lunes, 30 de enero de 2012

NGP cap 10

Cuando Bride le dijo a Vane que le mostrara lo peor de él y la dejara ver al hombre real, no había tenido ni idea en lo que se estaba metiendo.
Él raras veces hacía algo normal y ella comenzaba a comprender cuanto se había esforzado por permanecer en el mundo “normal” cuando había fingido ser su lobo.
Después que Ash se marchara, ellos habían ido abajo a recoger a Fury. En un momento le había estado diciendo a Amanda que la llamaría y al siguiente estaban dentro de otra casa.
—Realmente desearía que me dieras alguna advertencia antes hacer esto —le dijo a Vane mientras miraba alrededor para conseguir orientarse.
Ellos estaban en una enorme sala de estar que era dos veces más grande que la de la casa de Kyrian. La casa entera era completamente oscura y parecía una tumba. Estéril. Fría. El sitio tenía un caro revestimiento de caoba tallado a mano y estaba lleno con más antigüedades de las que Bride jamás hubiese visto antes en un lugar. Por no mencionar el piso de mármol con un intrincado dibujo estilo romano. Este parecía un paseo por algún castillo europeo. O una mansión. Todo lo que ella podía ver exudaba educación aristocrática y gusto.
A diferencia de la casa de Kyrian, no había nada moderno o confortable aquí. Ningún mullido sofá, ni televisión, ni, obviamente, teléfono u ordenador. Nada. Incluso los libros alineados en las exquisitas estanterías parecían ser antigüedades encuadernadas en cuero. El sofá era obviamente de la era georgiana y tenía muy poco acolchado debajo de la tela borgoña.
Pero la cosa más extraña de todo era lo relativo a las estatuas. Las estatuas de dos mujeres que parecían ser ninfas romanas desnudas flanqueaban la serpenteante escalera. El hecho de que fueran antigüedades no era lo extraño, era que pastelillos color rojo brillante cubrían sus pezones de piedra blancos.
—¿Qué demonios? —preguntó ella.
Fury se echó a reír cuando los vio.
—Jesús, Vane, se llama antes de presentarse. Tienes suerte que no te pegara un tiro en el culo.
Bride se dio vuelta para ver un alto, y misteriosamente hermoso hombre entrar al cuarto. Él tenía el largo cabello negro hasta los hombros, agudos ojos marrón oscuros, y barba de aproximadamente tres días.
Vestido con una chillona camisa hawaiana naranja y vaqueros rasgados, él se movía como un hombre que sabía que podría matar a cualquiera que se le acercara.
—¿Él es el vampiro? —preguntó Bride en tono bajo.
—No —dijo Vane mientras miraba al hombre con incredulidad—. Él es de la Mafia. ¿Otto, qué diablos haces aquí? ¿Vestido así? ¿Qué le pasó a tu ropa? Parece como si te hubieras convertido en Nick Gautier.
—Sufriendo la condenación eterna —dijo Otto, rascando su barba mientras se acercaba a ellos—. Ellos transfirieron mi culo aquí, contra mis deseos podría agregar, para servir al Rey de los Cabrones, porque él tiene que tener a alguien que hable latín e italiano. Dios no permita que el hombre tenga un normal escudero plebeyo que sólo hable inglés. Oh no, debemos tener uno con educación —Otto sonó muy como Alfred Hitchcock con esa última palabra.
—¿Entonces porqué estás vestido como Nick? —preguntó Vane.
—Solamente para molestarlo. Esa es realmente la única cosa que me mantiene cuerdo por aquí.
Vane se echó a reír. —Déjame adivinar, ¿tú eres el hombre de los pastelillos rojos?
—Oh, demonios, sí. No puedo esperar hasta que se levante y le dé un ataque por esto —Otto profundizó su ya baja voz de barítono y le sumó un acento que era casi italiano, pero no exactamente—. No toques, ni siquiera respires encima de las estatuas, Escudero. A diferencia de ti, esto no tiene precio —su voz volvió a ser normal—. Nah, su cara no tendrá precio cuando lo vea esta noche.
Esta vez fue Fury quien se rió. —No te conozco —dijo, caminando hacia Otto con su mano extendida— pero ya puedo contar con que vamos a ser amigos. Fury Kattalakis.
—Otto Carvalletti —Él estrechó la mano de Fury, luego miró de uno a otro lobo—. ¿Ustedes dos están emparentados?
—Hermanos —dijo Vane.
—Genial —dijo Otto, dándose vuelta hacia Bride con una sonrisa encantadora—. Tu debes ser Bride —Él tomó su mano al mismo tiempo que ella notaba que tenía él tenía un tatuaje de una tela de araña negra la parte de atrás de sus nudillos—, bienvenida a la locura que es nuestro mundo, mi señora, aunque personalmente, pienso que estás loca para querer estar aquí.
Otto besó su mano y se inclinó ante ella. La acción obtuvo un profundo gruñido de Vane al que Otto decidió hacer caso. —A propósito, Bride, puedes relajarte. Soy técnicamente humano, aunque mi multitud de hermanos lo negaría. Y excluyendo los pastelillos, no estoy realmente sicótico. Cuando conozcas a mi jefe, entenderás totalmente por qué tengo que agitar su jaula.
Otto se dirigió a la escalera. —Si alguno de ustedes dos buenos lobos aullaran, yo podría decir el discurso “criaturas de la noche, que hacen música” À completo —Él los miró de nuevo cuando ni Vane ni Fury aullaron—. O no. Bien, tomo nota mental que los lobos no tienen ningún sentido del humor o nunca han leído Drácula o nunca han visto una de las películas. Ningún problema. Síganme y les mostraré sus cuartos. Una pasada rápida de las reglas. Intentamos estar lo más silenciosos posibles a la luz del día para no despertar al Conde Penicula.
—¿Penicula? —preguntó Bride.
—Mi insulto favorito para Valerius. Como el buen General Romano es dueño de esta casa, es una combinación de pene y Drácula.
Bride se habría reído, pero tenía la sensación que esto sólo animaría a Otto a ser malo.
Ellos siguieron a Otto, subiendo la escalera.
—¿Cuándo te hiciste tan hablador, Carvalletti? —preguntó Vane—. Yo siempre pensé que eras un hombre de pocas palabras.
—Normalmente lo soy, pero he estado encerrado en esta mansión tanto tiempo que me estoy volviendo chiflado. Pienso que debería haberme quedado en Alaska. Infiernos, si hasta he estado hablando con Nick sólo por romper la monotonía.
Otto hizo una pausa en la escalera para mirarlos. —Valerius no es un Dark Hunter, es un Daimon que me desangra hasta quedarme seco. No es asombroso que su última escudero se marchara. Me reservo el derecho de pedir mi transferencia y mi padre sigue diciéndome que sea hombre y asuma mi asignación con dignidad. Lo juro, mejor que ese hombre no se debilite o lo encierro en la peor casa de retiro que pueda encontrar.
—Caray, y yo creía que tenía problemas con mis padres —dijo Fury detrás Bride—. Los míos solamente quieren matarme y sacarme de mi miseria, nada más.
—Sí —dijo Otto desde la cima de la escalera—. Tienes suerte. Desearía que el mío quisiera matarme.
Otto les condujo por un pasillo mientras Vane se inclinaba y hablaba en el oído de Bride. —No dejes que las actuales tonterías bizarras de Otto te confundan. Él era valedictorianÀ en Princeton.
Ella quedó sin habla.
—Y yo tenía un cerebro hasta que este lugar lo mató. Intenten tratar con Valerius y Nick y también se encontrarán con una regresión a la primera infancia en una cuestión de días. Pero por lo que más quieran, no digan al Amo Valerius que alguna vez puse el pie en suelo de Princeton. Él piensa que abandoné Barbizon, Escuela de Modelaje.
Bride se rió, luego miró hacia Vane. —¿Entonces este es el mundo al me que estás trayendo? No te ofendas, pero esta gente realmente está chiflada. Tenemos un graduado de Princeton quien se viste como Don HoÀ poniendo pastelillos sobre estatuas, un cuñado que es un perro...
—Sí, pero no olvides, Tabitha viene contigo —le recordó Vane—. Tu tienes tu propia parte de chiflados.
Ella levantó sus manos en señal de rendición. —Bien, pero es solo una chiflada la que viene conmigo.
—Y tu papá castra para vivir —dijo Fury detrás de ellos—. Pienso que es la cosa más enferma de la que jamás me he enterado.
—¿Quieres ir a visitar a mis padres, Fury? —preguntó Bride.
—Pasaré.
Otto abrió una puerta que condujo a un enorme dormitorio con la más elaborada cama antigua con dosel que Bride alguna vez hubiera visto. Cortinas de terciopelo azul profundo colgaban alrededor de querubines y ángeles tallados a mano que decoraban la madera antigua. —Esto es magnífico.
—Valerius insiste en lo mejor. Usted dos pueden acostarse aquí, y llevaré al muchacho perro más lejos por el pasillo.
—¡Hey! —protestó Fury con indignación.
—Relájate —dijo Otto—. Esto no es como si te hiciera dormir en el garaje o algo así.
Los dos dejaron a Bride y Vane solos en el cuarto.
—Así que, aquí estamos —dijo Bride, insegura de sí misma.
Vane tiró de ella para acercarla. —Es extraño no tener que ocultarme de ti.
—¿Entonces puedes hacer de todo?
—Más o menos cualquier cosa. Puedo viajar en el tiempo en cualquier dirección. Yo podría dirigirnos de aquí a París o a cualquier lugar que quisieras visitar.
Bride consideró esto. Ella podría tener cualquier cosa, pero había sólo una cosa que la haría realmente feliz. —¿Puedes hacerme delgada?
Vane parecía menos que contento. —Yo podría.
—Hazlo.
Él la miró con el ceño fruncido como si el pedido lo confundiera completamente. —¿Por qué?
—Por que siempre quise ser una de esas pequeñas mujeres diminutas y nunca lo he sido.
Él se movió para pararse detrás de ella así poder empujarla contra él y abrazarla muy cerca. —No te quiero delgada, Bride. Me gustas como eres —Su aliento cosquilleó en su cuello mientras él hablaba y envió el calor por todo ella—. Mi gente tiene un refrán. La carne es para el hombre, el hueso para el perro.
—Sí, pero tú eres ambos.
—Y cuando me dan a elegir entre costillas y filete, voy por la opción superior siempre.
Bride siseó mientras él colocó sus labios contra su cuello y lo mordisqueó. Ella cerró sus ojos e inhaló el cálido aroma masculino de él. Lo sentía tan bien sosteniéndola. Eso la hizo sentir débil y sin aliento.
—¿Es esto todo lo que hay entre nosotros, Vane? ¿Sólo sexo?
Él puso su mejilla contra la suya con tal gesto de cariño que le atravesó el corazón. —No, Bride. El sexo es solamente la demostración física de lo que siento por ti —Él tomó su mano y la condujo hacia su corazón donde ella lo sintió palpitar contra la palma de su mano—. Nadie jamás me ha tocado como tu lo haces. Eres como un susurro. Apacible, suave. Calmante. En mi mundo, la gente sólo grita y da alaridos. Pero tu... tú eres mi paraíso.
Ella tembló ante sus poéticas palabras. —Dios, eres bueno.
—Esto no es una frase, Bride. Puedo ser humano, pero también soy un animal y el animal en mí no miente o engaña. Nunca pensé que una parte de mí sería domesticada, pero ahora lo está. Esta parte no quiere repartir golpes a diestra y siniestra a alguien. Esta parte solamente te quiere.
¿Cómo una mujer podría decir no a esto?
Bride jadeó mientras su ropa desaparecía. —¿Vane?
Antes de que ella pudiera terminar de decir su nombre, ambos estaban  desnudos en la cama, bajo las sábanas.
—Es un talento lo que tienes ahí —dijo ella mientras él hocicaba su cuello.
—No tienes ni idea —él sopló en su oreja antes de lamerla.
La cabeza de Bride se arremolinó en el éxtasis de su contacto. Por una vez él no perdió nada de tiempo con ella. Él se deslizó dentro de Bride con una estocada poderosa.
Ellos gimieron al unísono.
Bride alzó la vista hacia el crudo placer en su cara. Este no era tiempo de jugar para él, Vane se tomaba en serio el tomarla.
Ella deslizó sus manos sobre su espalda, sintiendo la ondulación de los músculos mientras él empujaba dentro ella, fuerte y poderoso. Él era el lobo y estaba hambriento. Sus ojos verdes la devoraron.
Vane no podía pensar claramente mientras sentía su suavidad bajo él. El animal en él quería la completa posesión. Quería acoplarse y dominar.
El hombre en él quería su ternura. Su corazón.
Sobre todo, quería pasar el resto de su vida mirando dentro de sus ojos color ámbar. Ellos ahora estaban oscuros por la pasión. Sus labios estaban ligeramente separados mientras ella jadeaba de placer.
Vane reclamó aquella boca. Él gruñó ante su sabor. Con la sensación de su lengua contra la suya mientras se empujaba profundamente dentro de ella una y otra vez.
Hambriento de ella, se obligó a ser suave con su cuerpo. Por recordar que ella era humana y frágil.
Él moriría si alguna vez le hiciera daño.
Pero oh... la sensación de sus manos sobre su espalda. La forma en que ella asía su trasero. Ella no solo estaba follando con él. Ella hacía el amor con él. Y esto significaba para él más que cualquier otra cosa.
Incluso si él fuera inmortal, nunca sentiría nada mejor que sus largas y suaves piernas entrelazadas con las suyas.
Bride estaba sin aliento mientras Vane la devoraba. Ningún hombre jamás había hecho el amor con ella como este... como si él no pudiera conseguir lo suficiente de ella. Como si estuviera desesperado para estar dentro de su cuerpo.
Había tanto poder y fuerza en los brazos envueltos alrededor de ella. Los brazos que la sostenían tiernamente. Con cuidado.
Cada poderoso golpe pulsaba placer a través de ella.
—Amo la forma en que tus manos se sienten sobre mí —él respiraba entrecortadamente mientras ella tomaba entre sus manos su trasero—. Y amo ser capaz de tomarte así.
—¿Cómo así?
—Cara a cara —dijo él, puntuando cada palabra con un golpe profundo, exuberante—. Así puedo sentir tus pechos sobre mi pecho. Ver tu expresión cuando te corres por mí.
Entonces la besó. Esto fue imperioso y devorador. Satisfactorio.
Bride fue completamente arrastrada por él. Por el intenso placer de él tan grueso y amplio dentro de ella. Por la forma en que lo sentía deslizarse contra su cuerpo.
Vane dejó que sus poderes fluyeran a través de ambos. No había ninguna necesidad de refrenarlos o enmascararlos. Él dejó a su pasión abastecer de combustible a sus poderes, cargándolos a su nivel más alto.
La sensación de ello lo atravesó como un relámpago, aumentando cada aspecto de la carne de ella contra suya.
Él supo el instante en que ella sintió la elevación de sus poderes. Ella tiró su cabeza hacia atrás en el último éxtasis. Con su respiración desigual, ella respondió cada golpe con uno propio.
Y cuando ella se corrió, él tuvo que tapar su grito con sus poderes para impedir que los demás supieran lo que hacían.
Él sonrió ante la imagen de ella perdida en las convulsiones de su orgasmo. Ante la sensación de sus manos sobre su espalda mientras lo asía fuertemente.
Entonces Vane se permitió unirse a ella. Gruñó mientras se liberaba dentro de ella. Yació sobre ella, jadeando mientras su cuerpo continuaba temblando y estremeciéndose.
Todo el tiempo ella jugó con el cabello de él y lo acercó contra sí.
—Eso fue increíble —suspiró Bride. Entonces frunció el ceño— ¿Tu realmente te vuelves más grande hacia el final, verdad?
—Sí —dijo él, mordisqueando sus labios— y no puedo salir de ti durante unos minutos más sin hacerte daño.
Bride todavía podía sentir su cuerpo temblando. —¿Por qué haces eso y cómo es que me mantuviste...?
—Usé un hechizo de tiempo para que no fueras consciente de cuanto tiempo me tomo para terminar —Él siseó mientras otra ola de orgasmos lo atravesaba.
Vane casi esperó que ella lo rechazara. No lo hizo.
En cambio, ella acunó su cabeza contra ella y jugó con su cabello hasta que él hubo terminado completamente.
Cuando él finalmente acabó, él se deslizó fuera de ella y se derrumbó a su lado.
Ella se dio vuelta para enfrentarlo. —¿Entonces así es como eres realmente?
Vane asintió y esperó que su corazón dejara de palpitar. Ella se deslizó sobre su pecho y besó el duro pezón derecho de él. Él gruñó mientras ella le daba una ligera y juguetona lamida.
—Si sigues haciendo eso, estaremos en esta cama por el resto del día.
Bride se burló. —Los conozco a ustedes, hombres. Necesitarás al menos unas horas para... —Su voz se desvaneció cuando lo sintió endureciéndose contra su muslo.
—No soy humano, Bride. El sexo nos vigoriza. No nos hace que estemos más cansados.
Ella levantó la sábana para ver la verdad de aquella declaración. Él ya estaba duro otra vez. —¿Entonces puedo jugar contigo tanto como quiera?
—Um-hmmm. Soy todo tuyo, querida.
Mordiendo su labio, Bride deslizó su mano hacia abajo para tomarlo con cuidado y explorar la entera longitud de él. Ya que Taylor nunca había hecho el amor con ella con las luces encendidas o a la luz del día, realmente nunca había tenido la posibilidad de examinar a un tipo de cerca.
Él flexionó una pierna y no dijo nada mientras ella con cuidado aprendía cada matiz de su cuerpo.
Vane la miró de muy cerca mientras jugaba con los rizos de su cabello. Él nunca había tenido una mujer con tanta curiosidad sobre él. A las lobas no les preocupaba como lucía en cuanto pudiera satisfacerlas. Una vez que el acto estaba terminado, sus hembras los apartaban y se marchaban. No había ningún compartir de cuerpos. Ninguna importancia por acariciar o amar. Por abrigar un sentimiento.
Eso era lo que más apreciaba de Bride.
Sus dedos lo examinaron tiernamente. Ella con cuidado masajeó su saco y su pene. Escalofríos se diseminaban sobre él. Su pierna extendida en realidad se movía nerviosamente.
Bride se rió tontamente mientras continuaba acariciándolo. —Te gusta, ¿verdad?.
—Sí —dijo roncamente mientras sentía que su pene se endurecía aún más.
Ella alzó la vista hacia él, luego hizo lo inimaginable. Ella lo tomó en su boca.
Vane tiró su cabeza hacia atrás y enterró su mano en su cabello mientras el placer lo atormentaba. Él apretó su mandíbula para impedirse aullar mientras ella lo lamía y provocaba de la base a la punta. Ella lo deslizó profundamente en su boca mientras lo chupaba y jugaba.
Él ahuecó sus manos en su cara mientras su cuerpo entero ardía. La generosidad de este acto...
Él no sabía que tal cosa existiera. Una hembra Katagari antes moriría que tocar a un hombre de esta forma. Era el trabajo del macho satisfacer a la hembra, no de otra manera.
Bride gimió profundamente en su garganta mientras probaba la misma esencia de Vane. Ella miró hacia arriba para verlo mirándola, sus ojos encapotados por el placer y la incredulidad. Esta era una combinación embriagadora.
Él lucía como si ella le estuviera mostrando el cielo. Él retiró el cabello de la cara de ella, luego acarició su pómulo con su pulgar mientras ella pasaba la lengua por el lado interior de él.
Bride sintió que el aire alrededor de ellos literalmente chisporroteaba. Hizo una pausa ante el sonido.
—Está bien —dijo Vane jadeando—. Eso es solamente mis poderes surgiendo. A veces lo hacen.
Ella regresó a él.
Vane rechinó sus dientes mientras su placer se volvía increíblemente alto. En cualquier momento, él se correría otra vez. Con miedo de lastimar a Bride, él la separó de él un instante antes de que su cuerpo explotara.
Eso no fue lo único. Cada lamparilla en el cuarto se hizo trizas con la fuerza de su pasión, mientras sus poderes jugaban a su antojo en el cuarto.
Él se cubrió con la manta y usó su mano para ayudar a su cuerpo mientras tenía el orgasmo.
Él sintió la mano de Bride sobre sí. Abriendo sus ojos, él miró mientras ella lo tomaba en su mano y con cuidado lo apretó hasta que su cuerpo quedó completamente drenado.
—No tenías que separarte de mí, Vane —dijo ella después de unos minutos.
—Me doblo en tamaño cuando me corro, Bride. No quise verte lastimada por eso.
Ella separó su mano de él y besó sus labios.
Vane la sostuvo cerca de él, atesorando este nuevo momento con ella.
Ella se retiró para mirar las lamparillas hechas trizas. —Espero que nuestro anfitrión no sea también... —Ella se detuvo mientras él reparaba cada lamparilla con sus poderes.
—Ese es otro talento que tienes por ahí...
Él le rió maliciosamente. —Prefiero el tuyo.
Ella estaba confundida por eso. —No tengo ningún talento.
—Sí lo tienes. Esa boca tuya definitivamente es mágica.
—Mmm —dijo ella, besándolo otra vez—. Pero esta sólo trabaja para ti.
—Bien.
Bride se retiró mientras comprendía algo. —Espera un minuto. Tu no puedes engañarme jamás, ¿verdad?
Él sacudió su cabeza. —Sin ti, soy un eunuco total. Mis poderes disminuirían, también. Una vez que el sexo es alejado de nosotros, no tenemos ningún modo de recargar nuestra energía. Eventualmente perdemos toda nuestra magia.
—¿Entonces cómo tu padre es el líder de su manada si él no puede manejar la magia?
Él frunció el ceño. —¿Cómo sabías que mi padre era nuestro líder?
—Oí a la gente medieval que hablaba sobre ello.
Vane tomó un largo y profundo aliento antes de explicarle. —Él se hizo el líder de la manada antes que yo naciera. La única razón por la que es todavía responsable es que es sumamente fuerte físicamente como lobo y hace tratos con los Daimons por magia.
—¿Daimons?
—Vampiros. A diferencia de tu televisión y películas, los verdaderos vampiros no viven por la sangre humana, a ellos les gustan las almas humanas. Si ellos toman el alma de un Were-Hunter o de un humano psíquico ellos entonces pueden absorber sus poderes. Los Daimons que son realmente poderosos son capaces de compartir ese poder con alguien más. Mi padre rutinariamente les hace sacrificios para que ellos dejen a su manada tranquila y desviar un poco de magia hacia él.
—¿Sacrificios?
Él suspiró como si el pensamiento le doliera. —Él finge que alguien ha traicionado a la manada y simplemente los echa para dejárselos a los Daimons. Mi hermano Fang y yo fuimos los últimos sacrificios que él hizo. Yo sabía que enviaría asesinos para matarnos una vez que los Daimons no volvieron para compartir el poder con él.
Ella no podía imaginar nada peor que esto. Su padre lo había sacrificado para morir. Su madre lo odiaba y con mucho gusto lo mataría, también.
Su pobre lobo. No le asombraba que hubiera ido a ella.
—Oh Vane, lo siento tanto.
—Está bien. Sólo estoy sorprendido que mi padre esperara tanto tiempo para traicionarnos. Pienso que la única razón por la que no lo hizo antes fue que, a pesar de todas su faltas, él quería a mi hermana Anya más que a nada, y ella nos amaba. Mientras que ella vivió, no creo que él quisiera hacerle daño matándonos. Pero al instante en que ella murió...
—¿Él fue por ustedes?
Él asintió.
Ella acercó su cabeza a sus pechos y lo sostuvo allí, esperando hacer todo lo mejor, sabiendo que no podría. Pero al menos Vane pareció estar en paz con el pasado y con sus padres y su odio irracional contra él. Su fuerza la asombró. Ella no conocía a ningún otro hombre que pudiera haber tenido su pasado y su dolor y ser tan compasivo y cariñoso.
—¿Cómo era tu comunidad? —preguntó, pensando en que otras cicatrices ocultaba con semejante dignidad.
—No sé. Vivimos como animales. Nos quedamos sobre todo en forma de lobo a no ser que nos dirijamos a las ciudades para algo.
—¿Por comida?
—O sexo. El sexo es mucho más agradable como humano que como lobo. Hay mucha más estimulación, sobre todo para nuestras hembras.
Eso era algo que ella no quería considerar. No le gustó pensar en Vane con alguien más. Pero al menos ella no tenía miedo de que él la engañara. Había mucho que decir sobre esto. Su propia hermana actualmente atravesaba un divorcio por este mismo tema.
—¿Así que viviste la mayor parte de tu vida como lobo? —preguntó.
Él asintió. —Para el Katagaria es realmente fácil ya que el lobo es su forma base. Es la forma en que descansan o se recuperan cuando les hacen daño.
—Pero tú eres Arcadiano.
Ella pudo saber, por la forma en que se puso rígido, que eso lo molestaba. —Sí. Por eso para mí, era una tortura implacable mantenerme en forma de lobo. Uno de los motivos por el que soy tan fuerte mágicamente es que tuve que aprender a canalizar mis poderes para poder permanecer lobo mientras luchaba, era herido, o dormía. Cosas que yo debería hacer como humano.
—¿Y el tatuaje sobre tu cara?
—Es más bien una marca de nacimiento —Él soltó un profundo suspiro y este reapareció sobre su cara.
Bride recorrió el diseño lleno de volutas que era, de una manera extraña, hermoso.
—Los Centinelas son guardianes Arcadianos —explicó—. Una vez que un Arcadiano termina su pubertad, los Destinos escogen al que ellos piensan que es bastante fuerte para proteger el mundo de los Asesinos o de los animales que están fuera para cazar a los Arcadianos y al género humano.
Ella se estremeció mientras entendía lo que él le decía. —Entonces vivías con lobos cuando te volviste humano y luego te convertiste en su peor enemigo.
—Sí.
Su corazón sufrió por él. —Debes haber estado aterrorizado. ¿Por qué no te marchaste?
—Probablemente debería haberlo hecho, pero yo era joven y estaba asustado. Yo no sabía nada sobre los Arcadianos y menos sobre los humanos. Recuerda, yo era un lobo de niño. A nuestros jóvenes nunca se les permite acercase a los verdaderos humanos. Yo no tenía ninguna idea de como conducirme o interactuar con tu mundo. Por eso fue que hice mi trato con Acheron para que me llevara al pasado para encontrar a mi madre. Pensé si que si le decía que no era más un animal, ella me ayudaría a adaptarme.
—Pero no ella lo hizo.
—No. Ella me llamó mentiroso y me ahuyentó.
Ella podría matar Bryani por eso. ¿Qué tipo de la madre sería tan cruel? Pero claro, la crueldad existía en todas partes del mundo aun cuando no debiera. —Mientras tanto Fury pasaba por lo mismo pero al revés.
—Sí.
Ella no sabía cuál de los dos lo había tenido peor. Era probablemente Fury. A diferencia de Vane, él no había tenido un hermano y una hermana para aceptarlo.
—¿Entonces volviste a tu manada después de encontrarte con Bryani?
Él asintió. —Era todo lo que conocía y no podía pedir a Fang y a Anya que se marcharan debido a mí. Pensé que si mi padre me mataba, al menos ellos todavía tendrían una casa y estarían protegidos.
—¿Y nadie jamás supo la verdad sobre tu cambio de forma base?
—Solamente Fang y Anya, y al parecer Fury. Yo debería haberlo sabido  cuando él vino a nosotros. Pero siempre se mantenía encerrado en sí mismo. Stefan y los demás intentaron convertirlo en un Omega, pero él no lo tenía. Lo que le falta de magia, lo compensa con fuerza bruta y la iniciativa de matar a cualquiera que se le cruce.
Bride hizo una pausa, su mano en cabello de él mientras intentaba entender su mundo. —¿Omega?
Vane besó su estómago. —En cada manada, hay una cabeza de turco con las que los otros lobos se la toman. Este es siempre un macho y lo llaman el lobo  Omega.
—Eso es horrible.
Él se levantó para mirarla. —Así es la naturaleza y somos animales. Dijiste que querías conocerme y estoy contestando todas tus preguntas sobre mi mundo, por horribles que puedan ser las cosas.
Bride intentó imaginarse al Vane que ella conocía como un ser frío y despiadado. Era difícil cuando él la miraba con tal amor y deseo en sus ojos. —¿Alguna vez te metiste con el Omega?
Él sacudió su cabeza. —Yo por lo general estaba entre el Omega y los demás. Es por lo que la manada me odia. Fang siempre pensaba que yo era un idiota por molestarme.
Su corazón se elevó ante esto. Él era un hombre bueno, incluso cuando era un lobo. Ella no debería haber dudado de él. —No creo que seas un idiota. Pienso que eres maravilloso.
Él la besó por eso.
Alguien llamó a la puerta.
—¡Eh!, Vane —dijo Otto del otro lado—. Pensé en decirles que la cena es en una hora, solo si ustedes muchachos desean comer con Valerius, estén en el salón puntualmente o él tendrá una fusión nuclear.
—¿Él quiere que nos vistamos para la cena? —preguntó fuerte Vane.
—Desde luego, pero llevaré unos pantalones cortos y una camiseta.
Vane sonrió. —Él va a matarte, Otto.
—Eso espero. Los veo más tarde muchachos —. Ella oyó los pasos de Otto que retrocedían por el pasillo.
Bride yacía de espaldas en la cama, asombrada al comprender que no estaba para nada preocupada por esconder su cuerpo, cerca de Vane. Ella debería estarlo, considerando lo bien formado que él estaba. Pero no lo estaba.
Era tan extraño estar con un hombre que la aceptaba con defectos y todo. Él no intentaba cambiar nada en ella. Esto era un gran cambio.
Ella puso su mano contra su mejilla con patillas y bebió con los ojos su delgada y lánguida belleza.
Pero en el fondo de su mente estaba esa horrible voz que seguía susurrando... “Todas las cosas buenas deben terminar”.
—¿Crees en el amor eterno, Vane?
Él asintió. —Cuando vives durante cientos de años, ves toda clase de cosas.
—¿Cómo alguien conoce la diferencia entre eso y un enamoramiento?
Él se sentó entre sus piernas, luego la jaló a su regazo para abrazarla. —No creo que haya una diferencia. Pienso que el enamoramiento se parece a un jardín. Si te ocupas y lo cuidas, se convierte en amor. Si lo descuidas o abusas se muere. El único modo de tener amor eterno es no dejar nunca que tu corazón olvide lo que es vivir sin él.
Su sabiduría la dejó pasmada. Bride se tiró hacia atrás para mirarle fijamente con incredulidad. —Eso es profundo, especialmente viniendo de un hombre.
—Era lo que Anya siempre decía —La tristeza en los ojos de él hizo que su corazón se encogiera.
—Siento no haber podido conocerla. Suena como si ella fuera una mujer maravillosa.
—Lo era.
Bride frunció el ceño mientras una idea la golpeaba. —¿Tu no puedes volver al pasado y visitarla? ¿O aún mejor, salvarla?
Él colocó su cabeza bajo su barbilla y acarició su brazo. —En teoría, sí. Pero se supone que no. El tiempo es un objeto muy delicado y no es algo que debería ser embrollado ligeramente. En cuanto a salvarla, no. Los Destinos tienen un modo repugnante de tratar con quien viola su territorio. Una vez que una vida termina, tienden a estar realmente enfadados con cualquiera que los desafié.
—Suena como si ya hubieras cometido el error.
—Yo no. Pero conozco a alguien que lo hizo.
—¿Fang?
—No, y no traicionaré a esa persona nombrándola. El destino es el destino y ningún mortal debería desafiarlo.
—¿Pero cómo sabemos cual es nuestro destino? ¿Debo estar contigo o no?
—No lo sé, Bride. El único que conozco que podría contestar eso es Ash y él no lo hará.
Ella encontró eso difícil de creer. —¿Ash tiene cuantos... veintiún años?
—No. Él tiene once mil años y es más sabio que cualquiera que haya conocido. No hay nada, pasado, presente, futuro, que él no sepa. El único problema es que no compartirá ese conocimiento. Eso realmente me cabrea la mayor parte del tiempo. Tiene la tendencia a decir que hacemos nuestro futuro por nuestras decisiones, pero él sabe lo que vamos a decidir antes que nosotros lo decidamos así que, por qué él no nos lo dice no lo entiendo.
—Porque aprendes de tus errores —dijo ella mientras comprendía la razón—. Y si tu escoges mal y resulta mal, no puedes culparlo porque él te dijo qué hacer. De la misma manera, si resulta bien, tu puedes tomar el crédito de haber tomado la decisión correcta. Bueno o malo, esta es nuestra vida para hacer lo que creamos adecuado. Jesús, ese mocoso es inteligente.
Vane se rió de sus palabras. —Él no es un mocoso, pero el resto es bastante verdadero.
Ella esperó que le preguntara que decisión estaba contemplando pero no lo hizo.
En cambio, él la sostuvo entre sus brazos, como si estuviera simplemente satisfecho con este momento. Parte de Bride también estaba contenta, pero la otra parte asustada. ¿Cuál sería la cosa correcta de hacer?
¿Ella quería quedarse con él, pero dónde? Ella no era un lobo para vivir fuera en el hábitat natural y él no era la clase de hombre que estaría contento con poseer un negocio en el French Quarter.
Al fin del día, Vane era salvaje e indomable. Él no era solamente un hombre. Él era un guardián.
Y un lobo.
Ella se retiró para mirarle. Todo lo que ella quería era mantenerlo así para siempre.
¿Pero ella realmente podría domesticar a este hombre? ¿Y ella en serio, realmente, quería pasar el resto de su vida mirando hacia atrás por sobre su hombro con miedo que sus padres o su hermano Dare vinieran por ellos o por sus niños?
Esa era una proposición escalofriante.
Y el reloj hacía tictac para ellos. En unos pocos días tendría que tomar una decisión que podría hacerlos sumamente felices o completamente miserables, o...
Podría matarlos a ambos.

À Hace referencia la película de terror Children of the Night  del año 1991 dirigida por Tony Randel.
À Estudiante con las mejores notas. Es el que da el discurso de graduación en las grandes Universidades.
 À Don Ho: el más famoso cantante hawaiano.

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