lunes, 30 de enero de 2012

NGP cap 13

Vane se encontraba detrás de la barra, buscando Coca Colas para él y para Bride cuando Colt se burló de él.
—¿Ahora estás contento que te haya enviado de regreso con ella?
—Cállate, Colt.
—Vamos, lobo. Sé que lo odias. Di "gracias, Colt".
—Preferiría meterme… —La voz de Vane se desvaneció mientras algo brillante destellaba sobre la pista de baile.
Al principio pensó que sólo era alguien más uniéndose a la fiesta, hasta que se dio cuenta que el "humano" no lograba mantenerse en forma humana. Seguía cambiando de humano a lobo, una y otra vez.
También lo reconoció.
Era Stefan.
Vane dejó las bebidas y saltó sobre la barra. Atravesó el cuarto corriendo hacia el lobo.
—Tranquilo —estaba diciendo Carson mientras recostaba al lobo herido sobre el piso de hormigón—. ¿Puedes mantenerte en tu forma básica?
—Advierte a… Vane.
Vane aferró a Stefan y usó sus poderes para mantenerlo humano.
—¿Advertirme acerca qué?
Stefan era un desastre ensangrentado. Alguien lo había golpeado hasta casi matarlo. Era asombroso que el lobo aún estuviera vivo.
—Tu… madre…
—No hables —le dijo a Stefan—. Piénsalo.
Stefan echó la cabeza atrás y cerró los ojos.
Ella y sus Centinelas mataron a Petra y Aloysius —dijo Stefan en la cabeza de Vane—. Yo no quería morir. Hice un pacto con ella, si me dejaba vivir la traería aquí para que los matara a ti y a Fang. —Vane apretó los dientes, pero no hizo nada para interrumpirlo—. Se suponía que me dejaría ir. En cambio, cuando se enteró que Fang estaba en El Santuario, se volvió contra mí. Está viniendo, Vane. Ya podría estar aquí.
—¡Wow! —la voz de Kyle resonó desde el umbral que conducía a la Casa Peltier—. Todos, vengan rápido. La pequeña compañera humana de Vane está teniendo una terrible pelea con una loba allá arriba. ¡Y está ganando!
Bride estaba aterrada. Su corazón martilleaba, pero aún así no estaba dispuesta a quedarse allí parada y permitir que Bryani matara a Fang.
Probablemente debería haber llamado a Vane, pero quería terminar con esto.
Y sabía cómo ponerle fin.
Eso esperaba.
Bride abrió de golpe la puerta de la habitación de Fang.
Bryani se volvió hacia ella con un gruñido.
—Mantente fuera de esto. No es asunto tuyo.
—Sí, lo es. Lastimaste a mi compañero, me lastimaste a mí, y no te permitiré hacerlo.
—No quiero herirte, Bride.
—Entonces vete.
Bryani extendió la mano y la arrojó contra la pared. La espalda de Bride dio punzadas ante el impacto, pero eso no hizo nada para disminuir su resolución.
Bryani giró hacia Fang y se estiró hacia él.
Bride tomó la silla mecedora y la hizo caer sobre la espalda de la otra mujer. Bryani cayó de rodillas, y entonces intentó volver a golpearla con la mano.
Antes que pudiera, Bride la inyectó con un tranquilizante que había tomado de la sala de consulta.
Bryani gritó y la empujó. Golpearon contra el tocador.
—Realmente, estoy demasiado vieja para pelear —dijo Bride entre dientes—. ¡Y tú también!
Bryani se tambaleó mientras la droga comenzaba a hacer efecto. Utilizó sus poderes para golpear a Bride con la lámpara, pero cayó al piso antes de alcanzarla.
—¿Qué me hiciste?
—Te drogué.
Tres segundos más tarde, Bryani estaba extendida en el suelo.
Bride fue hacia ella y la puso de espaldas. Los ojos de Bryani estaban completamente abiertos, y la mujer la miró fijamente. Satisfecha por haberla domado un instante, Bride agarró a su suegra y la arrastró a la habitación de al lado, donde la encerró dentro de una jaula. Había un botón rojo arriba, que decía "trabar". Bride lo apretó y espero que de algún modo eso impidiera que Bryani usara sus poderes contra ella.
—Ahí está —dijo, mientras miraba a Bryani cautelosamente—. Iré a buscar a Carson en un minuto, porque no estoy segura de haberte dado la dosis correcta. Lo creas o no, no quiero matarte. Pero, por favor, date cuenta que dije que no quiero matarte. Eso no significa que no lo haré.
La mano de Bryani se movió.
Pero también era probable que Bride no le hubiese dado lo suficiente, y por eso era que la había encerrado en la jaula.
—Mira, Bryani, realmente lamento lo que te sucedió. Lo siento, y comprendo porqué odias al padre de Vane. Tienes todo el derecho. Pero eso es entre ustedes dos. No tiene nada que ver con Vane, o Fang, o Fury. Ellos son tus hijos.
—Tienen que morir —jadeó Bryani, dejándole saber a Bride que en realidad no había usado suficiente tranquilizante—. Son animales.
—¿Te has mirado al espejo? —le preguntó—. Los animales no comen a su cría por ninguna razón. Vane no intentó matarte por haberme llevado. Los dejó a ti y a tu villa en paz. Eres tú quien está viajando a través del tiempo para matar a alguien que nunca ha hecho nada para lastimarte. Dios mío, golpeaste a Fury, tu propia carne y hueso, y lo dejaste para que muriera. ¿Cómo es eso humano? Deja de mentirte a ti misma. Tú tampoco eres humana, Bryani. O quizá lo eres. Dios sabe que los humanos han cometido algunos de los crímenes más atroces imaginables contra los demás. Los animales, como Fury dijo, sólo matan para proteger y alimentarse. Son leales a aquellos a quienes aman. Un humano fue quien me arrancó el corazón del pecho y lo pisoteó. Y fue Vane quien apareció y me hizo sentir feliz otra vez. Recogió mi corazón y lo acunó cuidadosamente en sus manos. Sé que jamás me lastimaría, no de ese modo. —Los ojos de Bride se llenaron de lágrimas al comprender cuánto amaba realmente a su compañero—. Supongo que, si tuviera que elegir entre un humano y un animal, escogería al animal. Así que, estás advertida, Bryani. Si alguna vez amenazas a Vane o a sus hermanos otra vez, voy a demostrarte cuán humana soy. Me pondré mi camuflaje, te perseguiré y te despellejaré mientras gritas. ¿Me has comprendido?
Un masivo grito de aclamación sonó detrás de Bride, sobresaltándola. Dándose vuelta, vio a todo el clan Peltier, y a algunos más, agolpados dentro y alrededor del umbral.
Pero fue Vane quien atrapó su atención. La expresión de orgullo en su rostro hizo que todo su cuerpo se calentara.
—Maldición, Vane, tienes a una tremenda compañera aquí —dijo uno de los cuatrillizos Peltier.
Bryani arremetió contra Bride. Su brazo salió de la caja mientras intentaba agarrarla.
—No puedes detenerme, humana.
—No, pero yo puedo.
Bride dio un paso a un costado mientras Acheron atravesaba la multitud para pararse frente a Bryani.
Él se agachó cerca de la caja y sostuvo la mirada de ella con la suya.
—Te llevaré a casa, Bryani, y me aseguraré que nunca puedas volver a abandonar tu época. No más paseos a cuestas de nadie. —Bryani lo miró resentidamente—. No —dijo Ash, como si pudiera leerle la mente—. Alastor no te ayudará otra vez. Tu contracto está anulado.
—No puedes hacer eso —gruñó ella—. El no será libre hasta que todos ellos hayan encontrado a sus compañeras.
Ash le regaló una media sonrisa burlona.
—Deberías pasar más tiempo con los dioses, Bryani. Me han enseñado bien sobre las lagunas jurídicas. Ya ves, todos tus hijos han encontrado a sus compañeras. Es sólo que aún no lo saben.
—¿Qué dices? —preguntó Fury.
Ash lo ignoró.
—Alastor está libre de ti, y por miedo a mi castigo, no hará ningún nuevo acuerdo contigo.
—¿Y qué hay de mi castigo? —chilló Bryani mientras sacudía los barrotes de su jaula—. ¿Dónde está mi justicia?
Ash se paró y suspiró con cansancio.
—Te diré una cosa. ¿Qué tal esto como pacto? Regresas a tu época y te aseguras que Dare permanezca donde está, y te daré lo que más quieres en la vida.
Bryani inclinó la cabeza, mientras contemplaba al Atlante.
—¿Lo juras?
—Sí.
Ella hizo un gesto desde su corazón a sus labios.
—Es un trato. Ahora déjame salir de esta jaula para poder decretar mi venganza.
Ash negó con la cabeza.
—No voy a dejarte matar a tus hijos, Bryani.
—Pero, dijiste…
—Tu deseo más querido no tiene nada que ver con ellos. Voy a enviarte a casa ahora y, te lo prometo, para cuando caiga la noche, serás una mujer feliz.
Bryani desapareció de la jaula.
—¿Qué vas a hacerle? —preguntó Fury.
Ash cruzó los brazos sobre el pecho mientras se daba vuelta para enfrentarlos.
—¿Qué es lo que tu padre siempre ha dicho públicamente por lo que daría cualquier cosa?
La mandíbula de Vane quedó floja.
—Recuperar a su compañera. Pero eso era sólo una mentira que decía para que la manada sintiera pena por él.
—Bueno —pronunció Ash lentamente—. Uno debería tener cuidado con lo que desea. Porque podría obtenerlo.
Vane silbó bajo.
—Recuérdame que nunca te haga enfurecer.
—En realidad no vas a unirlos, ¿verdad? —preguntó Bride.
Ash se encogió de hombros.
—Fueron destinados a estar juntos, y es hora que se manejen el uno con el otro. Lo que suceda entre ellos, es asunto suyo.
—¿Qué te debo por este favor? —preguntó Vane.
—Es gratis. Cuando ayudaste a Talon, pagaste un precio más alto del que nadie debería pagar jamás. Considéralo un regalo de bodas de parte mía y de Simi. Ni tu madre ni tu padre volverán a amenazarlos jamás a ustedes ni a sus hijos.
—¿Estás prediciendo el futuro, Acheron? —preguntó Nicolette.
—No exactamente. No les estoy diciendo lo que sucederá. Sólo lo que no.
—Gracias, Ash —dijo Vane.
—Ya que estás de un humor generoso —dijo Fury desde la entrada—, ¿quieres decirme quién es mi compañera?
Ash le ofreció una media sonrisa pícara.
—Depende de ti encontrarla.
—Sí, pero…
—Basta, lobo —dijo Colt, palmeándole la espalda—. El gran Acheron no va a responder eso.
—Ah, hombre, esto va a volverme loco. Sabes que he conocido a miles de mujeres en mi vida, ¿cierto?
—Sí —dijo Ash—, pero no te has acostado con todas ellas.
Fury parecía estar sufriendo.
Vane se adelantó y atrajo a Bride a sus brazos.
—Gracias —le dijo, abrazándola con fuerza—. Cuando Kyle me dijo que mi madre estaba aquí arriba contigo…
Ella le pasó los brazos alrededor del cuello y dejó que el amor que sentía por él la inundara.
—No iba a permitir que te lastimara.
Ash ahuyentó a todos fuera de la habitación, para que pudieran besarse en privado.
Luego de algunos minutos, Vane los transportó desde la oficina de Carson a El Santuario. Stefan estaba sentado en una silla, se veía un poquito aturdido y todavía sangraba.
Pobre lobo. Pero viviría.
Alguien comenzó a tocar "Sweet Home Alabama".
—Llegas tarde —gritó Colt—. Ya sabemos que Ash está aquí.
—Entonces —dijo Ash, caminando hacia Vane y Bride—. ¿A quién respaldarás para que tome el control de tu manada?
—No es asunto mío. Fui exiliado.
—Sí, pero Markus se irá en aproximadamente, uhhh..., una hora, necesitarán a alguien que los lidere.
Vane miró a Stefan, quien había querido la manada durante años. Desgraciadamente, el lobo era un idiota, de ahí su intento de pacto con la madre de Vane.
Su mirada voló hacia Fury y Cujo.
—¿Fury? —lo llamó Vane—. ¿Qué te parecería liderar una manada de lobos?
Una traviesa sonrisa se extendió por su rostro.
—Me encantaría.
—Mierda —refunfuñó Stefan mientras intentaba ponerse de pie. Aún estaba demasiado débil—. No es lo suficientemente fuerte como para contener a la manada.
Vane miró a su hermano y luego a Stefan.
—Sí, lo es. Porque sé que mi hermano reubicará a la manada aquí en Nueva Orleáns.
—Nunca lo respaldaré —gruñó Stefan.
—Ni siquiera puedes tenerte en pie, imbécil —respondió Fury.
Vane ignoró el arranque de Fury.
—Sí, lo harás. Si no lo haces, tú y yo terminamos.
Vane retiró su hechizo y permitió que se vieran las marcas de su rostro. Stefan se puso aún más pálido—. ¿Alguna pregunta?
Stefan se volvió hacia Fury y sacudió la cabeza.
—¿Quieres que comience a mudarme?
La sonrisa de Fury se volvió malvada.
—Diría que sí, pero parece que lo único que puedes hacer es empezar a sangrar. Me ocuparé de la manada. Carson, ¿querrías acompañar a Stefan arriba antes de que se derrumbe? —Carson asintió y desapareció de la habitación con Stefan. Fury se adelantó—. Gracias, Vane.
—No hay problema. Te lo has ganado, y decididamente lo mereces más que cualquiera de los otros.
Bride no podría haber estado más orgullosa de Vane que lo que estaba en ese momento.
—¡Comida!
Bride se volvió ante el alegre grito de una voz que reconocía.
La amiga de Ash, Simi, apareció por la puerta con una resplandeciente sonrisa. Su largo cabello negro estaba trenzado a cada lado de su rostro, y tenía un brillante par de cuernos rojos en la cabeza. Vestía una falda corta de PVC negro, con calzas de rayas negras y púrpuras hasta el muslo, que desaparecían dentro de un par de estropeadas botas de combate. Tenía una camisa de red y un apretado corsé rojo.
Bride notó que varios miembros del clan de los osos tenían expresiones tensas en el rostro.
—Muy bien, Vane —le preguntó en voz baja—. ¿Qué es Simi? ¿Animal, vegetal, o mineral?
—Otro —dijo él riendo—. Es un demonio. Literalmente.
—Que alguien cuente a los cachorros —gritó Dev.
—Oh, bah —le dijo con desdén Simi—. No voy a comer ningún alimento peludo mientras ustedes tienen aquí las cosas buenas.
Abrió el enorme bolso negro que llevaba y extrajo una botella extra grande de salsa de barbacoa.
Simi pasó meneándose entre la multitud hasta que vio a Bride. Chilló de alegría.
—¿Ahora también juegas aquí, Bridie? ¿Tienes alguna de esas geniales cositas brillantes?
—No, Simi. Están en mi tienda.
La niña hizo pucheros y giró hacia Ash.
—¿Akri? ¿Podemos volver a visitar la tienda de Bridie?
—Seguro, Simi. Pero no hoy. Bride está aquí y no allá.
—Oh. Muy bien. ¿Simi puede comprar todo lo que quiera?
—Por supuesto.
Simi sonrió ampliamente, y luego comenzó a brincar como una pequeñita.
—¡Muy bien, bailen todos! Tú también, Akri.
De pronto, comenzó a sonar "Macarena". Todos en el bar gruñeron, excepto Simi, quien rió alegremente. Tomó la mano de Ash y lo empujó a la pista de baile.
—¡Ahora todos! —dijo Simi.
Lentamente, el resto de los habitantes del bar fueron hacia la pista de baile.
Bride se asombró cuando Vane la tomó de la mano y la llevó allí.
—Vane…
—Cuando Simi dice "a bailar", todo el mundo baila.
—Y un demonio —gruñó uno de los hombres morenos más malhumorados, desde su silla en la mesa que estaba junto a ellos—. Yo no bailo para nadie. —Apenas hubo dicho esas palabras, dio un salto y comenzó a palmearse la entrepierna, como si estuviera incendiándose—. Maldito seas, Ash —le gruñó.
Ash sonrió con afectación.
—La dama dijo que bailaran, Justin. Trae aquí tu trasero de pantera.
Bride rió mientras todos, incluyendo a Ash, comenzaban a bailar la Macarena. Tenía que ser el momento más extraño de su vida.
Cuando hubo terminado, Simi corrió con su salsa de barbacoa a una de las mesas y tomó un pavo entero para sí misma.
—Es nocivo el modo en que malcrías a esa demonio, Ash —refunfuñó Justin.
Ash encogió los hombros afablemente y se dirigió a donde Simi estaba sentada, devorando su pavo.
Bride y Vane se sentaron junto a Fury mientras todos hacían fila por la comida.
—Ya estoy satisfecha —dijo Bride.
—También yo —concordó Vane.
Así que se sentaron y conversaron con los osos mientras comían.
Las charlas resonaron en la habitación hasta que los oídos de Bride zumbaron por la alegre cháchara y la música.
De pronto, todos se quedaron callados.
Bride vio que la mandíbula de Vane se aflojaba mientras miraba fijamente la puerta de la cocina.
Giró la cabeza para ver a un magnífico hombre acercándose a ellos. Era un poquito más alto que Vane y tenía cabello negro y desgreñado. Tenía los brazos envueltos a su alrededor de manera protectora, y vestía una camisa negra de mangas largas y vaqueros.
Su mirada estaba concentrada en ella y en Vane mientras caminaba lentamente a través de la gente sin hablarle a nadie.
Se detuvo junto a ellos. Sus ojos estaban llenos de dolor y melancolía mientras extendía la mano hacia Bride.
Con la mano temblando, Bride se estiró hacia él.
—Es hermosa, Vane —dijo Fang, con la voz ronca—. Me alegra que la hayas encontrado.
Vane se puso de pie, pero su hermano retrocedió.
—¿Fang? —preguntó Vane.
Él se alejó de ellos.
Bride no podía respirar mientras lo veía abrirse camino hacia la cocina, donde Aimee estaba esperando. La osa puso sus brazos alrededor de él y, para asombro de Bride, Fang le permitió sostenerlo mientras regresaba a la Casa Peltier.
—¿Estás bien? —le preguntó Bride a Vane mientras éste se sentaba.
Una sonrisa bailó en la comisura de sus labios.
—Sí. Por primera vez en mucho tiempo, creo que sí.
—Bien —dijo Fury—. Porque si está saliendo con Aimee Peltier, Fang nos necesitará a los para evitar que los osos lo despellejen.
La banda, que estaba compuesta por varios animales, subió al escenario y tomó sus instrumentos.
Mientras los afinaban, un pequeño mono fue corriendo hacia Bride y saltó sobre su hombro.
—Hola —le dijo—. No sabía que había Were-Monos.
—No hay —dijo un rubio alto y delgado mientras estiraba el brazo hacia el mono. Bride recordaba que se lo habían presentado antes. Se llamaba Wren—. Marvin es el único no-were en el bar.
El mono subió por su brazo y se posó sobre su hombro.
—Oh, lo siento.
Wren le sonrió.
—Está bien. También me llevó mucho tiempo acostumbrarme a la gente de este lugar.
Ella lo observó mientras se alejaba.
La banda prorrumpió con una entrega de canciones de lobos. Bride sintió que se sonrojaba mientras ellos cantaban "Little Red Riding Hood" "Werewolves of London," "Bad Moon Rising," e incluso "Midnight Special"À.
—Ven aquí, Vane —dijo Colt en el micrófono—. Y canta por tu cena.
Vane parecía un poquito avergonzado antes de dejarla y unirse a ellos en el escenario.
—No sabía que podía cantar —le dijo a Fury.
—Yo tampoco.
Esperaba que Vane cantara alguna canción clásica de rock, así que, cuando comenzó a entonar "The Story of My Life"À Bride sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. Vane no estaba cantando por su cena.
Estaba cantando para ella.
Dev fue hacia ella y la empujó hacia el escenario.
Bride no podía respirar mientras escuchaba a Vane. Tenía una voz hermosa y, cuando terminó su canción, la subió al escenario con él. Allí, frente a todos los Were-Hunters, se arrodilló frente a ella.
—Sé que estamos unidos por la costumbre Were-Hunter, pero quería asegurarme de hacer esto bien para ti, nena.
Depositó el micrófono sobre el escenario y extrajo un anillo de su bolsillo.
Bride sintió que las lágrimas caían por sus mejillas mientras él colocaba el solitario de diamante redondo en su dedo.
—Te amo, Bride McTierney, y quiero pasar el resto de mi vida demostrándote cuánto te necesito. ¿Te casarías conmigo?
Ella no podía dejar de llorar. Diablos, apenas podía verlo en medio de las lágrimas. Lo único que podía hacer era asentir como una boba histérica.
Creyó que Vane estaba sonriendo, pero no estaba segura.
—Está bien —dijo Vane por el micrófono—. También lloró así el día que la conocí. Creo que es algo bueno para los humanos.
—Ahhh, yo también lloraría si tuviera que verte cada día durante el resto de mi vida, Vane —dijo Colt.
Ignorándolo, Vane se puso de pie frente a ella y le secó las lágrimas con sus manos.
—Estoy mejorando en esto, Bride. Esta vez no te metí el dedo en el ojo.
—No —dijo ella, sorbiendo las lágrimas—, no lo hiciste.
Él la besó suavemente, y luego la apartó del escenario.
Ash se encontró con ellos junto a Simi, que también estaba llorando.
—Eso fue hermoso —le sollozó histéricamente a Vane. Luego giró para enfrentar a Ash—. Akri, la Simi quiere que alguien le proponga matrimonio a ella de ese modo. Ve a buscar a ese modelo Travis Fimmel para mí, y oblígalo a hacer eso, también. ¡Por favor!
—Te lo dije, Sim, no puedes simplemente apartar a los humanos de sus vidas.
—Pero Vane se llevó a Bride.
—No, Sim. Bride eligió a Vane.
—Entonces ve a hacer que Travis me elija.
—No puedo hacer eso. No estaría bien.
La demonio le lanzó un bufido antes de ver a uno de los osos trayendo un pastel de la cocina. Sus lágrimas se secaron instantáneamente.
—Ooohhh —susurró Simi, mirando el pastel con hambre—. Chocolate. Mi favorita. Tengo que irme ahora. Adiós.
Ash rió mientras Simi corría y literalmente atacaba al pobre oso que llevaba el pastel. Se lo quitó de las manos y fue hacia un rincón para estar sola con el.
Sacudiendo la cabeza, Ash se volvió hacia ellos.
—Tu padre no volverá a molestarte, y quería felicitarlos nuevamente a ambos.
—Gracias, Ash —dijo Vane, extendiendo la mano hacia él.
Ash asintió mientras se la estrechaba.
—A propósito, no necesitas preocuparte.
—¿Acerca de qué? —preguntó Bride.
—Tendrás bebés, y no cachorros. Y nada de camadas.
Bride estaba más aliviada de lo que hubiera creído posible.
—Gracias.
—Cuando quieras.
Ash los dejó y tomó una tarta de una mesa, la que le llevó a Simi, quien lo miró con el rostro cubierto de chocolate. Literalmente aspiró el pastel en menos de diez segundos.
Vane pasó su brazo alrededor de los hombros de Bride. Mientras regresaban a la mesa donde Fury y Cujo estaban compartiendo un trozo de bistec, Bride comenzó a reír mientras miraba su nuevo zoológico y familia.
—¿Qué sucede? —preguntó Vane.
—Nada. Simplemente pensaba que le he tirado mi vida completamente a los perros, y no querría que fuera de ninguna otra manera.


À Little Red Riding Hood: Caperucita Roja, Werewolves of London: Hombres-lobos de Londres, Bad Moon Rising y Midnight Special, ambas famosas canciones de Creedence Clearwater Revival.
À La historia de mi vida, canción de Neil Diamond.

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