pata ensangrentada levantada para evitar apoyarla, su piel de un color marrón claro se encontraba ensangrentada.
—Fue una emboscada tenemos suerte de que alguno de nosotros haya sobrevivido
Markus, también en su forma de lobo, lo miró airadamente.
—¿Quién lo hizo?
—Lobos Arcadianns, tenían una trampa preparada para nosotros.
Markus maldijo.
—¿Dónde está el resto de tu grupo?
—No lo sé, Orian nos dijo que regresáramos para preveniros.
Markus echó una mirada alrededor del grupo.
—Reunid nuestras fuerzas, quiero a todos los hombres disponibles.
Fang tomó forma humana para enfrentarse a su padre.
—No puedes, ¿qué pasa si es una trampa para mantenernos a todos alejados de las mujeres y dejarlas sin protección? —Miró alrededor a los lobos—. Recordad que ya ha ocurrido antes. ¿Cuántas mujeres y cachorros perdimos por la matanza de los Arcadiann?
Markus lo miró airadamente.
Pero Fang vio la mirada indecisa de los demás.
Wiliam avanzó.
—Creo que Fang podría tener razón, alguno de nosotros debería quedarse solo por si acaso.
Los ojos de Markus brillaron intensamente en la oscuridad. Odiaba ser cuestionado.
— Bien, Fang y el resto de vosotras mujeres podéis quedaros mientras cazo.
El grupo se dividió por la mitad.
Liam cojeó hacia Fang.
—No sé qué piensas tú, pero yo estoy seguro que no me siento como una mujer.
Fang se rio.
—Ignora a la maravilla impotente. Dime, ¿Qué pasó exactamente?
—Estábamos andando por los alrededores,  tras la caza de pequeñas aves para practicar. En un momento los estábamos persiguiendo por el pantano y al siguiente Orian era golpeado con un taser, después alguien empezó a disparar con armas de fuego contra nosotros, perdimos a Agarian inmediatamente por una bala que le dio en la cabeza —Liam miró hacia abajo hacia su propia herida—. Me alcanzaron en la pata pero es un simple rasguño.
Razón por la cual no podía usar su magia. Cuando eran heridos su magia se volvía impredecible e inútil. Si se usaba podría causar toda una serie de desastres.
De repente Anya gritó.
Convirtiéndose de nuevo en lobo Fang corrió hasta ella, la alcanzó en un tiempo record. Se encontraba en el suelo retorciéndose, aterrorizado olisqueó su cuello.
—¿Anya?
Ella sollozó incontrolablemente, ¿estaba de parto tan pronto? Fang intercambió una mirada desconcertada con Liam que había llegado detrás de él.
—¿Qué es lo que ocurre?
—Orian.
—¿Qué pasa con él?
Anya pateó el suelo como si sufriera una terrible agonía.
—Está muerto.
Fang intentó calmarla.
—No, fue alcanzado con un taser.
Ella sacudió la cabeza negativamente.
—No, está muerto, lo sé puedo sentirlo.
—Solamente estas embarazada y trastornada.
Ella le lanzó una mirada tan hostil y agonizante que le llegó hasta el fondo del alma.
—Estábamos vinculados Fang. Está muerto lo puedo sentir.
Fang no pudo respirar cuando esas palabras lo atravesaron. Vinculados.
Cuando dos Were-Hunter se vinculaban su fuerza de vida se convertía en una sola. Eso era un acto final de lealtad y amor eso significaba que cuando uno moría ambos lo hacían.
La única excepción era si la mujer estaba embarazada, entonces su vida era alargada pero únicamente hasta que los bebés nacieran, una vez que el último de ellos se encontraba afuera y a salvo, la madre se uniría con su pareja en la eternidad.
Anya iba a morir.
Fang luchó por respirar cuando esas palabras lo golpearon como garras que excavaban en lo más hondo de su alma y era todo lo que podía hacer para tratar de mantenerse en pie.
—¿Por qué lo hiciste?
Ella le lanzó una mirada mordaz.
—Lo amaba estúpido idiota ¿Por qué sí no?
Aulló un atormentador e inolvidable sonido. El grito de un lobo en completa agonía.
Fang inclinó su cabeza hacia atrás, se incorporó y se unió a ella en su propio dolor.
Su hermana iba a morir… y no había nada que él pudiera hacer.
Anya rompió a llorar.
—¿Cómo es posible que esté muerto? ¿Cómo?
Pero Fang no escuchó sus palabras, todo lo que podía hacer era verla morir y resignarse, ver como sus cachorros acudirían a él para que les contara historias sobre una madre a la que nunca conocerían.
¿Cómo podía ser?
Serían como él. Tendrían ese agujero dentro de ellos que nada podría llenar. Se preguntarían qué es lo que se siente al ser amado. Tener una madre que se preocupara por ellos y los alimentara.
Transformándose a humano, la abrazó y la sostuvo mientras sus propias lágrimas surgían.
—Anya nunca los dejaré solos y no les faltará nada.
Excepto  tú y su padre.
Esas palabras lo estrangularon e hicieron que perdiera el control. Contra su voluntad las lágrimas comenzaron a fluir, avergonzado ocultó la cara contra su cuello y la sostuvo, ella era todo lo que merecía la pena, no se suponía que tenía que ser de esta manera. Su hermano y hermana eran las únicas constantes en su vida.
Ellos eran su único consuelo.
Y ahora perder a uno de ellos… era más de lo que podía soportar.
La sostuvo cerca, meciéndola por horas sin importarle nada más, solo cuando Vane regresó al amanecer, se dio cuenta de todo el tiempo que había transcurrido.
Vane se acercó lentamente.
—¿Qué ocurre?
Fang buscó una manera de decirlo suavemente, Anya estaba durmiendo. Pero no existía consuelo para lo que le preocupaba. Apretó el puño sobre su piel blanca y se dio cuenta que no había una manera fácil de decirlo, una que no afectara Vane de la misma forma que lo había afectado a él.
—¿Tú sabías que Anya estaba vinculada con Orian?
Vane frunció sus labios como si sólo la idea le repugnara tanto como a Fang. 
—¿Por qué iba a hacer algo así?
—¿Te dijo que lo amaba?
Vane se puso en tensión.
—Has hablado en tiempo pasado.
Fang soltó un suspiro largo y se preparó para la reacción de Vane. Dios como desearía no ser la persona que tuviera que decirle esto.
—Orian murió esta noche.
Vane dejo salir una maldición tan fuerte, que Fang estaba anonadado por ella. Normalmente su hermano era más comedido, pero lo entendía perfectamente. Estaba experimentando las mismas emociones. Vane se puso de rodillas su lado y colocó una mano sobre Anya, cuando se encontró con la mirada de Fang este vio el mismo dolor agonizante dentro de los ojos de  su hermano que el que sentía en su propio corazón.
—¿Qué vamos  hacer?
Fang sacudió su cabeza. 
—Tendremos que verla morir,
Vane miró a lo lejos, como si no pudiera soportarlo más de lo que Fang lo hacía.
—¿Qué sucedió?
—Un grupo de Arcadianns los atacaron y Orian murió durante la pelea. ¿Qué más?, maldito lobo estúpido, tenía que haber estado aquí con Anya y no saliendo de fiesta con sus amigos.
Vane lanzó una mirada a los alrededores como si esperara que una sombra volviera a la vida y los persiguiera.
—¿Rastrearon a los demás de regreso aquí?
—No lo sé, no les pregunté. Markus y un grupo de los otros fue tras ellos.
—¿Y?
—Todavía no han regresado.
Esas palabras apenas habían salido de su boca, justo cuando los demás aparecieran lentamente en el campamento, algunos estaban sangrando y cojeando, pero no parecía que faltara nadie.
—Quédate con Anya. Vane fue a consultar con los demás.
Fang no se movió hasta que su hermano regresó con una mirada de acero en su rostro.
—¿Qué?
—Son el grupo de Arcadianns sobre el que Acheron nos previno, de alguna manera descubrieron que estamos aquí y sus centinelas están afuera buscando nuestra sangre.
Esa era la historia de nuestra vida, sin importar dónde estuvieran los Arcadianns los encontraban y atacaban ¿Por qué no podían sus hermanos humanos dejarlos en paz?
Porque los destinos eran tres perras sicóticas que querían la completa aniquilación de su especie.
Ahora su hermana debía pagar el precio de una maldición que ninguno de ellos había querido o merecido, la vida era tan injusta. Pero como Acheron a dicho muchas veces, merecerlo no tiene nada que ver con nada la vida simplemente es.
Vane se sentó a su lado.
—Te ves como la mierda ¿Por qué no vas y tomas un descanso?
—¿No puedo dormir?
—Necesitas dormir, no le harás ningún bien a nadie si estas muy cansado para funcionar.
Sí , ¿pero cómo conseguiría encontrar paz esta noche? No había nada, excepto ese enfermizo nudo, en su estomago, que lo hacía querer vomitar.
Como querría poder retroceder veinticuatro horas y olvidarse de este futuro…
Vane lo empujó suavemente.
—Yo me encargo de  Anya ve a descansar, no hay nada más que hacer, conviértete en lobo por un rato.
Fang cabeceó sobriamente antes de dejarla, a pesar de que lo único que quería hacer era sostenerla tanto como pudiera, pero Vane tenía razón, necesitaba estar en su verdadera forma.
Y necesitaba encontrar algo para sí mismo. Algo que se llevara el dolor aunque fuera por un pequeño nanosegundo.

Aimee se despertó cuando sintió un dolor que la atravesaba. Era la misma sensación que tenía siempre que Wren o uno de sus hermanos se encontraba en dificultades.
Solo que en esta ocasión era por Fang, lo podía sentir como si él estuviera en la habitación justo a su lado.
Y era la misma sensación de temor en su pecho, la misma urgencia de localizarlo inmediatamente y asegurarse que todo estaba bien.
¿Qué había pasado?
Cerrando sus ojos lo localizó, estaba acostado sobre su estomago en su forma de lobo. No parecía estar lastimado y sin embargo había algo en él que parecía estar roto, herido.
—¿Fang?
Fang se congeló por el sonido de la voz de Aimee, abriendo sus ojos  la vio arrodillada junto a él. 
¿Qué estás haciendo aquí?
—Yo…yo… no lo sé, simplemente sentí que necesitabas a alguien.
Frunciendo el ceño, quiso decirle que se marchara, sólo que ella colocó una mano suave en su cuello.
Fang siempre había odiado que lo tocaran ahí. Ni siquiera Anya podía acariciarlo mientras estuviera en su forma de lobo. No podía soportarlo.
Sin embargo el toque de Aimee lo calmaba. Ella pasó su mano a través de su piel hasta su oreja, que frotó suavemente entre dos dedos. Antes de poder detenerse, se inclinó más cerca de ella.
—¿Qué ha pasado?
Se sofocó cuando pensó en Anya.
El compañero de mi hermana murió anoche.
—¿Tu hermana estaba vinculada?
El asintió
—Oh cariño cuanto lo siento.
Lo siento… eran unas palabras sin valor, sin duda pronunciadas como hábito. Él odiaba que las personas dijeran eso cuando no tenían idea de lo que realmente significaban. Ninguna idea del dolor que lo quemaba por dentro, el de una perdida que pronto experimentaría y para el que no existía ningún tipo de alivio que lo pudiera aligerar o disminuir.
¿Cómo podría seguir sin su hermana?
Tú tienes a tu familia, no tienes ni idea de lo que es...
—Eso no es verdad  —le dijo ella apretándolo con fuerza. —Perdí dos hermanos y una de sus parejas, sé la angustia que el tiempo no puede curar. No pasa un día sin que me acuerde de ellos y de cómo murieron, así que no uses ese tono conmigo, no lo podría soportar.
Fang tomó forma humana y la abrazó.
—Lo siento Aimee no lo sabía.
Aimee lo apretó con fuerza mientras trataba de controlar las lágrimas que siempre surgían cuando recordaba a Bastian y Gilbert.
Peor aún, ellos habían muerto por su culpa. Porque ella había compartido su poder y les había mostrado como localizar a sus enemigos y fueron tras ellos para protegerla. La culpa de eso. El dolor…  había momentos como este cuando era más de lo que podía soportar.
Sin embargo la vida continuaba con cada latido agonizante.
—Está bien. —Susurró, pero no lo decía en serio nunca estaría bien perder a quienes amas la vida era dura, cruel y fría. Ella lo sabía mejor que nadie.
El humor bipolar de su madre era prueba de eso. Mientras Maman le daba la bienvenida y protegía a cualquiera que era leal a su casa. Rápidamente estaba dispuesta a matar a cualquiera que sospechara que la traicionaría, de ahí su odio antinatural contra Wren.
Y era tan implacable, aún sabiendo que la amaba, Aimee pudo vislumbrar en los ojos de Maman como la culpaba incluso aunque fuera sólo un cachorro cuando ellos murieron,
Aimee suspiró.
—Como Wren siempre dice tarde o temprano la vida nos pasa factura a todos.
—¿Wren?
—El Tigard que me ayudaste a salvar. Tiene una forma particular de ver la mayoría de las cosas, pero en esto yo creo que tiene la razón. Nosotros somos las víctimas.
Fang sacudió la cabeza.
—Me niego a ser la víctima. Alguna vez… pero no ahora, no puedo creer que la vaya a perder y que no haya nada que pueda hacer para evitarlo.
—Al menos tienes tiempo de decirle adiós, mis hermanos se fueron en un instante no hubo tiempo para nada ni siquiera duelo.
Fang se detuvo cuando se dio cuenta de lo mucho que ella lo reconfortaba, estaban compartiendo su dolor…
¿Qué estás haciendo?
Estaba llegando a ella y no tenía idea de por qué, él nunca confiaba en nadie, especialmente no en extraños. Rechazaba acomodarse y siempre lo había hecho.
Sin embargo, no quería dejarla, se quería quedar de esta manera durante un rato, para que ella aliviara el dolor de su corazón.
Aimee se separó de su brazo para mirar algo en el suelo. Se inclinó ligeramente hacia adelante para agarrar el trozo de tela que Stefan había rasgado de uno de los atacantes Arcadianns. Lo había llevado para inspeccionarlo y Vane lo había traído de vuelta antes para echarle un vistazo. Desafortunadamente el olor estaba tan contaminado que era inútil para ellos intentar utilizarlo para localizarlos.
Aimee frunció el ceño cuando lo estudió atentamente.
Él copió su gesto.
—¿Qué pasa?
—Conozco esto, es de una tessera uniformada.
Su corazón dejo de latir.
—¿Qué quieres decir con que lo conoces?
Aimee cerró los ojos para usar sus poderes viendo como imágenes reproduciéndose en su cabeza. Ella podía ver a los lobos peleando, oírlos gruñendo y desgarrando. Ver a los Arcadianns atacándolos, pero algunos hechos estaban más claros que otros, sin embargo había una cara que ella conocía muy bien.
—Ese es Stone.
Fang inclinó su cabeza.
—¿Stone? ¿Porque  me suena ese nombre?
—Ese fue el lobo con el que peleaste fuera del Santuario.
Fang dejó salir el aliento como si lo hubieran golpeado fuertemente en el plexo solar.
—¿Qué?
—Él era el lobo.
—No. —Fang sacudió la cabeza con incredulidad ante esas palabras que destrozaban su alma. ¿Qué he hecho? —Queridos dioses—… Yo soy el que mató a mi hermana.

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